Capítulo 6

180 30 14
                                    

—Hola –dice Catnap, apretando sus labios intentando de desvanecer la sonrisa que discrepaba de su amargo gesto de siempre.

Crafty y Dogday mantienen sus bocas selladas.

—Por cierto –Kickin aclara la garganta, provocando que todas las miradas se centren en él–. Cuando salí al baño, escuché que estaban tocando la puerta, fui a abrir y ¡Sorpresa! Estaba él ahí –señala al felino. Quería arreglar una situación que claramente había arruinado, no obstante, es tan igual de claro que tampoco iba a hacerlo.

Las mejillas de Dogday tenían un tono de rojo tan brillante que era seguro que si las rosas de algún rosedal lo vieran se marchitarían consumidas por la envidia. Pero no hay forma de enorgullecerse de ese bonito color en una situación tan vergonzosa.

—Oh. Hola Catnap, llegas tarde. Por favor toma asiento –dice por fin Dogday, señalando el banco que está en frente del escritorio.

Los ojos de Catnap se clavan en su rostro por varios segundos, que a causa del repentino silencio de las demás voces hizo que se sintieran eternos.

Los ojos de Catnap se clavan en su rostro por varios segundos, el tiempo atrapado esa mirada es distinto a lo que conoce, de bajo de esos faroles parece estirarse hasta lo eterno en medio de un repentino silencio que lo abraza repentinamente. Pero no es una sensación tranquilizadora, es inquietante, hay algo escondido tras ese gesto sereno, un brillo en medio de esas oscuras pupilas, que lo hace entender que Catnap está disfrutando del color de sus mejillas, no sabe por qué con exactitud, pero puede intuir el motivo, sabe que se está burlando de él, incluso, sin oír ninguna palabra, Dogday cree escuchar más de una burla provenir de esa retorcida mente.

—Como tú digas –rompe la tensión de sus miradas, pasando a la habitación. Deja su mochila y su abrigo sobre la silla y se sienta mirando a los demás.

Pero su atención es robada por la alfombrilla del mouse. Un clásico modelo azulino totalmente liso, que tiene el nombre de ABBA impreso en el inferior de su área.

—Así que te gusta ABBA.

Dogday se mostró sorprendido por esas repentinas palabras, pues, eran extrañamente agradables, un movimiento peculiarmente extraño proviniendo de alguien con quien había discutido hace un par de horas por su comportamiento malicioso. Realmente no hay forma que pueda entender lo que pasa por la mente de ese gato. Y quizás sea mejor para él no hacerlo.

—Sí, es mi banda favorita –responde mostrando un atisbo de duda en su voz.—Va mucho contigo.

—Gracias.

—No fue un cumplido –ahí estaba lo que esperaba.

Risas ahogadas se pueden escuchar en la habitación, a pesar de que una canción suena a alto volumen. Por supuesto que los culpables eran Crafty y Kickin, que, avergonzados por traicionar a su amigo, cubrían sus bocas con sus manos. Pero no eran los únicos que estaban riendo, pues en ese gesto tranquilo, nuevamente se asomó una sonrisa.

No, no había forma que sus mejillas puedan pintarse más de rojo, o por lo menos eso es lo que creyó, hasta ese momento.

—Bien... –mira con severidad a sus amigos, cosa que provoca que ambos den un sobresalto del susto. No era común ver a su líder serio–, creo que será mejor que nos centremos en el tema de que haremos.

—Sí, tienes razón, hay que empezar –alienta tímidamente Crafty tomando asiento en el mismo lugar en el que estaba dibujando antes.

—¡Trabajo es mi segundo nombre! No hagan caso a mi partida de nacimiento –Kickin vuelve a la cama de su amigo de un salto, aunque está vez se sienta al filo de esta.

Misterio en la Bandeja de Entrada [Catnap x Dogday]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora