CAPITULO 2

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Después de desempacar toda mi ropa y demás cosas, decidí bajar a comer y luego conocer el lugar.

 — Pitufa a dónde vas tan apurada?Enserio me pregunta eso mi hermano, acaso no puedo bajar a recorrer el lugar, aunque no le he dicho a donde voy. 

 — Iré a ver la zona donde vamos a vivir desde ahora... 

Sin esperar respuesta me voy a la cocina, encuentro una señora cocinando algo que huele muy rico, gracias a Dios que sabemos hablar italiana y griega, porque si no nos costaría comunicarnos con los demás y sería complicado vivir sin comunicarnos. 

— Ciao, puoi darmi qualcosa da mangiare, per favore? Hola, me puede dar algo, para comer, por favor. 

 — Naturalmente, signorina, può parlarmi in spagnolo se vuole, tutti i dipendenti e alcuni di quelli di questa città parlano spagnolo... 

Claro señorita, me puede hablar en español si lo desea, todos los empleados y algunos de los de esta ciudad hablan español.

 —Excelente... Después de obtener mi comida le agradezco a Malta la cocinera y me disponga a sentarme en las butacas que están en la encimera y comenzar a comer, lo cual estaba muy delicioso, aunque solo era pasta con un jugo de china. 

 Más tarde avise que estaría conociendo el pueblo, camino por las calles de mi nueva ciudad, vivimos cerca del puerto, por lo que vienen muchos comerciantes y pescadores a vender aquí, mientras observaba la zona, alcance a ver un pequeño parque el cual se veía tranquilo y muy cuidado, sin pensarlo mucho me encamine al lugar y contemplar la belleza de este parque; estando en este me acerque a una banca y me senté a disfrutar de la tranquilidad y belleza de la naturaleza. 

 — Hola güerita, eres de por aquí, ¿nunca te había visto?

 Escucho que alguien me está hablando desde un costado, no sé quién es este joven, pero sé que es italiano por su acento y su contextura, aparte de que me hablo en italiano. Es muy apuesto no lo negaré, tiene caballo negro y risado, ojos grises, ejeas pobladas, creo que es más alto que yo, pero por muchas purgadas, y tiene unos músculos que se marcan a través de su ropa, tiene unos pantalones jeans y una camiseta blanca sencilla, con unas converse Negras, no sé qué me pasa, pero creo que su rostro es perfecto, es tan llamativo que no puedo apartar la mirada de sus ojos.

 — No sabes hablar italiano o eres muda, si es así perdón por la imprudencia.

 — He lo siento, si hablo italiano, es que tenía la mente perdida en otro lugar.

 — Respondiendo tu pregunta, No, no soy de aquí, me acabo de mudar a Italia, buena esta ciudad. Soy Lea Ivette, pero me puedes decir Lea como mis hermanos y amigos.

 — Un gusto Lea, mi nombre es Marcus. 

Me dice para darme un beso en el dorso de la mano, wao creo que este chico tiene complejo de realeza, pero no me quejo.

  — Me puedo sentar a tu lado, si no te molesta 

  — No, claro siéntate, eres la primera persona que conozco en el pueblo.

  — Me alegra ser el primero... Me dices si te aburro. 

  — Está bien, cuando lo esté te digo. 

  — vale; cuéntame de ti. 

  —Eh, yo soy latina, tengo un amor por los libros que agobia, siempre quiero estar leyendo o hablando sobre estos. Leer, me ayuda a olvidar mis problemas.

No sé qué me pasa, siento que puedo confiar en él, pero al mismo tiempo algo me grita que me aleje, es raro, pero a la vez me gustan los riesgos, y creo que este es uno que me puede gustar o dañarme más de lo que estoy. 

 Él escucha cada historia que le cuento, sobre las historias que he leído, me pregunta sobre los personajes y sus personalidades, hemos hablado mucho, bueno, yo lo he hecho, Marcus solo escucha, eso me gusta, pero yo también quiero saber cosas sobre él. 

 — Marcus debes estar aburrido de escucharme, hablar de mis libros, haber hablado tú, no quiero ser la única que hable.

 — Para mí es un placer poder escucharte todo el tiempo, bueno, eh yo vivo aquí desde que era un niño, vivo con mis padres y mi hermana pequeña, soy amante de las motos y los carros deportivos.

 — Sabes Marcus me estás empezando a agradar... Le digo entre risas por la cara que tiene.

 — Y yo que creía que ya te agradaba, auh.

 — Ósea, si me agradas solo te estoy molestando, a mí también me gustan las motos y los deportivos, en especial la R1 y las Ducati. 

— Mi moto se llama katie es una linda Ducati Panigale V2, y un deportivo Porsche 911 color negro con azul, personificado. Cuando gustes te lo muestro.

 — Enserio estaría encantada.

Antes de que pudiera responderme recibió una llamada, la cual después de pedir disculpas por la interrupción concurso, no sé con quién o de que está hablando, pero por su expresión no es muy buenos lo que le dicen no quiero ser entrometida, digo lo acabo de conocer, así que sin esperar que termine su llamada, me levanto para despedirme e irme de vuelta a la casa, no quiero que Adrien salga a buscarme, por no saber de mí en horas, ya que es súper tarde y no soy muy buena registrando los lugares o direcciones.

Llegamos a las nueve de la mañana a Italia y alrededor de las doce del mediodía a la casa en Amalfi, yo tengo desde las cinco de la tarde, mirando el pueblo donde viviré desde hoy y ya tengo un nuevo amigo creo; Marcus  es muy lindo un poco misterioso, pero aun así es muy bueno para conversar y pasar el tiempo. Una vez veo que termino su llamada, me acerco a él.

 — Marcus fue un placer conversar y compartir tiempo contigo, pero ya es hora que me vaya o mi hermano mayor saldrá a buscarme y no quiero preocuparlo.

 — Lo siento por la interrupción de la llamada, era mi padre, paso algo y necesitaba de mi ayuda, pero tengo tiempo, si no es molestia te puedo acompañar a tu casa, no quiero que por mi culpa te pase algo...

 Es tan amable, pero no puedo dejar que me lleve a mi casa, ósea, no es que no quiera, solo es que no lo conozco y no quiero que sepa donde vivo, por lo menos no por el momento, quizás luego.

 — No tienes por qué hacerlo, estoy muy cerca y tu padre te necesita, de seguro que es importante, tal vez luego nos encontremos y volvamos a conversar, de verdad que disfrute mucho de tu compañía Marcus . 

— De verdad que no es ninguna molestia, pero está bien, no voy a insistir, pero si te puedo invitar a salir, así te enseño mi pueblo y sus alrededores, claro si estás de acuerdo.

 En serio que este hombre me va a hacer perder la cabeza en el buen sentido, no quiero parecer desesperada por salir con él, pero si quiero conocer el lugar de manera tranquila y si es con guía mejor. 

— Está bien, te acepta la salida, tú dime que día ya qué hora. 

— El viernes a las tres, te parece bien o si quieres puede ser después no tengo problema. 

 — Tranquilo está perfecto, entonces a las tres te espero aquí en el parque. 

 Veo como se acerca a mí y me da un beso en la mejilla, y luego se despide, yo hago lo mismo y me alejo del parque, para ir hacia la casa, al llegar me encuentro a mi hermana sentada en la sala viendo TV, al voltearme saluda y me dice que los demás están dormidos y mi cena está en la cocina.

Será que sí?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora