Capítulo 14[ Un Águila Al Acecho]

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Mirando la situación en la que estaba Keigo comenzaba a maquinar su pequeño plan para obtener una vida buena y en caso que lo primero no pueda lograrlo tenía el segundo plan bastante perfeccionado aunque eso seguramente le llevaría mucho más tiempo y en estos momentos no es que tuviera la paciencia para eso.

Aún tenía fresco el recuerdo de la policía entrando en la habitación del motel, mientras él estaba bastante drogado junto a la chica de compañía. Lo arrestaron en el acto por negligencia y terminó en la carcel,debería tenerle un odio hacia los vecinos chismosos que reportaron a Ryuta llorando pero no era su manera de ser. Lo dejó pasar y cumplió su condena cómo correspondía y vaya que fue un infierno pero lo logró y hasta hace poco que logró salir necesitaba bastante dinero para volver al juego...

Sabía que su ex tenía el máximo éxito y sabía que podía sacar mucho de allí sólo que no quería encargarse de la niña, le frenaria demasiado, es un peso que le llevaría mucho y no era lo que quería pero si era lo que necesitaba para tener lo qué quería con gusto jugará a ser el padre ante la sociedad mientras ya resolvía que hacer con la mocosa y en dado caso que eso no sirva siempre puede volver a enamorar a Ryuko aunque le lleve demasiado.

Confiaba mucho en su conocimiento sobre las mujeres y sabía bien que puntos atacar para hacerlas suyas. Puede que con Ryuko no funcione tan bien dado que ella conocía sus maniobras y seguramente estaría fría ante lo que intentara cómo ya lo había demostrado por lo que si iba a ir por ese camino le llevaría mucho y no podía permitirlo así que debía hacer lo primero.

Para ello necesitaba las herramientas correctas e iniciar con obtener parte de la custodia de Ryuta, eso venía bien por dos razones, no sólo para obtener dinero fácil de su ex también podía usar esa custodia para mostrarle a Ryuko que era un hombre cambiado y era buena idea continuar su relación, para eso tenía que convencer a mucha gente y hacer cosas muy aburridas que no le agradaban para nada así qué contactó con un viejo conocido que sabía tenía buenos contactos que podía usar.

- pero que ven mis ojos? El viejo Keigo de nuevo en acción? - en medio de un bar de mala muerte el rubio miró a un viejo conocido de aventuras locas

Keigo- hola Dabi, hace años que no nos vemos- sonrió a su amigo pelinegro quien se sentó a su lado

Touya-ah pasado una eternidad desde que llamaste, que necesita ahora el gran halcón? - se burló de su amigo quien sonrió tan tranquilo cómo siempre- supe que acabas de salir de prisión? Casi no lo creo cuando lo escuché la primera vez! Pensar en que estuvieras en una celda es del todo gracioso- siguió su burla un poco más

Keigo- un pequeño error nada más... -comentó cómo si no fuera nada lo que había ocurrido- ahora necesito conseguir bastante dinero y se cómo lograrlo pero necesito algo de ayuda para ello- el pelinegro alzó una ceja curioso por lo que decía el rubio

Touya- ya me parecía raro que la primera palabra que no saliera de tu boca fuera dame dinero- soltó un suspiro mirando hacia los lados con algo de cautela- ahora que necesitas?

Keigo- aún mantienes contacto con tu padre? - su amigo pareció serio unos segundos

Touya- se que sueles hacer imposibles pero esto es algo muy fuera de lugar... - habló con algo de rabia- sabes perfectamente que no hablaré con ese estúpido nunca más

Keigo- y se que él haría lo que sea por reconciliarse contigo cómo ayudar a uno de tus amigos en sus problemas- el pelinegro no parecía a gusto con esa idea

Touya- no creo que puedas convencerme con eso- el rubio sonrió de lado, tenía la perfecta idea

Keigo- cuando consiga el dinero, puedo pagarte con una buena noche con tantas chicas que te va a arder allá abajo además te compraré toda la mercancía que tengas por los próximos diez meses- el pelinegro dudó y eso el rubio lo sabía- que dices?

Touya- eres un desgraciado con una boca muy convincente- sonrió de lado- trato- se dieron la mano sellando su destino

El padre de Touya ( o cómo siempre se hacía conocer Dabi) era un hombre bastante serio y frío que había cometido muchos errores a lo largo de su vida, había hecho mucho daño en pos de su ideología de justicia que pareció cegarle en su momento cuando era más joven.

Un juez que quería purgar todo el mal posible, que no parecía a gusto con nada y que por si fuera poco tenía una racha casi perfecta de casos, tristemente al estar tan enfocado en su meta había dejado mucho de lado en especial su familia y a sus hijos lo cual llevó a que uno de ellos terminara por mal camino.

Era uno de sus fallas cómo juez también, dado que se trataba de su hijo la primera vez que lo tuvo frente en el tribunal le permitió irse a pesar de tener cargos bastante problemáticos, esperaba poder llevarlo poe buen camino pero no lo logró sólo orilló a su primer hijo más a lo profundo, eso fracturó a su familia más de lo que creía.

Su segundo hijo comenzó a odiarlo y culparlo no sólo por nunca estar, también por cómo terminó Touya. Su esposa si bien trataba de no decir mucho sobre eso era claro que se sentía bastante horrible por su hijo, nunca culpó a su esposo dado que también sentía culpa por no frenarlo lo suficiente.

Su hija también dudó mucho de las capacidades de su padre aunque no era de las que culpaba muy de frente, simplemente se alejó de su padre desconociendole tras años lejos de él.

Cuando llegó su cuarto hijo trató de mejorar un poco las cosas, incluso cuando su hijo mayor salió de prisión trató de que se unieran pero él con el odio fresco no quería nada que ver con ellos.

Aún asi Todoroki Enji no se rindió y siempre trataba de ganar la confianza de su hijo que hace mucho había perdido ( principalmente por la culpa de su hijo) hacía todo lo necesario para poder ganarlo y con el pasar de los años comenzaba a perder la esperanza.

Touya lo sabía bien, su padre haría lo que fuera por que volviera a la familia, quizá por querer algo de redención o que sabía él, no le importaba para nada lo que el vejestorio tuviera que decir, sólo era un idiota que le abandonó cuando estaba en peligro y lo dejó a merced de la policía con demasiada droga por vender. Si bien recibido muchas visitas de él cuando estaba cumpliendo condena lo cierto es que no quiso nada de él, hasta ahora...

A una sola llamada de su padre debía ser lo más convincente posible, era verdad que Enji haría lo que fuera por su hijo pero dudaba mucho que aceptara el usar su influencia para quitarle la hija a alguien, aún había una cortina de principios qué no pasaría por lo que debía hacer dudar al viejo que aquella mujer estaba siendo deficiente con la niña y no creía que fuera a ser fácil.

Touya- aquí vamos... - soltó un suspiro marcando el temerario número, esperando tenso a que respondieran

- si? - la voz de su padre le paralizó un segundo

Touya- hola Todoroki... - habló con la seguridad que siempre lo caracterizó esperando convencer a su padre.

el guardia del dragón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora