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Al día siguiente...

La habitación se iluminaba de una luz blanca producida por el cielo nublado que hoy había en la ciudad de San Francisco.

Tom sentía como lentamente sus ojos se abrían pero la luz lo encandilaba haciéndolo parpadear varias veces.

No sabía que hora era hasta que miró el reloj en su celular y este marcaba las ocho quince de la mañana, por un momento se asustó pensando en que había perdido la primer clase de el colegio pero recordó que no tenían clases el día de hoy.

Pudo sentir como Bill comenzaba a moverse a su lado, se restregaba los ojos y estiraba sus piernas.

- Bueno días - Dijo Tom con su voz ronquisima, como todas las mañana

El pelinegro se sobresalto la escuchar aquella voz tan masculina del castaño de rastas pero sonrió al ver que habían dormido juntos.

Cuando por fin despertaron, bajaron a la cocina y ahí se encontraron con la madre de Bill quien estaba cocinado el desayuno para los tres.

- Buenos días niños, como durmieron? - Le saludó dulcemente mientras servía el desayuno

- Muy bien - Respondieron los dos al unísono

- Que bien, bueno vayan y siéntense en el comedor que les preparé el desayuno - Les acarició la mejilla a ambos y se estiró a la alacena para poder tomar platos

Los dos antes nombrados se sentaron en el comedor esperando a la madre de Bill quien segundos después llegó con dos platos y estos tenían el desayuno.

La madre de Bill se sentó frente a ellos y comenzaron a comer mientras charlaban un poco, pero un tema se adueñó de la conversación.

- Anoche llegué después de las doce, te busqué Bill, pero no te encontré así que subí a tu habitación y te vi a ti y a Tom dormidos y abrazados...se veían tan tiernos que no quize despertarlos - Ambos se atragantaron con el desayuno pero tomaron jugo y pasó la comida de su garganta

Después del desayuno, Tom se marchó y quedó de verse con el por la noche ya que hoy sería el día de la pijamada de ambos.

•••

Bill no podía dejar de pensar en el rastudo mientras acomodaba sus cosas en la mochila que llevaría para la pijamada con el antes nombrado, de alguna manera su corazón latía aceleradamente al recordar el rostro de aquel chico.

Terminó de acomodar sus cosas y cerró la mochila, ya llevaba sus sandalias y su pijama puestas, tomó su celular y bajó las escaleras de su casa para después despedirse de su madre.

Salió de casa y caminó hasta casa de Tom la cual no estaba tan cerca de la suya, pero le agradaba caminar y sentir el aire fresco.

Cuando estuvo frente a la puerta, se paró derecho y toco el timbre con suavidad, unos segundos después apareció por la puerta un chico de rastas atadas y sin gorra, llevaba puestos unos pantalones de pijama holgados con cuadros negros y rojos, estos eran acompañados por una gran playera color negra y unos calcetines del mismo color que cubrían los pies descalzos de Tom.

- Hola! - Lo saludó Bill

- Hola Bill, pasa - Le dio entrada y cerró la puerta tras el y dirigió a Bill hasta su habitación - Puedes dejar tus cosas aquí - Le señaló un espacio de la habitación y Bill no dudo en dejar sus cosas ahí

Bajaron hasta la cocina, juntos, por toda la comida que había preparado Tom para la pijamada, subieron nuevamente a la habitación y se sentaron sobre la cama mientras comenzaban a comer aquellos deliciosos snacks y comidas riquísimas.

- Así que solo seremos tu y yo, Bill? - Preguntó Tom

- Me parece que si - Respondió Bill mientras de daba un mordisco al trozo de pizza que tenía en sus manos

Encendieron la televisión y el de rastas comenzó a buscar algo en Netflix ya que el ambiente era un poco aburrido, pero para su mala suerte, no encontró nada agradable para ver.

- Quieres jugara algo? - Preguntó Bill al ver que este no había encontrado nada

- Como que? - Dijo Tom

- Umm...ya se, hagámonos preguntas incomodas - Sonrió y Tom solo asintió sonriente - Empiezo yo....¿Has tenido algún sueño erotico recientemente? - Volvió a sonreir pícaro

- Bueno, si, la verdad es que si....pero no te diré que era lo que pasaba - Una risa salió de su garganta - Me toca? - Bill asintió - Emmmm...¿Alguna vez has dormido totalmente desnudo?

- Ehh, si, una vez....pero ojo, es que hacía mucho calor - Rió nervioso - ¿Cuando fue tu último beso?

- Ni siquiera he dado mi primer beso...la verdad prefiero que sea algo especial, con una persona especial y cuando yo crea que es el momento adecuado - Habló mientras miraba una esquina en la habitación y soltaba un suspiro enamorado al haber imaginado su primer beso con Bill

- La verdad yo tampoco he dado mi primer beso, y sinceramente pienso igual que tu - Dijo Bill mientras miraba con la cabeza ladeada el perfil de Tom

Se quedaron unos segundos en silencio y Tom giró su cabeza hacía la dirección de Bill y conectaron sus miradas de una manera mágica haciendo que sus corazones comenzaran a latir al mismo ritmo, y aunque no se lo habían dicho, ambos lo sabían.

Involuntariamente y sin que se dieran cuenta, sus cuerpos y rostros se acercaron al del otro hasta quedar con hasta almenos diez centímetros de separación.

- Bill... - Susurró Tom mirando sus labios

- Si? -Respondió a su llamado

- No se si sea el momento para decirlo..... pero en verdad desde aquel día en que te ví por primera vez....mi corazón deseó algún día poder probar tus labios... ¿Me darías el honor de que ese deseó se cumpla ahora mismo? - Le habló entre susurros

- Si, Tom...

Sin decir nada más, sus rostros estuvieron tan cerca hasta que sus narices se tocaron, sus ojos se cerraron lentamente y sus labios rozaron...hasta unirse en un dulce beso, dicho beso, poco a poco fue tomando intensidad y Tom pasó su mano por detrás del cabello azabache de Bill y este comenzó a apretar entre sus puños la camiseta de Tom.

Se separaron del beso y se tumbaron sobre la cama, se acomodaron debajo de las sabanas y se juntaron hasta quedar abrazados, las luces fueron apagadas por Tom por medio de un control y posteriormente comenzó a acariciar el cabello de Bill hasta que ambos quedaron dormidos.


𝗠𝗘𝗧𝗔𝗡𝗢𝗜𝗔; Tom & Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora