Capítulo 17[ La Mejor Medicina Para La Mamá Dragón]

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El sábado por la tarde tanto Ryuko cómo su niña estaban teniendo un gran día, los sábados le encantaba salir con Ryuta a algún restaurante cercano a comer algo, para que la niña no sienta que el departamento era una prisión. Le encantaría salir más con su niña pero siempre corría el riesgo que Keigo apareciera e hiciera un escándalo, no quería eso sobre Ryuta, ya era bastante difícil el tener que explicarle sobre su padre y el por que no estaba con ella. No le había mentido ni mucho menos, sólo evitaba el tema y Ryuta parecía bastante tranquila al ignorar ese hecho por lo que no tenía problemas o eso por el momento, cada tanto preguntaba sobre Keigo y Ryuko no sabía bien cómo responderle.

Ryuko- que te pareció la comida Ryuta? - preguntó al entrar a casa 

Ryuta- etaba rico... - habló medio dormida, estaba tan llena qué quería dormir

Ryuko- muy bien mi pequeña gran dragona, es hora de tu siesta... - tomó a su niña en brazos y fue hacia la habitación bastante feliz de que el día no se tornó estresante

Ryuta- mami puedo pedirte algo... - murmuró aferrándose a su madre

Ryuko- lo que sea cariño- habló con ternua antes de dejarla en la cama

Ryuta- Ishuku plometió que iríamos los tres a algún lugal... - dio un bostezo dejando bastante sorprendida a la rubia- quiero que vayamos los tres... - murmuró antes de caer dormida en su cama

Ryuko- descansa cariño... - le dio un beso en la frente, le puso una manta y salió bastante curiosa con lo dicho por su niña por lo que al salir de la habitación lo primero que hizo fue llamar a su amigo- Midoriya-san...

Izuku- oh Ryuko-san que sorpresa que llame- se escuchó del otro lado del teléfono- pasa algo? Ryuta-chan está nuevamente enferma? - su preocupación le hizo sonreír, era agradable tener a alguien que se preocupara por su niña además de ella

Ryuko- no, ella está bien, de hecho hoy comió tanto que está tomando una siesta- el peliverde del otro lado del teléfono soltó un suspiro- aunque ella es parte del motivo por el que llamo...

Izuku- seguro, qué necesita Ryuta-chan? - habló animado, dispuesto a ayudar a la niña

Ryuko- Ryuta le ah dicho algo sobre salir a algún lado? - comentó mientras se sentaba en su sala a mirar por la ventana

Izuku- oh eso... - su tono cambió a algo más nervioso lo cual le pareció del todo extraño a la rubia- si... Luego de nuestra salida aquel sabado, ella...- dejó un momento para que ls mujer procese la información, aquel día no fue fácil para ninguno de los dos

Ryuko- por favor dígame que no dijo alguna tontería- murmuró con vergüenza

Izuku- no, claro que no, sólo que la semana siguiente cuando la estaba cuidando estaba enojada porque salimos solos sin ella... - la mujer detuvo sus pensamientos escuchando al chico- no le gustó ser excluida así que le dije que alguna vez saldríamos los tres- la rubia quedó casi sin habla con eso

Ryuko- en... Entiendo... - trató de sonar calmada pero era obvio que estaba más emocional- dijo algo más? - soltó un suspiro tratando de calmarse

Izuku- nada más... - esperó que la rubia respondiera pero nada- Ryuko-san?

Ryuko- esto... - divagó un momento pensando en esa salida- yo... - se estaba poniendo nerviosa

Izuku- le gustaría que fueramos con Ryuta-chan a algún lugar? - sonó lo más calmado posible para no alterar más a la rubia

Ryuko- no quiero molestarte con eso, ya haces mucho cuidando a Ryuta cómo para pedirte más... - dijo con un sonrojo en sus mejillas- seguramente tienes mejores cosas que hacer que pasar el tiempo con una mujer y su hija... - comentó con algo de tristeza

Izuku- Ryuko-san... - habló incrédulo- eres mi amiga, no estoy diciendo que me pagues por ir a algún lado junto a tu hija... Quiero salir contigo y con Ryuta-chan- dijo con tranquilidad sorprendiendo a la rubia- la última vez que salimos me la pasé muy bien y la verdad esperaba a que estuvieras libre para poder seguir charlando tanto cómo la primera vez- con cada palabra sonrojaba más a la rubia- es divertido hablar contigo y es divertido estar con Ryuta-chan así que por favor- suplicó haciendo sonreír a la rubia

Ryuko- oh vamos... - trataba de calmarse aunque no parecía lograrlo- esta bien Midoriya-san, tu ganas... Salgamos este domingo con Ryuta- sonrió mirando al cielo a través de la ventana con una sonrisa en su rostro

Izuku- le parece perfecto- dijo con calma- de hecho creo saber a dónde ir

Ryuko- enserio? - habló con emoción- dónde?

Izuku- lo siento Ryuko-san pero tendrás que esperar a que llegue el domingo para saberlo- dijo con un tono burlón

Ryuko- oh vamos! Que malo eres... - murmuró con un puchero haciendo reír al pecoso del otro lado de la línea- dame aunque sea una pista...

Izuku- no puedo, tengo que confirmar las cosas antes de ir- la rubia siguió con un puchero sin querer aceptar la derrota- tranquila Ryuko-san será divertido

Ryuko- lo que digas señor misterio- se burló un poco del pecoso el cual soltó una risa

Izuku- eh? - no entendió bien la razón de la molestia de la mujer

Ryuko- nada, nada, nos vemos luego Midoriya-san- sin esperar respuesta colgó y sostuvo el teléfono sobre su pecho soltando un suspiro- esto no puede estar pasando... - murmuró algo aturdida, la forma en la que actuó con el peliverde le devolvió a esos momentos junto a Keigo, antes de las discusiones o las locuras que él cometía- no quiero creerlo, por favor que sea una broma...- ai las cosas estaban yendo así era claro que estaba más cerca de enamorada de lo que estimaba- no puede ser... - no quería reconocerlo pero le era difícil no hacerlo al sentir cómo su pecho saltaba de alegría pensando en la salida con su hija y el niñero

Toda la semana eso siguió en su mente, mañana, tarde y noche tenía presente la charla con el peliverde y lo que le hizo sentir con cada palabra, quizá era por todo el tiempo que había estado sola o por el hecho que el pecoso en verdad estaba muy interesado en su hija y en su cuidado.

Seguía negándose a ese sentimiento de cariño especial, eran amigos y nada más, no tenían ninguna relación más allá de ser niñero y cliente, no había por qué alterarse, en algún momento el peliverde dejaría todo esto y...

Lo estaba pensando mucho, sólo disfrutaría de la sorpresa que tenía el peliverde para ellas, no era momento de pensar en sentimientos que claramente no poseía por el peliverde.

Izuku- buenos días Ryuko-san, está lista para este dia? - sonriente y vestido de manera bastante relajada, el peliverde ingresó en la casa Tatsuma cómo el sol por la ventana dejando de piedra a la rubia, pues no podía quitarle el ojo de encima

el guardia del dragón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora