Catalina más conocida como Sultana Dilruba en el imperio otomano, es secuestrada de las tierras de sus antepasados y llevada como obsequio al palacio de Topkapi para el Sehzade Mehmet. Su padre fue un pintor que se dedicaba hacer cuadros de su única...
En un casa, en una provincia de España, se encontraba una adolescente de nombre Catalina, que se había apenas despertado de una pesadilla. Había soñado que era secuestrada por tártaros y llevada al palacio otomano, sudando frío y temblando se acercó a la ventana y miró el cielo.
—¿ese es mi destino?— dijo Catalina con lágrimas — Apenas salga el sol le diré a mi padre, así poder esconderme hasta que pase...
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Al día siguiente Catalina le contó el sueño a su padre y quedaron que ese mismo día se iría a otra parte, así cuando los tártaros vinieran por ella no la encontrarían
—Hablé con tu tía María, dijo que te puede tener con ella— dijo su padre mientras le acomodaba sus cabellos —Hija mía, nadie te llevará... mientras yo viva no permitiré que sufras
Comenzaron a guardar las cosas de la adolescente para poder partir de noche con más seguridad, Catalina no quería dejar a su padre pero si su pesadilla llegaba a hacerse realidad como las otras, ella sería entregada para un príncipe otomano.
Cuando el sol se ocultó, padre e hija salieron de su casa, el padre hizo que su hija suba al carruaje y mientras este avanzaba el padre solo podía llorar. ¿Cuánto tiempo estaría separado de su única hija? ¿Porqué especialmente a ella quieren? No es que el padre le desee eso a otras muchachas pero él solo tiene a ella, ella es lo único que le queda en esta vida.
Esa misma noche en el pueblo se escuchó los gritos y las campanas, avisando que los tártaros habían llegado al pueblo. El padre supo que la pesadilla de su hija podía cumplirse si solo hubieran esperado 1 dia. Desde la ventana de su habitación veía como los tártaros hacían caos y entraban en casa en casa buscando algo. Él comenzó a rezar para que no encontraran en el camino a su querida hija.
De pronto se escuchó golpes en su puerta y él fue abrir, vio a 3 tártaros entrar.
—Te encontramos escultor Méndez— dijo uno de los tártaros — ¿Dónde está su hija?
El padre asustado entendió que otra vez algo que soñaba su hija se hacía realidad
—No está aquí, se fue hace 2 semanas a Francia con unos familiares— dijo seguro, quería mostrarse seguro para que no sospecharan porque su hija ni siquiera estaba en Francia
—Busquen toda la casa, a los alrededores, en todos lados
Mientras dos buscaban a su hija por la casa, uno de ellos le amenazaba con la espada, si tan solo se moviera un poco su cuello estaría rajado.
— Jefe acaban de encontrar un carruaje que se dirigía al norte y dentro de ella había 1 jovencita— dijo otro tártaro entrando a la casa
—No... NO— gritó el padre, habían encontrado a su hija, se la llevarían, no podía permitirlo
