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CHIARA

Mis últimos días parecían de una película de terror, mis ojeras me daban el personaje principal.

No había hecho más que entrenar, dormir y tomar café.

En algún momento pensé en agarrar mis cosas y volverme a Menorca a estar con mi familia. Por suerte no era tan impulsiva.

Hoy era viernes. Sí, hoy tenía la sesión de fotos para Cosmopolitan y eso había despejado todas mis preocupaciones. Me había levantado distinta.

Agarré mi celular para distraerme y hacer que pasará más rápido la mañana. Mi twitter era un caos. ¿Qué estaba pasando ahí? Tenía millones de notificaciones y, por supuesto, en casi ninguna había cosas lindas. Opte por eliminar la aplicación por unos días, me estaba volviendo loca.

Me busqué en Google.

¿Por qué hacían eso?

La primera nota que aparecía era "Ruslana abandonando la casa de su chica"
La habían fotografíado yéndose de mi departamento dos o tres días atrás.

Suspiré mirando las fotos.

Era tan linda y tan famosa. No sé le notaba incómoda para nada. Solo caminaba con sus lentes mirando hacia el suelo. Parecía algo normal para ella. Y así era.

Dejé el celular en la cama para ver la hora. Ya estaba llegando y no sé me había hecho tan tarde. Decidí caminar tranquila para no llegar como si estuviese corriendo una maratón. El icono de las llamadas perdidas me llamó la atención. Desbloqueé el celular para verla, pero, de pronto, este se iluminó con una llamada entrante.

-Ruslana- saludé.

-¿Cómo está mi cantante favorita?

Bueno, sí que sabía cómo hacerme empezar el día de buena forma.

-¿Qué estás haciendo? Tengo yo que pasarte a buscar. Me dijo Noemí que ya es hora de mostrarnos juntas otra vez.

Suspiré "No todo puede ser como quieres, Chiara” pensé.

-Bien, estoy yendo a una sesión de fotos- exclamé. Un ruido me hizo asustar.

Era una cámara.

Vamos, era una broma, ¿cierto? ¡Un paparazzi estaba siguiéndome! ¡Yo no soy famosa! Se supone que Ruslana es la celebridad ¿Por qué a mí?

-Ruslana, me está siguiendo un paparazzi- susurré como si hubiese visto un zombie. La escuché reír. La imaginé manejando, con una mano sobre el volante y la otra en el celular. Sonriendo ante mi estupidez, sonreí yo también.

-Tranquila, sigue con lo tuyo como si no estuviera ahí- me ordenó y yo asentí, aunque no pudiera verme- Bueno, pásame la dirección cuando llegues y me llamas cuando termines. Podemos almorzar juntas.

-Bien, nos vemos.

Guardé el teléfono y continúe mi camino con pasos largos y rápidos. No me divertía todo esto.










-¿Vamos a matarme si comemos en Mcdonald's?- pregunto seria y la miré levantando una ceja.

-¿Por qué te mataría?- cuestioné confundida.

-Salí con una modelo hace tiempo que no comía comida chatarra- explicó- Decía que su manager podía llevar a matarla si consumía tantas calorías y que las modelos no podían darse todos los gustos. Fue probablemente mi relación más aburrida- sonreí.

-Las modelos podemos hacer lo que se nos de la gana.

-¿Lo que se les de la gana?- su cara y su sonrisa pícara me llevaron a otra dimensión.

"Sí, lo que se nos de la gana. En este momento me muero por besarte" grité por dentro.

-Chiara, ¿qué vas a querer?- la escuché de fondo, y aunque no la había escuchado antes, supe que era la segunda vez que. Estaba ocupada pensando en lo que se me daba la gana.

-Lo siento. Solo...no sé, ¿bigmac?

Asintió sonriendo y habló con la chica del auto-mac. Adelantó la camioneta hasta la siguiente parada, la fila iba lenta.

-¡Quiero llegar a dormir, lo juro!- exclamé solo para decir algo. Estaba realmente cansada.

-¿No estás hambrienta?- preguntó divertida. La miré. Era tan natural, ¿cómo podía estar siempre tan divertida y sonriente?

-Prefiero dormir antes que comer- dije acurrucándome en el gran asiento.

-De acuerdo, eso es ser suicida.

Largué una carcajada, ¿por qué me reía tanto con ella?

Llegamos por fin al sector donde retirábamos la comida. Se estiró un poco para alcanzar las bolsas y ponerlas con total normalidad sobre mis piernas. La miré entretenida.

-Y bien, novia, ¿qué te gustaría hacer ahora?

La piel se me erizó. Tuve que escogerme de hombros para evitar hablar. Se puso los anteojos mientras encendía la radio. Podía observarla durante todo el día, todo lo que hacía era normal pero yo lo veía increíble.

-Podemos ir a mi casa- propusó.

Mierda.

FAKE || RUSKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora