Bailando con el destino|Izzy Stradlin

Acto 1: N.3 Entrada de Giselle

14 de Febrero, 1980
Lafayette, Indiana
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Había llegado a la escuela adormilada pues no logré dormir bien últimamente por tantos ensayos que me he tenido que quedar hasta tarde, ya que debido a que asistiré al evento que nos mencionó la maestra nos quedamos después de clase los seleccionados para poder conocer detalles del evento, música, vestuario, entre otras cosas.

Iba caminando con la cabeza abajo, de vez en cuando volteaba para ver hacia donde iba o para ver las parejas y decoraciones de ese día, hasta que por "azares del destino" choqué con Jeffrey.
-Perdón Jeffrey, no te había visto-dije de manera apenada, pues el de vez en cuando me ponía nerviosa.
-No te preocupes, claramente me di cuenta qué tal vez chocaríamos- dijo riendo.
-Bueno ya me tengo que ir, como Sabes tenemos que ir a clase- dije intentando salir de la conversación. Para de paso evitarnos un regaño por parte de los prefectos.
-Esta bien, nos vemos en recreo Aurora- dijo mientras se empezaba a dar la vuelta para tomar camino hacia su clase.

Estaba en clase de Historia, aunque por mas que amara la materia y fuera en la que mejor me iba me era imposible concentrarme, pues el pequeño encuentro que tuve con Jeffrey en el pasillo me había puesto un poco nerviosa pero a la vez me agradaba el hecho de poder hablar y estar formado una amistad con el.
No podía dejar de pensar en el, la esencia de el me cautivo, no sabría si estaba enamorándome o no, pues puede ser que yo solo sienta admiración por el y no amor pero prefiero pensar que es eso, no quiero arruinar nuestra amistad.
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Ya habían acabado las clases que eran antes de receso, Así que me decidí por salir e ir a la misma banca en la que me había encontrado con Jeff.
Al llegar lo vi ahí, parecía que me estaba esperando, tan pronto como lo vi, me fui apresurando para llegar y hablar con el.

Paso el rato hasta que termino receso, fue bastante entretenido hablar con el, incluso hubo algunas risas, fue un muy buen rato el que pase. Pero siempre estaba aquel sentimiento el cual no sabía si era amor. Tal vez lo es, pensé.

Estaba en el pasillo tomado las cosas para la siguiente clase, hasta que alguien me dio unas palmadas en el hombro. Al voltearme vi que era cierto pelirrojo que era buen amigo de Jeff por lo que el me había dicho.
-Hola- Dije un poco insegura y por no saber la razón por la cual me empezó a hacer una especie de conversación corta.
-Hola, tú eres amiga de Isbell, ¿No?. Da igual, estamos organizando una fiesta en unos días, y consideré invitarte al verte con Jeff-.
-Así que,¿Qué dices?.
-Yo..., mmm, como decirlo.., no puedo estaré ocupada con unos ensayos, y tal vez no vaya- dije tratando de evitar la fiesta, ya que no me agradan muchas veces esos ambientes y mi madre como siempre me diría algo acerca de eso.
-Vamos, Seguro Jeff quiere que estés ahí- Dijo un poco insistente.
-Lo pensare- Tan pronto como se fue, me quede pensado en si Jeff realmente quiere que esté ahí, mi corazón se había acelerado un poco. Pero seguro dijo eso para que yo ir a la fiesta.
¿Acaso Jeff querrá que vaya a la fiesta?.
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Más en la tarde me decidí por ir a la fiesta, pues no haría ningún mal el ir aunque sea un rato y más si ira Jeff, pues al menos estaría alguien a quien conozco. Y no me importaría estar lejos de mi madre. Estaría más feliz en la fiesta que con ella.
Mientras miraba que ponerme para ir a la fiesta pensé que sería una buena idea llamar a Cristy para no estar tan sola.
-¿Hola?.
-Hola, ¿Que pasa chica?-. Dijo Cristy tan Feliz y animada como suele ser.
Después de hablar y explicarle un poco la situación a Cristy decidió por acompañarme un rato en la fiesta.
-Entonces te veo en mi casa, Hasta luego Cristy-Dije más alegre al saber que ira una de mis amigas.

Honestamente no quería perderme el ensayo, pero mañana iré, además voy todos los días, así que no pasa nada. Mientras pensaba en que ponerme para salir  y de donde lo sacaría, ya que al ver que no tenia nada, me decidí por ir al guardarropa donde mi madre guardaba la ropa de los clientes que ya no habían reclamado después de ella hacerles algún arreglo. Iba pasando con rapidez cada prenda colgada a veces me detenía a mirarla un rato para visualizar como se vería en mi, y pase así un rato, Hasta que encontré algo que sin duda alguna me encantó.