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Marzo 2022.

Estas semanas me la he pasado estudiando día y noche. Dentro de dos semanas inician mis exámenes finales. Tengo que aceptar que por más que estudie a los minutos se me olvida todo. También a veces hago video llamada con Ángela, así las dos estudiamos. Ella aún va al instituto, ya que suspendió el último año. Sin embargo, eso no quitaba nuestras citas para estudiar juntas.

- ¡Estoy harta! – Solté una risa.

- Llevas diciendo eso desde hace media hora.

- ¿Recuérdame por qué estoy estudiando?

- Para que puedas mantenerme.

- ¡QUE! – Chillo. - ¡Yo nunca dije eso! – Grito. - ¿Por qué tu no me mantienes?

- De las dos a ti te veo más futuro como psicóloga, qué a mi como abogada.

- Pues cámbiate de carrera. – La idea no estaba tan mala, y a decir verdad me lo vengo diciendo desde que comenzó el año.

- No están fácil. – Explique. – Mis padres tienen muchas expectativas sobre mí en esta carrera. – Aún recordaba la fiesta de hace dos semanas, dónde se la pasaron hablado de mi carrera con todos mis tíos.

- Pero no es lo que tú quieres.

- ¿Y qué es lo que quiero?

- Literatura.

Me quedé en silenció por unos minutos, la verdad es qué sí es lo qué yo quería. Por un momento me imaginé a mí escribiendo libros. Moví mi cabeza para dejar de lado todos esos pensamientos.

- Deja de ser una pesada, y volvamos a estudiar.

Después de cuarenta minutos intentando entender palabras en romano, me di por vencida. Estaba claro que iba hacer una pésima abogada, mis padres decían que tenía todo para hacerlo. Según ellos tengo carácter, se me facilita la palabra, etc. Pero es muy complicado, y a ciencia cierta no me llena esto. Al poco tiempo me despedí de Ángela.

Me deje caer en la cama boca abajo, agarré mi móvil y empecé a ver mis redes sociales. Bueno, ese era mi plan, hasta que la puerta se abrió.

- ¡Llego por quien lloraban! – Aarón entró a la habitación.

- ¿Cómo entraste?

- Por la puerta. – Señalo la puerta.

- Sarah no está – Ella y Aarón tenían una relación.

- ¿Quién dijo que venía a verla?

- Pues al ser tu novia, supuse que la querías ver.

- Pues ya no.

- Vaya.

- Tampoco es que éramos algo serio. - Se encogió de hombros.

Aarón había pedido una pizza para ver una película, pero el termino comiendo la mayor parte de la pizza.

- ¿Segura que ya no quieres?

- Segura.

- Solo te comiste dos rebanadas.

- Es más que suficiente.

- Si tu lo dices.

Agradecí que no siguiera con el tema, no es algo que quisiera hablar. Bueno, al menos no con él.  Hace dos semanas atrás me dí cuenta que había subido varios kilos, ahora evitó comer más de lo necesario.

- ¿Segura? Llevás días que no comes muy bien.

- Es por el estrés. - Mentí.

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Mi LuciérnagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora