Taehyung.
Mi corazón late demasiado rápido, con el calor instalándose en mi rostro. Suelto un suspiro y vuelvo a encogerme en mi lugar.
No debe encontrarme, no debe hacerlo.
─Pajarito─Me llama, pero, me cubro la boca con las manos, antes de que pueda traicionarme y le responda.
Él lo sabe, sabe muy bien, que no puedo resistirme cada que me llama pajarito, es un tramposo.
─Sabes nene...─ su tarareo se escuchó demasiado cerca, muy cerca─Ni aunque estuviera ciego te perdería de vista.
Solté un grito al mismo tiempo que unos brazos me rodearon y me tiraron contra el muro de músculo que es mi marido.
—Eres un tramposo —reclamé.
Él carcajeó, y mi corazón volvió a la tranquilidad. Mientras más sentía su pecho contraerse por su risa, más mi corazón se calentaba. Solté un quejido cuando sentí un pequeño retortijón en el vientre.
—¿Sucede algo, nene? —Cuestionó Jungkook sobre mi cabeza.
Me separé de su agarre. Lo miré y, Dios sabía que nunca habría otro hombre que me hiciera delirar a tal punto de querer meterme en su piel y vivir allí para siempre. Solo mi Jungkook, nadie más que él.
—¿Nene? —Dijo frunciendo el ceño, dándome a entender que estaba preocupado.
Así que era mejor responderle, a menos que quisiera que perdiera la cabeza. Y, Dios mío, eso no era una buena idea.
—Estoy bien —Dije.
Arqueó una ceja.
—Taehyung —Exigió.
—Estoy bien, Jungkook, solo... —Lo miré—. Solo es tu hijo diciéndome que no soy el único encantado con tu risa, sino que él también.
Él sonrió pícaramente y cuestionó:
—¿Eso es así?
Rodé los ojos.
—Oh, vamos, nene, dime que sí —Suplicó con un brillo travieso en los ojos.
Denle la bienvenida a Jungkook egocéntrico Jeon.
—Nene, estoy esperando —Volvió a decir con una sonrisa juguetona en los labios.
Le blanqueé los ojos, sintiendo un leve temblor de frustración mezclada con cariño.
—No le blanquees los ojos a tu marido, doncel—Me reprendió, dándome una nalgada rápida y juguetona.
—Mi marido—Repetí con una sonrisa, sintiendo el calor de su mano aún en mi piel.
Jungkook me miró fijamente, sus ojos oscuros llenos de posesión y amor.
—Sí, tu marido—Posó su mano sobre mi vientre hinchado con tanta posesión que me hizo temblar, aunque el toque fuera tan suave y tierno. Sentí una oleada de amor y deseo recorrer mi cuerpo —El puto hombre que te lleno con su hijo, el cual cargas y darás a luz con orgullo. E incluso después de ese dolor, seguirás viniendo a mi cama noche tras noche pidiendo que vuelva a enterrarte la maldita polla hasta que vuelvas a hincharte con otro hijo mío.
Su voz era baja y ronca, cada palabra se sentía como una promesa grabada en fuego. Su mano acariciaba mi vientre con ternura, y su mirada era tan intensa que sentí como si pudiera ver directamente dentro de mi alma. Mi corazón latía con fuerza, y una mezcla de emociones me inundaba: amor, deseo, y una profunda conexión con el hombre frente a mí.
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LAMBADA [KOOKV]
FanfictionUn amor al compás de la lambada... -Llorando te iras, recordando el amor que no supiste cuidar, nene...