⠀ 𖤛 ِ࣪ 𝒎𝒂𝒔𝒕𝒆𝒓 𝒆𝒎𝒆𝒓𝒂𝒍𝒅 ֢ׅ݂ٜׄ ❗
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˖ִ ∿݁ ❝━𝓷o puedo creer que arriesgamos nuestras vidas por la "gema" legendaria de nuestra tribu, por la cual nuestros ancestros dieron la vida... pero valió la pena, ¿v...
—Ya amaneció. Debemos encontrar refugio, un lugar donde escondernos y estar seguros.
Sus ojos cansados observaban el camino abarcado por escasos autos. Apenas había logrado conciliar el sueño, y cuando lo lograba, algo la despertaba, como el auto moviéndose demasiado o la "discreta" mirada de Knuckles sobre ella. Por medio del retrovisor, por supuesto.
—Sé donde escondernos, pero eso significaría ir a un lugar al que no he ido en mucho tiempo.
—Vamos, ¿qué tan malo puede ser?
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Oh, sí que podía ser muy malo.
—Escóndanse hasta que yo les avise.
—¿Por qué?
—Porque asustarán a quienes los vean.
A regañadientes, lo hicieron. Se escondieron detrás de un bote de basura, uno a lado del otro. Sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo ante la cercanía, pero se obligó a ignorarlo. Wade hablaba con dos mujeres, una cerca de los 70 y tantos, y la otra de 30, quien vestía una chaqueta oscura que decía "FBI" en amarillo. Su madre y su hermana, recordaba que las había mencionado.
Cuando se dio cuenta habían empezado a pelear entre ellos sobre quien-sabe-que cosa. Su madre manteniéndose al margen, con la mirada perdida. Frunció el ceño, ¿así de complicadas eran las relaciones familiares?
—Madre, tengo que decirte algo. Vengo acompañado.
—¿Una amiga?
—Bueno...
—¿Una novia? ¿Es judía?
Knuckles, sin esperar que Wade le diera la señal para salir, lo hizo. Trató de detenerlo pero no pudo alcanzarlo. Maldijo por lo bajo, siguiéndole los pasos muy de cerca. Cuando las mujeres los vieron, jadearon retrocediendo.
—Gran matriarca del clan Whipple — Knuckles se llevó la mano al pecho h se inclinó, imitó su acción. —, nos inclinamos ante usted como muestra de respeto y le agradezco por proveernos refugio en este momento aciago.
Lo siguiente que pasó fue que la madre de Wade se desmayó, yéndose de espaldas.
—En retrospectiva, debí empezar con su presentación.
La llevaron adentro y la recostaron en el sofá de su sala de estar, en mientras volvía en sí le prepararon un té. Se sintió un poco mal por la pobre señora, pues de la nada llegó su hijo acompañado de dos seres antropomórficos rojos. Y ahora se encontraban ahí, viéndola temblar mientras tomaba la bebida humeante.
