''Seojun... ¿Por qué siquiera me besarías? No soy ni la mitad de bonita que ella.''
Era una pregunta que, sin duda, rondaba en la mente de muchos, incluida ella misma. Hye-Min se preguntaba si algún día llegaría a ser algo más que una simple amiga...
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—¿No es lo que parece? ¿Qué más podría ser? —Respondí, sintiendo que mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.
—Déjame explicarte, por favor. —Insistió, sujetándome suavemente del brazo.
Me debatía entre escuchar sus palabras y simplemente salir corriendo, pero finalmente opté por quedarme, necesitaba respuestas.
—Tienes un minuto. —Dije, cruzándome de brazos para ocultar mis manos temblorosas.
—Esa foto es de una sesión de fotos a la que invitaron a Jukyung. Resultó que yo era el otro modelo en esa sesión. No fue algo planeado por nosotros, simplemente coincidió, creeme. —Seojun se apresuró a explicar.
—Te creo Seojun, sin embargo puedo notar que aún te gusta, al principio creí que solo eran paranoia mía, pero al ver como tu la mirabas en la foto me lo confirmó.
—Hye Min, de verdad me gustas, no hagas esto por favor.
—Me dí cuenta de que siempre fue Jukyung, quería pasar por alto todas las miradas que le dabas, hacerme la ciega cuando la tratabas como si fuera tu novia, nunca fui yo —Terminé de decir para irme.
Quería llorar pero me contuve hasta que estuve lo suficientemente lejos para que nadie me viera.
[ • • • ]
Las siguientes semanas fueron un intento desesperado de evitar a Seojun y a todo lo que me recordara a él. Últimamente me estaba juntando mucho con Ming Seo, me pidió que le diera una oportunidad, y yo dudando le dije que estaba bien.
Una tarde, estábamos sentados en un banco del parque, tomando helado y hablando de cualquier cosa para mantener mi mente ocupada.
Sin embargo, a medida que los días pasaban, comencé a darme cuenta de algo incómodo. Aunque disfrutaba de la compañía del chico Ming, mis pensamientos seguían volviendo a Seojun. No importaba cuánto intentara distraerme, su imagen seguía apareciendo en mi mente, especialmente cuando veía a Ming Seo. Sentía que estaba usándolo para olvidar a Seojun, y eso no era justo para el, le estaba dando falsas esperanzas.
Una noche, después de que Ming Seo me acompañara a casa, me detuve en la puerta y lo miré a los ojos.
—Ming Seo, necesito decirte algo. —Comencé, sintiendo mi corazón latir con fuerza de los nervios.
—Dime, Hye Min, ¿Pasó algo? —Dijo él, con una expresión preocupada.
—Me he dado cuenta de que estoy haciendo algo mal. —Dije, estaba intentando en pensar como decirselo sin dañarlo tanto. —Te estoy usando para olvidar a Seojun y eso no es justo para ti. Tú mereces alguien que te quiera de verdad, no alguien que está tratando de olvidar a otra persona.
Ming Seo se quedó en silencio por un momento.
—Hye Min, ya lo sabía, desde el primer día. —Dijo finalmente, con una voz suave. —sin embargo, creí que ser usado estaría bien mientras pudiera estar contigo, pero gracias por ser sincera conmigo.
Sentí las lágrimas acumulándose en mis ojos mientras lo abrazaba.
—Gracias por entenderlo. Eres un amigo increíble, y no quiero perderte por mi egoísmo, nunca quise herirte. —Dije, con la voz temblorosa.
—Siempre seré tu amigo, Hye Min. —Respondió él, apretándome en sus brazos.
—¿Pero y tú? ¿Como te sientes respecto a esto?
—Estaré bien, al fin y al cabo sabía que pasaría.
[ • • • ]
—¡Espera Min! —Oí que alguien me gritó, pude reconocer su voz, Seojun, maldición.
—¿Ahora que quieres?
—Ni siquiera me diste tiempo a aprovechar la oportunidad, te juro que de ahora en adelante mis miradas solo serán para ti. —Me dijo mientras me sujetaba ambas manos.
—No lo sé Seojun, será mejor que aclares tus sentimientos antes de hacer nada— le contesté mientras me soltaba de el dispuesta a alejarme.
—Estoy dispuesto a hacer lo que sea para demostrarte que solo te quiero a ti, Hye Min. —Concluyó quedándose quieto en su lugar.
Sentí que una pequeña parte de la barrera que había construido se derrumbaba. Quizás, solo quizás, podría darle otra oportunidad a este tonto chico llamado Seojun, pero primero tendría que pensármelo para no volver a salir herida.
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Cortito, ¿verdad? Lo sé, pero ando entre ocupada y sin ideas, lol.
