Keigo pocas veces encontraba algo que pudiera alterarlo de mala manera, siempre fue alguien bastante tranquilo capaz de manipular a cualquiera que tuviera enfrente o en su defecto causar lo que deseaba en las demás personas, funcionó con multitud de chicas para divertirse con ella y funcionó con multitud de tipos para conseguir bastante dinero. Sinceramente esperaba lograr alterar al vecino de Ryuko lo suficiente para que inicie una pelea con Keigo y con esa muestra de uso excesivo de fuerza llevar un caso fuerte a la corte y así convencer a todo el mundo que ni Ryuko ni Ryuta estaban viviendo en un buen lugar, que era peligroso para una niña vivir allí. Era el plan perfecto salvo por qué no funcionó para nada.
En su vida pocas veces había conocido a alguien que pudiera sobrepasarlo en el ámbito del habla, ni siquiera recordaba cuando fue la última vez que se sintió tan impotente y enojado hacia alguna persona en específico, quizá fue cuando estaba en la secundaria y un tipo bastante nerd le superó en una discusión, Keigo se puso cómo loco y le envió al hospital bastante herido. Aunque pudo ser más adelante en su historia, el caso era que hasta esa noche no había sentido tal pérdida y no lo iba a dejar pasar.
Principalmente por el hecho que reconocía el peligro que era aquel tipo peliverde y su gran boca, si llegaba a un caso en contra de Ryuko era claro qué tendría al niño brócoli con ella y sería imposible llegar al dinero con eso. Necesitaba quitarlo del camino y afortunadamente tenía un muy buen contacto para hacerlo.
Touya- creo que fumaste de la peor... - su amigo pelinegro se quejó ante su idea
Keigo- hay vamos Dabi, seguramente conoces a alguien que pueda hacer el trabajo- el pelinegro bebió ignorando por el momento al rubio- siempre dices que conoces a muchas personas, tienes que tener algún contacto, oh acaso nunca llegaste a esa decisión? - el pelinegro se puso tenso- lo sabía...
Touya- mira era una situación totalmente diferente, alguien se pasó de listo y un amigo de un amigo de un amigo de su primo de su cuñado del padre me dio el nombre de alguien que podía hacer ese trabajo- el rubio le miró interesado en ese contacto- hablé poco con él y puedo decir que fue muy efectivo pero su costo no es algo que te puedas permitir...
Keigo- no creo que sea para tanto, cuanto te cobró? - dijo con una tranquilidad absoluta, cómo si el dinero no le fuera problema
Touya- sabes cuanto cuesta un jet privado? Porque está cerca de eso... - el rubio quedó estático parpadeando repetidas veces sin creerlo- aunque claro yo quería que desapareciera a alguien bastante reconocido, eso si no recuerdo mal infló el precio
Keigo- sabes comienzo a pensar que tienes un extraño fetiche por espantarme- habló tenso- cómo sea, dime cómo contactarlo
Touya- alto ahí princesita rubia, es cierto que mi situación infló el precio pero no quita que en un inicio no fuera excesivo y te recuerdo que tu a penas si puedes comprar agua, cómo planeas pagar si ni siquiera tienes alguna fuente de ingresos? - el rubio miró el techo pensando en sus opciones rápidamente mirando a su amigo- ni lo creas, dudo que quieras aumentar tu deuda conmigo...
Keigo- en eso tienes razón... - tenía opciones muy limitadas- creo que mi madre tenía algo de valor oculto en el burdel, tendré que ir a verlo-,salió sin más dejando al pelinegro suspirando de irritación
Touya- si que está empeñado en eliminarlo del camino... No creo que sea para tanto, literalmente es el mejor charlatán del mundo, dudo mucho que alguien cómo ese tipo verde pueda hacerle frente... - eso despertaba sus dudas y si quería su tajada del pastel necesitaba más información
La madre de Keigo fue una mujer con bastantes problemas que casi podían estar a la altura de su hijo, había vivido en excesos continuos haciendo cualquier cosa para llenar esa adicción hasta que tuvo un hijo.
En un inicio si sintió la necesidad de proteger y querer a Keigo, creyó por unos años que podía dar algo bueno al mundo con ese niño, incluso tenía el apoyo del padre de Keigo hasta que encontró una mujer mucho más joven, rompiendo por completo a la mujer y haciendo que cayera todavía más profundo. Trató de no llevqr a su hijo con ella, haciendo lo posible para que tuviera los estudios necesarios para irse lejos aunque no resultó tan bien.
Keigo terminó por mal camino y ahora era mucho peor que ella y no dudaba en hacer lo necesario por el dinero y lo que podía hacer con ello, cómo ingresar ilegalmente a la habitación de su madre y tomar todo para obtener lo suficiente para pagar por un asesino serial que ni conocía.
No era mucho lo que pudo conseguir pero por lo menos esperaba que alcanzara para ir por la cabeza de aquel chico peliverde, gracias a Dabi es que había logrado una reunión rápida en el bar al cual suelen ir. Lo único que sabía sobre el tipo era que es alguien muy fácil de reconocer.
Keigo- aunque sea fácil de reconocer... - murmuró al entrar al bar- hmmm... - caminó hacia la barra para ver encontrando un sujeto bastante alto en una de las sillas- podrá ser...
- oye... - su voz fuerte llamó la atención de Keigo- tu eres el del trabajo que dijo Dabi no es cierto? - habló con demasiada calma, cosa que asustó un poco al rubio
Keigo- eh... Si soy yo...- dijo con precaución- escuché sobre tus habilidades por parte de Dabi y necesito de ellas- el tipo sonrió de lado bebiendo su cerveza
- quien es el que debe desaparecer? - miró al rubio el cual se sintió bastante nervioso al ver al gran tipo y su falta de un ojo
Keigo- es... Es.. Él- reveló una foto del pecoso en la cual salía junto a la niña y la rubia mujer- es el tipo verde...
- ho... - miró bien al tipo ya imaginando los gritos que pegaría- no se ve alguien muy fuerte o demasiado peligroso... No será un problema
Keigo- entonces... - el tipo tomó la foto con bastante emoción
- el pago se da tras el trabajo y más vale que no pienses en huir con el dinero, porque te aseguro que no podrás escapar- sonrió de manera bastante tétrica logrando asustar al rubio
Keigo- no creo que mis piernas den para correr muy lejos... - sonrió tenso al asesino quien dejo dinero en la barra y salio de allí- supongo que ya te llegó el momento vecino... - murmuró antes de pedir algo de tomar, era hora de festejar porque su plam estaba saliendo perfecto.
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el guardia del dragón
Fiksi PenggemarBuscando poder sobrevivir en la ciudad aceptaba muchas propuestas de empleo, hacia casi cualquier cosa, eso le llevó a una vieja amiga de universidad y por consecuente a un trabajo que prometía bastante por muy poco esfuerzo de su parte sin esperar...