Sweet Demon [Y.M] [#1]

9

Jimin sentía los besos en su hombro y cuello mientras leía un libro, Yoongi besaba la piel desnuda de su novio, pero al escuchar el buzón ambos se levantaron. El humano corrió rápidamente para tomar el sobre y ver que era de la universidad, ambos se emocionaron. Yoongi vio como su novio leía con emoción todo lo que decían, pero luego su sonrisa se borró y tiró la hoja mientras se iba a encerrarse en la habitación.

—Bomboncito. —lo llamo Yoongi mientras recogía la hoja para leer lo que decía.

Jimin lloraba en su cama tras ver que a pesar de tener la mejor nota no podía ser aceptado por falta de cupo y por su posición económica, algo injusto. Yoongi entró a la habitación y se sentó en la cama y le quitó la sábana para ver a su novio llorar.

—Es injusto. —le dijo. —me maté estudiando noche y día tú eres testigo.

—Lo sé bomboncito. —le acarició la mejilla. —tú debías de quedar en la universidad, tenías la nota más alta.

—Pero tal parece a la que creía ser la mejor universidad, no le importa la inteligencia, sino el dinero. —se sentó. —Yoonnie ¿Puedes mandar a tus esclavos humanos a quemar toda esa universidad?

—Claro que si mi vida. —le dio un beso en la frente. —ahora ponte de pie lava tu hermoso rostro porque te llevaré a Italia para comer pizza.

Jimin asintió y se levantó para hacer lo que el demonio le dijo, al estar listos Yoongi lo tomó de la cintura y le dio un profundo beso para desaparecer con este y aparecer en un baño público donde el chico se rio un poco.

—¿Un baño público señor demonio? —le pregunto un poco juguetón.

—Sexo antes de comer es bueno para la digestión. —le levantó la camisa para acariciarle los pezones. —Luego de comer te compraré todo lo que quieras.

Jimin asintió mientras sentaba a Yoongi en el cubículo y él le desabrochaba el pantalón para arrodillarse y sonreír inocentemente.

—Comete tu dulce favorito cariño. —le dijo el pálido.

—Me encanta su piercing en su polla. —hablo Jimin mientras la tocaba con su lengua. —se siente rica cuando está dentro de mí y no hablo de mi boca.

—Bomboncito no digas eso que haces que quiera que te folle en cada parte de mi infierno. —le dijo.

—Eso me encantaría. —se rio para llevarse ese trozo de carne que amaba a su boca.