Capítulo 67

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Dorian no tenía experiencia en este asunto, y no fue hasta después que se dio cuenta de que había sido tentado por la sirena.

Pero en este momento, en lo único en lo que podía pensar era en Sylvie, sin dejarle lugar a la posibilidad de pensar racionalmente en el asunto.
Él estaba seguro de que podría hacerlo, incluso si el tamaño de los humanos y el de las sirenas no coincidían en absoluto…  Afortunadamente, las sirenas parecían secretar algún tipo de sustancia, la que probablemente contenía algunos componentes afrodisíacos. En resumen, Dorian no sintió demasiado dolor, sino una sensación extremadamente placentera.

Durante toda la noche, Dorian vio la luna rebotando sobre su cabeza acompañada por los sonido de las olas, los cuales se vieron cortados por los gritos de Dorian que ahogaban a todo sonido.

La brisa nocturna del mar trajo consigo un escalofrío, pero Dorian no sentía frío. Él estaba siendo quemado, y se sorprendió al descubrir que la sirena también estaba ardiendo en ese momento. Dorian no sabía si era su temperatura la que había llegado al cuerpo de la sirena calentando las escamas de Sylvie, o si esta temperatura realidad provenía de su propio cuerpo, pero en resumen, ambos estaban sudando profusamente en ese momento.

La cola de la sirena estuvo enrollada alrededor de las piernas de Dorian toda la noche, y cada vez que Dorian buscaba detenerse, Sylvie siempre encontraba una manera de hacer que Dorian volviera a calentarse. Ya fuera la fragancia almizclada que emanaba de su cuerpo, o su susurro en el oído de Dorian y la punta de su cola rozando su tobillo, cada acción de la sirena era irresistible.

Hubo muchas ocasiones en las que Dorian pensó que había llegado a su límite, pero Sylvie siempre podía enviarlo nuevamente al maravilloso paraíso.

Dorian no sabía cuánto tiempo habían estado haciendo esto.
Hoy no hubo amanecer porque las nubes oscuras se habían acumulado en el cielo desde la mañana. No pasaría mucho tiempo hasta que comenzará a llover, levantándose una tormenta en el mar.

Antes de que las gotas de lluvia cayeran de las nubes, la sirena se deslizó hacia el mar con Dorian y se ayudaron a limpiar los rastros de la noche anterior en el cuerpo del otro, pero cuando Dorian acarició la suave piel y las frías escamas de la sirena, y la sirena envolvió su cola alrededor de sus muslos, inevitablemente, se encendió el deseo.

Esta vez fue en el mar, y la fuerte lluvia se tragó todos los sonidos. Dorian abrazó fuertemente a Sylvie hasta estar exhausto, y cuando todo terminó, Sylvie lo llevó a la cueva.

Dorian trabajó duro toda la noche, y aunque su cuerpo estaba muy cansado, su espíritu todavía estaba en alto y no podía conciliar el sueño.

Este se envolvió en su piyama y su bata de laboratorio, luego apoyó la cabeza en la cola de la sirena y dejó vagar sus pensamientos.

Gracias a esta cueva protegida, siempre fresca durante el día y cálida por la noche, Dorian pudo evitar resfriarse.

Aunque quizás debería de estar más agradecido con su fuerte físico. Después de todo, luego de pasar tanto tiempo bebiendo agua fría y comiendo sashimi todos los días, sin zapatos, apenas vestidos y a menudo mojada, aún se encontraba sorprendentemente sano. Incluso siendo capaz de follar con la sirena durante toda la noche… sinceramente, el que se haya mantenido sano hasta ahora fue simplemente un milagro.

Quizás percibiendo las emociones de Dorian, Sylvie comenzó a cantar de nuevo. Esta vez su canto fue muy suave, acompañado por el sonido de las olas y la lluvia, como una canción de cuna.
Dorian sintió vagamente que había escuchado esta melodía antes en alguna parte, pero no pudo recodar en donde…

Justo cuando Dorian estaba a punto de quedarse dormido, un gran trueno vino repentinamente desde fuera de la cueva, seguido por el rugido furioso de una especie de monstruo marino. El rugido fue simplemente más aterrador que el trueno mismo, y Dorian se despertó de inmediato.

"No tengas miedo, Dorian." Sylvie abrazó con fuerza a su pequeño compañero humano, lo envolvió con su cola y frotó su pantorrilla de forma rítmica con su aleta caudal para convencerlo de que siguiera durmiendo.

"¿Qué fue eso?" Dorian luchó por sentarse. Se subió a las rocas cerca de la entrada de la cueva y miró a través de esta. Al asomarse más, Dorian vio unos extraños tentáculos gigantes ondulando y rodando sobre la agitada superficie del mar.

La distancia era demasiado grande y la luz de afuera era tenue en ese momento, por lo que la vista de Dorian solo pudo captar unas formas ovaladas en los tentáculos... ¿tal vez eran ventosas? No estaba seguro.

A juzgar por el diámetro de esos tentáculos, la longitud de este pulpo debe ser de varios cientos de metros.
En ese momento, este monstruo marino parecía estar luchando contra algo, tal vez una ballena gigante, Dorian no estaba seguro en realidad, pero por el rugido ensordecedor que soltó la otra bestia, Dorian podía afirmar que sin dudas esta otra criatura marina no era inferior en tamaño a ese pulpo.

El cielo estaba muy bajo, con truenos y relámpagos mostrando sus colmillos, el mar se agitaba y rugía, y esos enormes tentáculos seguían rodando en el mar, haciendo de la tormenta marina en ese momento el telón de fondo de esta feroz batalla.

Dorian experimentó una vez más la insignificancia de los seres humanos. Incluso ver esta escena desde la distancia lo hizo temblar de miedo. Se imaginó que si él fuera un pequeño pez en el mar, accidentalmente se vería involucrado en la pelea entre estas dos bestias marinas en medio de la corriente, siendo chocado por esos grandes tentáculos y siendo aplastado hasta la muerte por accidente…

Lo que puso fin a esa horrible fantasía fue un abrazo firme pero ligeramente húmedo.

Sylvie lo abrazó y se lo llevó nuevamente a las profundidades de la cueva. Siguiendo las acciones que Dorian había hecho en un pasado, este besó sus orejas y acarició su espalda, buscando reconfortarlo: "No tengas miedo, Dorian, yo te protegeré".

La voz de la sirena era baja y profunda, como si proviniera desde el fondo de su pecho, lo que le dio a Dorian un gran consuelo.
Él se acurrucó en los brazos de Sylvie y cayó en un sueño profundo.

Dorian no sabía cuánto tiempo durmió, pero cuando se despertó el cielo todavía estaba oscuro, sin poder distinguirse entre el amanecer o el anochecer. La fuerte lluvia dejó de azotar, los relámpagos y los truenos habían desaparecido, y los monstruos gigantes que luchaban en el mar también ocultaron sus huellas. Todo parecía haberse esfumado en medio de su sueño… incluyendo a Sylvie.

Cuando Dorian despertó, estaba solo. El pánico y la soledad lo tragaron en un instante. Gritó el nombre de Sylvie en voz alta, pero no hubo respuesta.

Dorian salió tambaleándose de la cueva y miró a su alrededor, pero todo lo que pudo ver fue el cielo gris y el mar oscuro.
Dorian sintió que él había caído en un sueño extraño hace mucho tiempo, del cual nunca despertó. Él sospechó que en realidad había muerto hace mucho tiempo, en ese ataque al instituto, y que todo lo que vivió en esta isla en los últimos días fue solo una fantasía producida por su cerebro al momento de su muerte...

Afortunadamente, el familiar llamado de la sirena rompió la mala burbuja emocional de Dorian.

La figura de Sylvie apareció en la superficie del mar, y su gran cola causó grandes salpicaduras en esta, como si estuviera llamando deliberadamente la atención para que Doria lo viera.

Dorian sintió las lágrimas picar en sus ojos por el alivio. Este respiró hondo y caminó hacia la orilla de la playa fingiendo indiferencia: "¿Fuiste a cazar? ¿Por qué no me despertaste?”

Sylvie nadó ágilmente hasta la orilla y, sosteniendo un gran trozo de carne de pescado en su boca, tomó a Dorian cuando pasaba y los deslizó dentro de la cueva.

Cuando llegaron a la cueva, Sylvie puso la carne de pescado que llevaba en la boca sobre una piedra lisa y limpia. Este no soltó a Dorian en ningún momento, sino que enroscó su cola y dejó que Dorian se sentara sobre esta mientras consolaba hábilmente a su compañero : "No tengas miedo".

En el momento en que vio a Sylvie, Dorian recuperó el control de sus emociones, ahuyentando su miedo. En este momento, las únicas secuelas que quedaron en el cuerpo de Dorian de este miedo fueron solo unas pocas palpitaciones agitadas de su corazón después de que la ola emocional se desvaneciera.

Y quizás algo más.

Dorian repentinamente miró hacia el rostro de Sylvie, ese rostro demasiado hermoso que estaba lleno de infinitas tentaciones para Dorian. Y al mismo tiempo que lo miraba, en su mente también surgieron las escenas apasionadas de su noche anterior.

Lo cierto es que Dorian había actuado de forma desenfrenada e inconsciente en ese momento, pero ahora, las consecuencias de su indulgencia le llegaron como el veneno crónico de una serpiente; apoderándose de su cuerpo de forma tardía. A Dorian le dolía la espalda, su piel estaba extremadamente sensible después de haber sido succionada con fuerza por la boca de la sirena, y la tela de su ropa le picaba cuando entraba en contacto con su piel.

"No tuve miedo." El orgullo masculino no le permitió a Dorian confesar fácilmente su debilidad ante esos pocos minutos en soledad.
Dorian sintió cómo ojos de la sirena se enfocaban en sus oídos enrojecidos, haciendo que la piel en esa área se sintiera caliente.

Finalmente, Dorian suavizó su actitud y se giró para encontrarse con la mirada de la sirena: "Solo... te extrañé un poco".

La sirena de repente dejó escapar un sonido agudo desde el fondo de su garganta, y luego, inmediatamente envolvió a Dorian en una bola moviéndose rápidamente a su alrededor por el suelo, actuando como una pitón marina atrapando a su presa.
Sylvie atrapó a Dorian en sus brazos, lo besó y lamió con fuerza hasta que Dorian no pudo respirar.

Después de solo una noche de pasión y hambre, era imposible para Dorian tener la fuerza física para soportar una nueva ronda de tortura. Y aunque Sylvie estuviera un poco listo para hacer un movimiento sobre Dorian, este solo pudo dejar ir a su frágil compañero humano e instarlo a comer.

Esta vez la comida ya no era atún, sino un trozo entero de carne de pescado regordeta y brillante, el cual obviamente fue arrancado de alguna bestia marina gigante. Esta carne tenía una textura sedosa y estaba cubierta con una gruesa capa de grasa, solo siendo opacada por algunas vetas de sangre que no fueron limpiadas por el agua de mar.

Si Dorian todavía viviera una vida normal en la sociedad humana, nunca pensaría en tocar este trozo de pescado, e incluso se sentiría disgustado por el olor acre de la sangre, pero en ese momento, al contemplar este gran trozo de pescado crudo, Dorian no pudo evitar tragar la saliva que se acumulaba en su boca ante la expectativa.

Dorian tenía tanta hambre que ni siquiera podía esperar a que la sirena cortara el pescado sus garras, por lo que decidió morderlo directamente con sus propios dientes. Él se comió completamente el gran trozo de pescado en grandes bocados y sintió que todavía no estaba satisfecho.

Dorian se sentó sobre la cola de la sirena y dejó que el otro hombre usara su lengua para limpiar las manchas de sangre en las comisuras de su boca y sus dedos.

Mientras tanto, Dorian no pudo evitar sentirse un poco confundido: ¿Era sólo su ilusión o su apetito pareció ser demasiado bueno estos últimos dos días?

Nota: ¡Hola otra vez!, perdón por la tardanza, los estudios me tuvieron atrapada esta semana. :c

Registro de observación de Sirenas [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora