"Vulturi" | Carlisle Cullen [BL]

8:

“...He perdido mi realidad, he pedido todo en mi... ”
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—Miren que agradable reunión. —sorprendidos, los vampiros (Y hombre lobo) reunidos frente a una agradable fogata mientras cuentan antiguas historias de guerras vividas, se detienen ante la intromisión de una persona que no habían sentido llegar. Deteniendo sus conversaciones, cada uno se pone en alerta, levantándose de sus lugares los que se encuentran sentados. —Tranquilos, he venido... brevemente en paz. —el vampiro, supone la mayoría, está oculto en la oscuridad del bosque, por lo que es complicado verlo incluso para ellos.

—¿Quién eres? —Garret pregunta como portavoz de los presentes. ¿Posiblemente otro vampiro amigo de la familia? No sería el primero en hacer una entrada un poco inusual. El clan Rumano había sido bastante "llamativo" en su llegada allí.

Sin respuestas verbales, el desconocido oculto en la oscuridad se mueve, lo que hace que sea más fácil detectarlo. Cada vampiro (Y Jacob) están listos para actuar de ser necesario, pero mantienen la calma ante tanto misticismo e incertidumbre.

Entonces, la luz del fuego de la fogata ilumina de a poco a la persona que se presente ante él. Primero muestra su vestimenta: una larga túnica negra con capucha que, para miedo de la mayoría, reconocen. «Vulturi» piensan todos.

El interior de la capucha es de una tela color vino que se acerca bastante al color de la sangre, descubriendo un rostro que nadie identifica, cuando cae hacia atrás.

Lo segundo que ven los presentes, es un rostro desconocido para la mayoría: piel pálida, mirada que centella carmesí, una pequeña cicatriz que cruza una de sus cejas, una sonrisa fina que podría interpretarse como amigable a duras penas y un cabello color cobrizo.

—Tu... Eres el chico de Londres, el amigo de Carlisle. —Emmett se acerca, pero mantiene la guardia arriba. No sabía qué había pasado entre él y Carlisle, pero puede asegurar que no fue nada agradable, considerando lo que presenció antes de que desapareciera. Incluyendo, por supuesto, la actitud de Carlisle luego de eso.

—Te equivocas. —el vampiro corrige a Emmett como si lo hubiera ofendido, remarcando con desprecio, que no eran amigos.

Los vampiros del clan Rumano, luego del estupor por la presencia del recién llegado, reconociéndolo luego de unos segundos, dicen algo en rumano que llama la atención del Vulturi que ha generado un millón de preguntas silenciosas.

El chico de cabello atado en una coleta caída, suelta una pequeña risa sin gracia, apenas burlesca. —No puedo creer que sigan vivos. —dirige su mirada al dúo de vampiros rumanos. —Pensé que los habíamos asesinado. —luego sonríe con una elegante malicia digna de un Vulturi.

Vladimir y Stefan dan un paso al frente listos para atacar, pero rápidamente son detenidos por el resto. De repente, la ira que habían estado acumulando los últimos años hierve queriendo estallar, ser liberada en un acto de venganza por sus hermanos caídos en la batalla contra los Vulturi.

—Creiamos que estaban muertos. —Stefan dice con la mandíbula tensa. Cuando Aro tomó el mando del clan, pensaron que la razón había sido el fallecimiento de sus antiguos líderes. Pero, si seguían vivos ¿Por qué aparecían hasta ahora? ¿Por qué habían permitido a Aro regir a su manera?

Bueno, lo estaban, o al menos sus hermanos. Pero André recuerda, bastante bien, que el enfrentamiento con el clan Rumano casi estuvo a punto de ser el final para ellos. Y hubiera sido, aún así, más digno que la muerte que obtuvieron.

Ocurrió unos años después de fundar Volterra, como le habían puesto al pequeño pueblo que tomaron de las manos de aquel Márquez sinceramente inútil. Luego de cambiarle el nombre, asentarse e inclusive despegar su desarrollo económico, social, religioso y jurisdiccional, el lugar se expandió hasta lo que era actualmente. Y mientras crecía, también les proporcionaba alimento. Mientras más personas había, menos se notaba la falta de algunas. El control que mantenían sobre la ciudad llamó la atención de algunos vampiros que iban de paso, quienes quedaban atrapados ante la manera en que hacían las cosas. Fue así que poco a poco el pequeño aquelarre Vulturi se convirtió en todo un clan de vampiros que residían en la fortaleza con la imagen de "guardias" o "guerreros".