Tempestad

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La guerra acababa de culminar, pero yo seguía en una guerra interna, me sentía despreciable, el haber traicionado a mi familia es un acto de culpa que jamás me dejara tranquila, se que fui obligada a traicionar a la gente que amo si eso implicaba tenerla a salvo.

Todos me miraban mal, desde hace un año que comenzó el gobierno del señor tenebroso, me uni a sus filas, era una de las primeras en la línea, sabía que iba a terminar en Azkaban, aún que mis actos eran como espía, nadie sabía de eso, me resigne a que me llevarán al final fueron parte de mis desiciones que me llevaron a ese camino.

Entre al gran comedor, vi a mi hermano y la familia Wesley a lo lejos, vi el cuerpo de Fred sin vida en el suelo, algo se volvió a romper dentro de mi, el era mi mejor amigo, el hermano de otra madre que nunca me dejó sola, solo derrame un par de lágrimas, al final de este año había sido entrenada y torturada para no mostrar emociones.

Harry y yo hicimos contacto visual, sabía que le odiaba, desde quinto año sospechaba de mi, de mi raro comportamiento y de mi extraño acercamiento a Malfoy, vi como se acercaba a mi, esperaba lo peor, pero sin duda nunca espere que un abrazo me recibiera, me quedé estática, por un segundo creí que era un sueño.

– Perdoname Ly, fui un pésimo hermano, se que trabajaste como espía, que arriesgaste tu vida por mi dentro de esa mansión, que ganaste tortura por ocultar información, perdoname por no protegerte como debía – Dijo Harry entre lágrimas.

Me quebré, si creí que tenía el alma rota, ahora la tenía por los suelos y pisoteada, estaba recibiendo una disculpa, algo que no había tenido en años.

– Perdoname tu Harry, te traicione, traicione a toda la familia, a la gente que amo, nunca podré con la carga de culpa – dije en medio de llanto, mis barreras se cayeron desde que Harry me abrazo.

– Nunca te voy a culpar de nada, gracias a ti ganamos una guerra, debes de tener mejor reconocimiento, hiciste el trabajo sucio Ly, pero quiero que sepas que aún que no sabía la verdad antes, nunca te deje de querer y jamás te guarde rencor – Dijo viéndome a los ojos.

Antes de decir algo más, llegaron oficiales, agarrando a todos los mortifagos del señor tenebroso, entre ellos, me agarraron a mi, era lógico, a pesar de que Harry hizo un intento de convencer mi inocencia, fue vano, debía estar en juicio, pero mientras iba a estar encerrada.

Llegando al ministerio, nos encerraron temporalmente en celdas, mientras esperábamos los días de juicio, me emparejaron con Malfoy, el y yo teníamos una relación de amigos, aún que fue forzada pro las circunstancias, éramos buenos compañeros, vi su verdadera cara de un niño asustando que lo habían obligado a participar en una guerra por las acciones pasadas de sus padres, no tenía la culpa, el tenía miedo.

Teníamos una gratitud mutua, el me ayudaba, yo lo ayudaba, los castigamos que recibíamos eran atrozes, pero nuestra compañía aveces el las noches frías era reconfortante, éramos buenos amigos.

Transcurrió una semana con demasiada lentitud para mí gusto, a pesar de ni estar sola, me sentía devastada y abandonada, si lograba salir de esta, me iría, me iría lejos, necesito escapar de todo esto, no merezco estar con Harry y los Weasley, también cargaba parte de culpa por la muestre de Fred, al menos yo así lo sentía, nos mandaron a llamar uno por uno, la siguiente era yo.

ALWAYS   | Jasper Hale Donde viven las historias. Descúbrelo ahora