20

163 15 0
                                    


_______________

—¿No es obvio?

—Sí pero... —pausó, pareció fijarse en el nombre de la tumba en la que me encontraba — ¿Lo conoces? A Seyeon...

—Sí, lo conocía. Se podría decir que era mi mejor amigo.

—Pero no nos habías dicho nada —dijo un confundido So Ho.

—Tampoco preguntasteis.

[ • • • ]

Estuvimos un rato más junto a la lápida hasta que So Ho mencionó estar cansado debido a las muletas, por lo que decidimos ir a una banqueta algo cercana.

Estábamos hablando un rato cuando unos tíos con pinta de gangsters nos interrumpieron, y no mentiré, estaba cagada hasta la médula.

—¡Hey, vosotros! ¿Traéis dinero? Dárnoslo todo — oímos que nos decían mientras se acercaban.

-Hye Min, dime qué sabes que vamos a hacer ahora—preguntó Seojun mientras nos levantábamos del banco lentamente.

-Claro Seojun, ahora mismo te digo que haremos, por qué claramente es algo que me pasa todos los días.

—Te noto sarcástica, espero estar equivocado.

—¡Claro que es sarcasmo! ¡A correr! ¡Espera, So Ho, la muleta! —dije para luego quitársela.

Intenté pegarles a los gangsters con la muleta, cosa que funcionó un poco, pero eran más personas por lo que estaba en clara desventaja si íbamos a pelear. Una vez visto que logré tirarlos al suelo y distraerlos corrí a donde estaban So Ho y Seojun.

El chico Han intentaba ayudar al contrario el cual tenía una pierna vendada, los alcancé corriendo.

—¡Vamos, sube! —le grité a So Ho mientras me agachaba para llevarlo a caballito.

Este se subió y salimos corriendo, Seojun llevando en su brazo libre la muleta y yo con So Ho en la espalda, intentando no perder el equilibrio para no caerme.

No sé ni cómo pero terminamos en un camión lleno de paja y alguna otra cosa que no quería saber la procedencia, que por cierto, olía fatal.

—Si te viera así Jukyung... —dijo Han en tono de broma.

—Si te viera Hye Min así... Ah, espera, que te está viendo —se burló So Ho.

—¿Comiste payaso? Que yo también estoy igual que vosotros... —dije yo, que pena que todos estuviéramos sucios, si no me hubiera reído a más no poder.

—Tu estás tan guapa como siempre — coqueteó Seojun.

—Calla, o te tiro por el camión en marcha.

No quería admitirlo, pero los colores se me subían a la cara de forma inevitable, así que intenté taparme la cara con el pelo.

[ • • • ]

Hoy iría a una cita con Seojun, lo cual me tenía algo nerviosa, había decidido darle una mini oportunidad por qué se había estado portando bien conmigo.

Escuché el timbre de casa sonar así que bajé, al abrir la puerta vi a Seojun, guapo como siempre.

—¿Preparada para la cita? —Dijo extendiendo una mano.

—No me queda de otra.

—Iremos en mi moto, ¿vale?

—Puedo ir en la mía, así cada uno va en su moto.

—Bah, eso le quita el romanticismo a todo, iremos los dos en mi moto y no hay más que hablar.

La brisa se sentía fresca mientras abrazaba a Seojun por la cintura, tenía que admitir que está era la excusa perfecta para abrazar al choco Han.

—Sabes que no necesitamos ir en moto para que me puedas abrazar, ¿sabías? Solo necesitas pedírmelo—escuché que me decía cuando paramos en un semáforo.

—¿Quién te dijo a tí que yo quería abrazarte?

—Puede que tú voz no, pero tú cuerpo me lo dice, incluso me abrazas más fuerte de lo necesario.

Yo solo me limité a darme un fuerte cabezazo en la espalda del chico Han, que si no fuera por que llevaba el casco me hubiera dolido.

—¡Ay! ¡Que eso ha dolido!

—Perdón.

La cita de hoy iba a ser en el parque de atracciones, me encantaba, sobre todo la montaña rusa, era fanática de la sensación que te daba estar en una.

—¿Compramos diademas a juego? —sugirió Seojun.

—¿Para qué? No le encuentro sentido a hacerlo.

—Pues no lo sé, es lo que hacen las parejas, ven —dijo para luego tirarme del brazo hacia el puesto en las que las vendían.

Para ser sincera, nunca entendí el por se compraban diademas a juego o cosas así, me parecía algo vergonzoso y un tanto estúpido.
El problema es que no pude articular palabra alguna al oír a Han decir "pareja".

—¡Mira estás! Compraremos estás —dijo mi acompañante señalando unas orejas de gato.

—Perfecto, aquí tenéis, hacéis buena pareja. —contestó el señor guiñando un ojo luego de que Han le pagara.

—Muchas gracias, que tenga un buen día —le dijo este, y yo de nuevo, más roja que un tomate.

—Esta para tí, y esta para mí —canturreó mientras me ponía la ridícula diadema en la cabeza.

—¿De verdad tenías que comprar algo así?

—Claro que sí, saquemos una foto.

Así como lo dijo sacó el móvil y pegó nuestras caras posando para una foto, estaba demasiado cerca, y no mentiré, siempre quise esto, pero ahora que estaba pasando no estaba preparada.

—Sonrie un poco chica.

Obedecí y sonreí, entonces sonó el flash de su móvil indicando que la foto estaba hecha.

—Mira, que bien salimos —dijo mirando la foto—la pondré de fondo de pantalla, te la voy a pasar por qué tú también deberías de usarla.

Me pareció algo tonto pero acepté.

WHY NOT ME | Han Seojun  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora