Capítulo 2

203 37 0
                                    

Las mañanas en verano en el pueblo solían ser tentadoras a levantarse de buen humor, pero hoy tenía un tacto especialmente agresivo para la piel. No hay forma que esos 6 amigos salgan del abrigo de aquel viejo árbol hallado oculto a la esquina derecha de los salones. Crafty, Bubba, Piggy Bobby, Kickin y Hoppy –como es de adivinar, cada uno de ellos es el amigo y amiga de Dogday– se han acomodado gratamente bajo las ramas de un gran mollet, y encima de una rugosa manta de estampado floreado. El motivo de su reunión es banal, degustar de sus alimentos con platica al gusto, si es que así se puede llamar a la acalorada discusión de Kickin y Hoppy de los temas más vanales que ha conocido el plano terrenal, acompañada de las acotaciones de los demás chicos, que claramente no eran escuchadas, y si lo eran, no resuenan tan fuerte como las voces de los dos amigos.

Evidentemente, están en desorden.

Hacia falta de una de las personas más importantes del grupo, Dogday, y su ausencia se sentía.

La falta de armonía no ha de adjudicarse a alguna carencia de afecto en el grupo, cada uno de ellos tiene un especial cariño por cada miembro, mas bien, la culpa del caso era falta de una persona que los pueda integrar a todos en una conversación, sin que ninguno se sienta excluido o aburrido del tema.

—¡Déjate de excusas! Sabes que esa película te dio miedo hasta más no poder. Ni siquiera te atreverás a mirar debajo de tu cama esta noche —Kickin intentó salvar su dignidad con un tono desafiante.
—Espera, espera, espera. ¿Estás diciendo que tú no saltaste del asiento cuando apareció el monstruo? Porque estoy bastante segura de que sí lo hiciste —Hoppy divertida por ver a su amigo estallar una vez más.
—Si eso pasa, tendremos que soportar la baba de Kickin en las carpetas hasta nuevo aviso  –interrumpe Bubba con cierto tono burlón.
—¡No digas mentiras!¡Yo no babeo!¡Todos ustedes son unos mentirosos!
Todos rieron.
—¡Dejen de reírse, no estoy bromeando!
—¡Ay tontito es eso por lo que nos reímos! –agrega Hoppy colocando su mano derecha en el hombro de pollo, y la izquierda en su estómago.
—Tontita tu –le saca la lengua, lo cual hace estallar de la risa a la conejo, provocando que deje caer su espalda hacia el pasto mientras ríe exageradamente.

De pronto sus carcajadas se sintieron cada vez más distantes, sus ojos se habían encontrado con el flojo caminar de Catnap. Ella aún sin dejar que sus cuerdas vocales opaquen del todo su risotada, observó con detenimiento y gran atisbo de duda esos enclenques movientos, fue entonces cuando una flore empezó a brotar en su pensamiento, la campana había sonado hace varios minutos, ¿Por qué apenas estaba saliendo del aula?

Una idea golpeó como un bombo en su cabeza.

—Hey...Puff...Jaja... Dogday...¿Él se quedó en el aula no es así? Jaja.
—Si, la profesora le pidió de favor que regara las plantas –responde casi de inmediato Crafty.
—Oh... Parece que ha tenido un encuentro desafortunado.

Los ojos de todos apuntaron hacía la puerta del aula y seguidamente hacia los pasos de Catnap. Las risas fueron cortadas tal raíz.

—¿De nuevo él?
—¿De nuevo él?
Crafty y Kickin preguntan agresivamente al unísono.
—¿Cómo que de nuevo? –Hoppy acompañada de su pregunta volvió a sentarse correctamente mirando hacia sus amigos.
—En la mañana cuando estábamos viniendo con Dogday lo encontramos por accidente, ¡Casi le doy una paliza por su comportamiento de ayer! Pero la bella Crafty me rogó que no lo hiciera y Dogday...Bueno él estaba actuando raro.
—¡Yo no te dije nada! –Interrumpe Crafty con las mejillas levemente sonrojadas– pero... Lo último es cierto, Dogday ha estado actuando diferente hoy, esta demasiado pensativo.
—Posiblemente aun esta pensando en lo que paso el día de ayer –observa Bubba.
—Si, lo mismo creí yo, pero no le pude preguntar –levantó sus hombros y agacho su cabeza–, aún así, dijo que el motivo no era ese y prometió que nos contaría a Kickin y  mi lo que le pasaba.
—¿Y si el chico raro lo ha amenazado? –interviene Piggy con la boca llena de una tarta de manzana.
—No creo que el chico nuevo tenga el valor de hacer eso, tan solo mirenlo es muy delgado, seguro es un debilucho. Dogday tiene un amigo con músculos muy marcados y fuertes. Nadie se metería inteligente se metería con él estando yo a su lado –claramente una oportunidad para presumir sus bíceps que Kickin no desaprovechó.
—Que bobo –voltea los ojos Hoppy, incrédula de las palabras tan tontas que acaba de escuchar.
—Bueno... Que negativos son todos, quizás solo lo esperó para pedirle disculpas por lo de ayer.
—Pues tendrá que pedirnos disculpas a cada uno de nosotros si quiere misericordia –una mano verde golpea la nuca de Kickin.
—Esto no es un juego.
—No estoy jugando –sobandose la nuca y con la voz ligeramente infantil.
—No se golpeen chicos –llega Crafty al rescatar de la pobre ave–, puede que Bobby tenga razón y se haya disculpado.
—Si, es mejor pensar en los positivo –sonríe la osa con esa ternura impecable que la caracteriza.
—Pero, ¿No vamos a actuar como si no hubiera pasado nada, no? Es decir, empujo, arañó e insulto a Dogday por nada –pica una vez más Piggy, con su diálogo ahogado en migas de tarta.
—Pobre perrito, fue su saco de boxeo –añade Hoppy con cierto tono lastimero.

Misterio en la Bandeja de Entrada [Catnap x Dogday]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora