¡Pasado: Segunda parte!

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Taehyung, 15 años.


"Risa y dolor, melodía de amor. Un momento que jamás volverá..."


─ ¿Deseas bailar conmigo? ─Preguntó con una sonrisa, que derritió todo dentro de mí.

Mi propio corazón retumbo con sus palabras, las mismas tres palabras que habían dado inicio a nuestra historia. La anticipación sacudió mi cuerpo, el anhelo de decirle que si electrizaba mi propio ser.

Habíamos sido demasiado jóvenes en ese momento, cuando me miro por primera vez, y aun la corriente eléctrica seguía intacta, nos atraía como imanes. Que era imposible luchar contra ello. Mi propia sangre llamaba la suya, anhelando ser una sola, uniéndonos con una llama cegadora, que nos quemaba tanto como para poder resistirlo. Habíamos peleado lo suficiente contra ello, pero no pudimos hacerlo por mucho tiempo.

Dos años habían pasado desde la primera vez en que nuestros cuerpos se encontraron en una lambada, y mi propio ser no podía privarse de ella.

─Por favor─Respondi y él me sonrió.
Me tomo de la mano y me guio a través de la pista de la habitación, nuestro almacén, nuestro lugar seguro donde nadie podía vernos y juzgarnos. Nuestras caderas se encontraron al compás de la música de afuera, la misma canción que bailamos cuando teníamos quince y trece años. La misma voz resonando en cada rincón del bar. Mi falda se movía al ritmo de su pantalón.

Las gotas de sudor caen por nuestros cuerpos pegados, meneándose a un solo ritmo. Su risa hizo eco en mi corazón, quien latió enamorado.

Lo quería, lo quería tanto. Era mi amor, mi chico de las maracas coloridas, y no el hijo de la cantante de la orquesta que trabajaba para mi padre. No comprendía por qué no podíamos ser vistos juntos, ¿Que habia de malo en ser dos chicos enamorados?, no lo sabía y tampoco quería hacerlo.

─Siempre sabes como seguir mi ritmo, pajarito─Me miro a los ojos y solo pude sonreírle.

La música ceso y él se separó, mi corazón se encogió ante su lejanía, pero antes de que pudiera decir algo, tomo mi rostro entre sus manos y dejo un beso en mi frente. Deje salir un suspiro, deseando que ese beso fuera en otro lugar.

─ ¿Cuándo me besaras? ─Replique cuando nos separamos.

El solo rio, y mi propia furia encandilo mi cuerpo.

─No te molestes, pajarito, pero ya hemos hablado de eso─Dijo tomándome de la cintura.

─Es que no lo entiendo, Jungkook, no lo entiendo─Reproché.

Jungkook me miro fijamente, levanto una de sus manos y la poso sobre mi rostro acariciándolo, me incline ante su toque sin dejar de mirarlo. No podía hacerlo, el me atraía, me atraía demasiado. Mis ojos no podían despegar los suyos una vez que ambos se encontraran.

─Tenemos que irnos, pajarito, tu padre no demora en ir a buscarte Murmuro sobre mi cabeza. Me aferre a él no queriendo irme de nuestro almacén, no quería que este momento terminara. Quería quedarme aquí para siempre, bailar con él, toda la vida. Movernos al ritmo del acordeón, que nuestras ropas resbalen al ritmo de nuestro meneo.

─Un poco más, por favor─ Rogué.

Jungkook me tomo en sus brazos, y volvió a mover las caderas, mi propio cuerpo lo siguió, nos meneamos al ritmo de la nueva canción. Su respiración roso mis oídos, lanzado una corriente de deseo que nunca antes había sentido, mi corazón comenzó a acelerarse. La adrenalina volvió a teñir mis venas y comenzamos a movernos mas pegados, mi cabeza sobre su hombre y la suya sobre la mía. Delineo mi cintura y la apretó más contra él, mis pies dejaron de tocar el suelo, pero seguí moviéndome contra él.

LAMBADA [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora