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Ambos eran una gran ayuda para el otro.

Y Billie pudo confirmarlo luego de una caótica madrugada.

No podía dormir, sentía que su espalda sudaba y que su pelo estaba mojado, el calor lo asfixiaba y en su mente la única idea que tenía en la cabeza era parar, o más bien pausar, ese sufrimiento con la única manera que sabía. Pero tampoco quería salir de su habitación, Kevin se había quedado esa noche y ahora dormía en la habitación de invitados.

Si salía caminaba despacio, Kevin no tendría por qué despertarse.

Salió de su habitación y caminó por el pasillo hasta cocina -tardando más de lo que pensó-, podría encontrar un paño frío para ponerse en la frente o algo para distraerse. 

Por alguna razón sintió un punzante dolor en su brazo cuando cruzó el umbral de la puerta, pero finalmente llegó hasta donde quería, la nevera para tomar un poco de agua, sentía su garganta seca.

- ¿Billie? - Llamó Kevin.

Y Billie se asustó cuando lo escuchó, dejando caer la botella de vidrio al suelo y provocando un gran ruido al chocar contra este, perturbando tanto a Billie que tuvo que cubrir su cabeza y controlar sus labios para que no temblaran.

- ¡¿Billie?!- Kevin fue rápidamente a socorrer al mayor, teniendo cuidado con el agua y el vidrio del suelo, él estaba calzado, pero Billie no.

Billie sintió que el menor lo rodeaba con sus brazos, pero no podía dejar de temblar, ahora sentía demasiada vergüenza al tener que ser visto de esta manera y más frente a Kevin. Aún así, se dejó guiar por este para llegar a una silla.

- ¿Qué pasa, Billie? ¿Que sucedió?- Preguntó cuando ambos se sentaron, Kevin mirando a Billie y este miraba hacia otro lado.

- ¿Cómo te despertaste?

Kevin no pudo evitar soltar una sonrisa nasal y mirar confundido a Billie.

- ¿Cómo no despertarme? Te chocaste contra todo lo que pudiste antes de llegar a la cocina, incluso tiraste tu guitarra y tienes suerte de que no se haya roto.- Y luego de esa declaración Billie volvió a sentirse avergonzado, aún se sentía cohibido por su situación y que Kevin lo viera así lo hacía sentir a sí mismo aún peor.- Pero descuida, tú no te lastimaste y eso es lo importante ¿Quieres que te ayude a ir a la cama?

- Esto es humillante.- Respondió a modo de broma, pero en realidad era así como se sentía, humillado.

El menor solo negó con la cabeza y ayudó a Billie para que se levantara. Ambos caminaron despacio hasta la habitación.

- Ya puedes irte a la tuya.- Dijo el mayor mientras se sentaba en la cama.

- ¿Estás seguro que no necesitas algo más?

- Lo estoy.

Pero Kevin no quería irse.

- Me quedaré contigo, aún parece que vas a largarte a llorar.- Dijo mientras se sentaba en la cama y Billie solo lo observaba. No le gustaba la idea de que Kevin lo mirara como un niño pequeño, aún menos sabiendo que él era mayor, pero también le gustaba estar más tiempo con él.- Hasta que te duermas, me quedaré aquí.

- Haz lo que quieras.- Respondió Billie, resignado.

(k + b)Where stories live. Discover now