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Cambios.

Reno era un lugar increíblemente parecido a Las Vegas. Las luces brillantes e intermitentes, casinos donde puedes perder todo tu dinero, y aún así, tener entretenimiento asegurado. Había un ambiente tan animado que la orilló a esbozar una sonrisa. Espectáculos, eventos, restaurantes, un lugar donde olvidarse del mundo real y divertirse.

Deseaba quedarse más tiempo, no solo 2 días, pero estaban únicamente en ese lugar por la competencia de boliche de Wade.

Adentro del hotel donde se hospedarían era básicamente lo mismo que las calles. Un lugar con estilo y elegancia, algo que se no podría encontrar en Green Hills. Observó todo con la boca entreabierta.

—Vaya, vaya, vaya. Miren quién está aquí.

Giraron la cabeza al escuchar la voz de Wanda, quien caminaba hacia ellos a lado de su madre.

—Planeamos encontrarnos aquí a esta hora, no es sorprendente.

—Este lugar es lindo. — la madre de Wade se retiró los lentes negros que tenía puestos, observando a ambos equidnas. — Y parece que el spa está para morirse. ¿Qué dicen, Nojls, ____? ¿Quieren un masaje luego?

—¡Sí! Mi cuerpo es literalmente un músculo gigante.

—Me agrada la idea. — achicó los ojos al agrandar su sonrisa.

—¿Pues saben qué? Yo iré a un bar, amigos. — Wanda se pronunció, haciendo que todos la mirasen. — Me compraré una "Wandarita". Knucks, así le llamo a las margaritas.

—¡Suena divertido! ¡Quiero una "Wandarita"!

—¡No! ¡No habrán "Wandaritas", ni tampoco masajes! — exclamó Wade, interrumpiendo la conversación. — Somos prófugos, debemos mantener un perfil bajo.

Igual, si llegase el mismísimo ejército o GUN, su guardaespaldas personal estaría detrás suyo en todo momento.

—Oye, Wade. Está bien si tú, Knuckles y ____ quieren perderse entre los otros ñoños, pero nosotras nos divertiremos.

—¿No somos ñoños?

—¡Claro que no!

—¡Somos cool!

—¡Sí, somos súper cool!

—Ven, vamos por tragos. — Wendy entrelazó su brazo con el de hija, yéndose juntas.

—¡Adiós, ñoños!

—No puedo creerlo, ¿no es una locura que seamos parientes?

—Pues sí, más o menos...

Eran demasiado diferentes. Wade era tranquilo y bromista, mientras que Wanda... era una idiota.

Pero podía llegar a ser agradable y genial, en pequeñas dosis.

De repente, Wade abrió la boca y los colores subieron a su rostro.

—¡Ay, mier...! ¡Miércoles!

—¡¿Qué pasa?! — el hombre los tomó a ambos de las manos y los jaló como pudo detrás de una pared.

✓ MASTER EMERALD, knuckles the echidna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora