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Tuve que leer aquella carta un par de veces mas para asegurarme de que no se trataba de ninguna clase de broma, no sabía que pensar ni que hacer, algo en esa carta despertó sentimientos en mí

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Tuve que leer aquella carta un par de veces mas para asegurarme de que no se trataba de ninguna clase de broma, no sabía que pensar ni que hacer, algo en esa carta despertó sentimientos en mí. Pensaría en la respuesta que le daría al chico Han ante tan inesperada carta.

—¿Y que piensas? ¿Le darás una oportunidad a este tonto chico? —Preguntó Seojun asustándome.

—¡Mierda! ¡Me has asustado Seojun! —Contesté llevándome una mano al pecho.

—Perdón, no era mi intención, pero entonces, ¿cual será tu respuesta? Sé que leíste la carta.

—Tengo que pensarlo Seojun, últimamente las cosas no han estado bien y tengo miedo a salir herida.

—Esta bien, entonces me esforzaré para demostrarte que te quiero. —Dijo mientras acariciaba mi cabeza y se iba.

Mariposas, mariposas eran las que sentía invadir mi estomago al completo mientras solo me quedaba pensar, ¿que mierda me hiciste Han Seojun?

[ • • • ]

Estaba ya en casa tirada en la cama, haciendo lo que mas me gustaba, nada, en lo que me llegó un mensaje.

Seojun Tu, yo, hoy a la tarde. Te pasaré a recoger ;)

Genial, ¿me estaba invitando a algo como una cita? Me estaba emocionando en exceso, y todavía ni sabía que iba a ponerme.

Eran ya las seis de la tarde cuando el sonido del timbre hizo presencia acompañado de un muy bien vestido Seojun.

—Buenas tardes, te ves muy bien. —Inició el guiñándome un ojo.

—Pues tu no te quedas atrás. —Dije para seguirle el juego.

La tarde transcurrió bien, nada fuera de lo normal, aun que si hubo muchos sonrojos de mi parte, y como para no. Habíamos decidido parar en una cafetería a merendar, cada uno pidió lo suyo y nos sentamos en una mesa cerca de la ventana.

—Voy al servicio, ahora vuelvo. —Informé al chico que tenía en frente, pues me empezó a entrar una urgida gana de mear enorme.

Al entrar al cubículo del baño me dí cuenta de que tenía la ropa interior manchada de un intenso rojo, y para colmo no tenía compresas a mano. ¿Tendría que esperar ahí sentada a que alguien casualmente entrara al baño para poder pedir aquella cosa tan necesitada?

Pude calcular que llevaba unos cinco minutos o mas ahí sentada hasta que me pareció oír a alguien entrar.

—¿Hay alguien fuera? —Dios, me estaba muriendo de vergüenza.

—Si, ¿hay algún problema?—Contestó una dulce voz desde fuera de mi cubículo.

—Verás, recién me bajó y no tengo nada, ¿podrías darme una toalla por favor? —Aun que la chica no lo viera estaba roja cual tomate, no acostumbraba a pedir este tipos de cosas por lo que no se me hacia cómodo.

—Oh, espera un momento. —Dijo mi salvadora. —Ten, aquí.

Y me pasó aquel producto por debajo para que yo lo agarrara.

—Muchas gracias de verdad, eres mi salvadora.

—No es nada, para eso estamos.

Después de hacer lo necesario en el baño volví a la mesa.

—Tardaste mucho, ¿pasó algo? ¿Te dio cag-

—¡No!—Le interrumpí antes de que siguiera. —No es lo que piensas, no tardé por que estaba cagando así que ni lo menciones.

—Ya veo, pero Hye Min, no es nada malo cagar, digo, es natural por lo que no tienes que avergonzarte.

—¡Lo sé pero te digo que realmente no fui a cagar! Así que ni lo menciones.

—Bien, bien, pero no te enfades. —Dijo mientras soltaba una carcajada.

La salida terminó muy bien, Seojun me acompañó a casa y se despidió con un beso en la mejilla, cosa que hizo que casi me desmayara.

[ • • • ]

Las salidas y los coqueteos de Seojun se volvieron frecuentes y no me quejaba. Ming Seo se me declaró, pero tuve que decirle que solo lo veía como un muy buen amigo, cosa que se tomó mejor de lo que imaginé, me comentó que ya sabía que entre el chico Han y yo había algo pero que solo quería soltar todo lo que sentía.

Empezaba a creer cada vez mas que Seojun si me quería, pero cuando llegué a la preparatoria todo lo bonito se derrumbó.

Por todas las paredes de la clase se encontraban fotos de Jukyung y Seojun como pareja, decir que no me dolió sería una vil mentira.

Cuando el chico entró todos los de clase empezaron a gritar.

—¡Viva el noviazgo de Jukyung y Seojun! ¡Que viva! —Vociferaban todos al unisono, incluyendo a la pandilla del chico de aretes.

Estuve toda la clase en otro mundo, pensando en nada, estaba decepcionada, ni siquiera sabía si estaba decepcionada por mí, por creer que en verdad me prefería antes que a la chica hermosa de Lim, o de Seojun, por jugar conmigo de esa manera. La clase terminó así que intenté irme lo mas rápido de ahí, pero una mano me paró.

—Espera, te juro que no es lo que parece. 

WHY NOT ME | Han Seojun  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora