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La realidad de su situación era dura. No solo estaba construyendo una nueva vida para él y su hijo, sino que también estaba lidiando con el abandono y el rechazo de la persona que pensó que estaría a su lado. A pesar de su dolor, Jimin sabía que tenía que seguir adelante. No podía permitirse quedarse atrapado en el resentimiento.

Secándose las lágrimas, se levantó y se dirigió a la pequeña cocina, empezando a desempacar y a organizar sus cosas. Cada objeto que colocaba en su nuevo hogar era un recordatorio de su resiliencia y de su determinación para seguir adelante, a pesar de la adversidad.

Con el tiempo, Jimin sabía que tendría que encontrar una manera de perdonar y de dejar el rencor atrás, no solo por el bien de su hijo, sino también para su propia paz interior. Aunque el futuro era incierto, estaba decidido a construir un hogar lleno de amor y esperanza para su pequeño, a pesar de los desafíos que enfrentaba.

Meses después, Jimin había transformado su nuevo hogar en un lugar acogedor y lleno de vida. Su pequeño apartamento ahora era el escenario de una nueva etapa, una donde la esperanza y la determinación reemplazaron el dolor y la tristeza del pasado.

Había decidido abrir una florería, un sueño que había albergado durante mucho tiempo, ya que no pudo desempeñarse como doctor. Aunque el negocio era modesto, se había convertido en una fuente de sustento y una forma de expresarse. Cada rincón de la tienda estaba adornado con arreglos florales vibrantes, y el aroma fresco de las flores llenaba el aire, creando un ambiente cálido y acogedor.

La florería no solo proporcionaba los ingresos necesarios para mantener a él y al bebé que estaba por venir, sino que también le ofrecía un sentido de propósito y satisfacción. Cada día, Jimin se dedicaba a cuidar de las flores, a arreglar ramos y a atender a los clientes con una sonrisa genuina. El trabajo le daba una estructura y una rutina que necesitaba desesperadamente, especialmente mientras se preparaba para la llegada de su hijo.

Aunque a veces la fatiga se hacía sentir y el embarazo se volvía desafiante, Jimin encontró consuelo en el ritmo constante de su trabajo y en la satisfacción de ver cómo su negocio prosperaba. Había aprendido a equilibrar las demandas de la florería con los cuidados que necesitaba durante el embarazo. A menudo, los clientes y vecinos se detenían para admirar su trabajo y felicitarlo por el esfuerzo y la dedicación que ponía en cada arreglo.

Sweet Demon [Y.M] [#1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora