XXI

239 36 10
                                    

Reviví de entre los muertos solo para traerles esto así que espero muchos comentarios y mensajes bonitos porque hoy es un pequeño descanso porque lo releí y los hice sufrir muchos así que es un pequeño descanso, no prometo nada para el siguiente. 

Besos, nos leeremos luego.


Desde lo que sucedió creí que nunca más podría volver a tener todo lo que había perdido, todo aquello que me daba felicidad y paz, porque te lo habías llevado tú. Yo te eche de mi vida pensando que eras la raíz de todas mis desgracias, pero que equivocado estaba. Te llevaste contigo las mañanas buenas, los besos apasionados, el confort de un abrazo, el aroma familiar, la calidez del hogar, mi hogar y mi corazón.

Pero, ahora mismo, al despertar y ser tú lo primero que miro, me da la impresión de que quizá exista una mínima oportunidad de recuperar todo, de tenerlo todo de nuevo, de tenerte de nuevo.

— Llevas casi media hora mirándome, estoy a un minuto más de noquearte —murmuro con voz adormilada sin mover un solo musculo de su cuerpo.

— Buenos días —respondí acariciando su cabello— sabes, me tomo un tiempo recordar donde estaba, creo que bebimos de más.

— Solo cállate y déjame dormir.

— ¿Te duele la cabeza?

No respondió, tampoco esperaba una respuesta, me conformaba con poder seguir observándola "dormir" con la peluca revuelta en la almohada, con el ligero rastro de baba pegada a su mejilla, con su aún viva necesidad de abrazar la almohada y la forma de cubrirse ligeramente con la manta de la cadera para abajo ocultando sus firmes piernas, sus suaves muslos y...

— ¡Auch!, ¿Oye porque mierda...? ¡Ay!

—Te dije que si seguías te iba a golpear.

— ¡Dijiste noquear! ¡No que intentarías castrarme!

— Oh vamos, no seas tan exagerado, solo pate tu muslo.

— ¡Con tu rodilla y muy cerca de mi...!

Quizá me haya mordido un poco la lengua al hacerme callar tan de golpe, pero el poder escuchar su risa a primera hora del día me basta como fuente de serotonina por el resto de mi vida, bueno, no sería suficiente. La cama era lo suficientemente grande como para no tener que tocarnos y aun así estábamos tan cerca como para poder oler esa esencia fresca que tiene combinada con el alcohol.

— Okey, okey. Ya no lo haré, seguro que querrás luego tener más hijos, hijos que sí puedas ver crecer.

— No lo niego, pero por ahora estoy bien con Haru, aunque sí que me hubiera gustado estar con ella en cada una de sus facetas, lo hecho esta y debo enfocarme en el futuro, en ser mejor padre para ella de hoy en adelante.

— Sí... —murmuro viéndome a detalle, talvez piense que miento o que son solo promesas falsas, pero no lo son, yo voy a mejorar para que Haruko se sienta orgullosa de mí y ella también— pero los accidentes ocurren, ya viste lo que paso.

— Por ahora no sucederá eso.

— No lo puedes tener tan seguro.

— De hecho, sí, porque me realice la vasectomía poco después de que terminamos.

— ¿Y eso? —preguntó al tiempo que se acercaba un poco más.

No se me escapo la ligera mueca de incomodidad ante eso, pues es casi seguro que tenga una terrible migraña debido al alcohol de anoche, debería de levantarme a hacer el desayuno y también prepararle un baño, eso siempre le ayuda.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 30 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Antes del atardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora