Capitulo 2

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Como la sultana Hatice lo predijo, llevó a Catalina al palacio del sultán para darla a Mehmet como obsequio sin que nadie lo sepa porque sabía que si la sultana Hurrem se enteraba todo acabaría en ruina.

—Señorita Afife agrégala al libro del harem, quiero que esta jovencita se encargue de la limpieza de los aposentos del príncipe Mehmet— dijo Hatice

A sus órdenes sultana— dijo la señorita Afife mientras hacía reverencia

La sultana Hatice se retiró y Catalina se quedó viendo a Afife, no sabía que tenía que hacer o decir.

No me mires tanto y sígueme te tengo que incorporarte con las demás.

Catalina siguió a la mujer hasta el Harem pero se detuvo y ella igual. Escucharon a uno de los agas del harem mencionar al príncipe Mehmet que se aproximaba así que tenía que mencionar su entrada.

Atención, el príncipe Mehmet está aquí...— dijo Sumbul e hizo reverencia

Catalina escuchó eso y también se inclinó como todos. Por de bajo pudo ver como todas las muchachas se inclinaron pero a la vez quería ver al príncipe.

Cuando el príncipe pasó Catalina por fin se enderezó y siguió a Afife, la dejo con las demás señoritas. Ellas hablan de lo apuesto que era el príncipe y que deseaban pertenecer a su harem.

Y tú, ¿eres...?— dijo una muchacha de cabellos negros

—Me llamo Catalina

—¿Quién te trajo aquí? Eres nueva por lo que veo— habló otra y más mujeres se acercaron

—La sultana Hatice

—Al parecer trajeron un obsequio... ¿Para quién serás?— preguntó una rubia — para el sultán Suleiman no creo, la sultana Hurrem te quitaría de su camino con un susurro...

—Puede ser para el príncipe Mustafá— dijo la pelinegra del inicio

No creo, si fuera así ella estaría en Manisa y no aquí...— Volvió hablar la rubia

Acaso será para el príncipe Mehmet— dijo una de cabello castaño rizados

Calla— dijo la rubia — el príncipe Mehmet no puede elegir a esta... además es un regalo de la sultana Hatice... la sultana Hurrem jamás permitiría que se acercara al príncipe...

—¡Bastaaaa!— gritó Catalina — No soy un objeto al cual pueden regalar... soy un ser humano

—Serás un ser humano pero aquí todas somos esclavas

Sumbul apareció de la nada molesto, escucho los murmullos y después el grito, no permitiría que haya caos en el harem.

—¿Que son estos gritos?

—Porque trajeron a esta, Sumbul— dijo la rubia molesta

Disculpe sultana Olga no sabía que tenía que dar a explicaciones por algo que trajo una sultana—dijo con sarcasmo Sumbul— cállate y pónganse a hacer sus deberes y a la primera que escuche hablar le cortaré la lengua escucharon...

Sumbul se fue y todas las muchachas se dispersaron, Catalina se sentó en uno de los asientos. Sentía que las mujeres la miraban mal pero no podía hacer nada, ese era su destino.


 Sentía que las mujeres la miraban mal pero no podía hacer nada, ese era su destino

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Trono - Sehzade MehmetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora