Efectos secundarios

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【 EPÍLOGO 】

La boda se organizo en un salón campestre, una recepción sencilla solo con personas cercanas, familia, amigos y algunos compañeros de trabajo,  los señores Graham estaban ahí, emocionados por el gran día de su querido hijo, estaban sentados al frente junto a los Lecter, quienes habían viajado desde Lituania a Nueva York sólo para asistir a la boda, Chiyoh y Murasaki también se encontraban ahí

- ¡mira Chiyoh! Que bonitas flores - exclamo Mischa emocionada - no hay flores como estas en casa -

- no creo que haya flores como estas en ningún lado, para empezar, no existen las rosas azules, es obvio que usaron pintura para lograr el tono -

- si tanto te gustan, puedes llevarte el centro de mesa-

Les dijo una varonil voz detrás de ellas, las mujeres voltearon y Mischa grito de la alegría

- ¡Darko! ¡cuánto tiempo sin verte! -

- dos años, de hecho - respondió Darko dándole un abrazo a Mischa - mírate, estas enorme, no te pareces nada a la chiquilla loca que conocí hace años -

- muchas gracias, tú también te ves bien, es una pena que no nos pudiésemos ver la última vez que vine, Nigel dijo que estabas muy ocupado -

- ocupado me mantiene él, casi siento que no me deja salir del club a propósito, hasta me sorprende que me haya dejado venir a la boda -

- no digas eso, mi primo te quiere mucho, solo que no puede confiar en nadie más que tú para que dirijas los clubes -

- pues ojalá me quiera menos...pero cambiando de tema, mucho gusto señorita, no había tenido el placer de conocerla antes -

- ¡oh! pero que pena - se disculpo Mischa - Darko ella es Chiyoh, la sobrina de Lady Murasaki y mi mejor amiga, Chiyoh, él es Darko, el mejor amigo de Nigel y gerente de sus clubes -

- mucho gusto, bella dama - dijo galantemente dándole un beso en el dorso de la mano a Chiyoh

- es un placer - respondió Chiyoh con una leve sonrisa

El salón estaba al descubierto, dejando ver el atardecer que adornaba el lugar de forma romántica, los arreglos florales eran rosas blancas y azules

- es hermoso - dijo Simonetta - me recuerda a nuestra propia boda -

El conde la miró y después la tomó de la mano, entrelazando sus dedos

- si, es algo sencillo para mi gusto...pero creo que esta bien para ellos, es muy acorde a su estilo-

Simonetta sonrió, lo que no pasó desapercibido para su esposo

- ¿que pasa? -

- aun es raro escucharte dar elogios a los demás -

- bueno...ya sabes lo que dice el terapeuta, se deben apreciar los detalles por muy sencillos que sean -

Simonetta sonrió y le dio un beso en la mejilla, estaba tan orgullosa de su progreso en la terapia  familiar, el juez llegó al estrado y todos guardaron silencio sentándose en sus lugares, los primeros en llegar fueron Hannibal y Nigel, ambos vestidos muy elegantes, Nigel en un traje completamente negro y Hannibal en un smoking monocromático, blanco con solapas negro, se pusieron junto al estrado como el padrino y novio que eran y esperaron unos minutos a que el otro novio llegara

- ¿y si no llega? - pregunto Nigel a Hannibal en un susurro

- ¿por qué no llegaría?... Ya esta aquí-

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