Catalina más conocida como Sultana Dilruba en el imperio otomano, es secuestrada de las tierras de sus antepasados y llevada como obsequio al palacio de Topkapi para el Sehzade Mehmet. Su padre fue un pintor que se dedicaba hacer cuadros de su única...
En el palacio principal siempre hay problemas y ahora el problema es la sultana Hurrem fue secuestrada, el palacio se podría decir que temblaba ya que el sultán estaba furioso, no entendía como se esfumó de la nada. El príncipe Mehmet se encontraba desesperado, su madre desapareció y él no pudo hacer nada.
—Mehmet, calmate... encontrarán a la sultana— Dilruba le abrazo
—Dilruba ¿que haré si no la encuentran?— Mehmet quería llorar de la impotencia, como se atrevían hacer eso a su madre
—No piense en eso, la sultana es fuerte... absolutamente nadie puede derribarla, ella volverá más fuerte que nunca
—Eso espero— dijo Mehmet mientras Dilruba le acariciaba las mejillas
—Yo estaré a tu lado ayudándote en lo que pueda
—Dilruba, quiero que te quedes en tus aposentos... no quiero que te pase nada
—estaré con el príncipe Cihangir, quiero hacerle sus ungüentos... como sabe el príncipe siente dolor aveces... al menos puedo calmar su dolor— Dilruba tomo las manos de Mehmet, ella de verdad quería ver al príncipe Cihangir porque no quería que sienta dolor
—Está bien... pero siempre ten cuidado por favor, hazlo por nuestro hijo—dijo Mehmet y Dilruba asintió
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Dilruba se encontraba con el príncipe Cihangir en los aposentos de la sultana Hurrem, el pequeño se había dormido de tanto llorar por su madre. Dilruba aunque no lo dijera se encontraba mal, se veía en el príncipe ya que ella perdió a su madre de niña, no tiene ningún recuerdo de ella.
En eso entra la sultana del Sol y de la Luna, tenía un expresiones de preocupación, tenía los ojos rojos de seguro de tanto llorar.
—Sultana— dijo Dilruba para posteriormente hacer reverencia
—Mi pequeño hermano, ¿como está?— preguntó la sultana Mihrimah mientras se acerca a su hermano
—Seguramente está triste... se quedó dormido llorando sultana— dijo Dilruba
—Me dijeron que eras tú la que dejó ungüentos para Cihangir, quiero que te quedes con él todo este tiempo... no quiero que el príncipe se ponga mal— dijo Mihrimah seria, pero en eso entra Mehmet en la habitación
—Dilruba aquí estás... te estaba buscando— dijo mientras se acercaba a la hatun para después dejar un beso en su frente
—Hermano, quisiera que tu concubina se quedará con Cihangir para calmar su dolor
