Capítulo 8 - Pasión prohibida

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NARRA GAVI

Yo ya estaba abajo, junto con Fermín, Pedri, Ferran y Sira. Solo faltaban Lucía y Héctor, a saber lo que estaban haciendo estos dos en una habitación solos. Bajaron y Fermín me susurró:

- Uy, estos dos tienen algo eh

- Nah, Héctor solo la quiere para follársela, no llegaran a nada más que sexo. - dije, apretando la mandíbula, deseando que lo que dije fuera verdad y no llegasen a nada más. No sabía por qué tenía ese deseo, pero lo dejé pasar, como siempre hacía cuando sentía estas cosas.

- Bueno, hemos pedido pizzas - dijo Ferran, haciendo que mi mirada se centrase en él y no en esos dos tortolitos, que ahora ya estában hablando y riendo juntos. Que puta rabia.

Cenamos todos juntos y cuando terminamos, nos fuimos todos a nuestra habitación. Vi como Héctor se metía en su habitación, cosa que me tranquilizó, al menos esta noche no iba a follársela.

***

Al día siguiente, me desperté a las 7h y como no pude volver a dormirme, bajé al comedor y me senté al sofá a mirar un poco el móbil. A los pocos minutos, escuché como alguien bajó por las escaleras, así que me giré para ver quien era.

Era Lucía, con su pijama de estrellas que le quedaba demasiado bien. Con la cara de recién despierta y los labios un poco hinchados se veía muy adorable y atractiva.

- Buenos días - dijo con una muy leve sonrisa

- Hola - respondí

- ¿Que haces despierto?

- Podría preguntarte lo mismo - me encogí de hombros

- Te lo he preguntado yo primero

- No podía dormir más - respondí, suspirando

- Yo tampoco -  dijo, y también suspiró. Se sentó a mi lado y apoyó la cabeza hacia atrás, rendida. Llevaba un libro en la mano, y empezó a leerlo.

- ¿Qué lees? - dije, para romper el silencio

- Entre El Juego y El Corazón - respondió, sin apartar la mirada de la página que leía

- ¿De qué va? - pregunté, y me miró, expectante

- ¿Ahora te interesan los libros? - preguntó, sin dejar de mirarme.

En verdad no me gustaban los libros, al contrario, odiaba leer. Lo que me interesaba era ella, y hablar un poco con la chica tan guapa que tenía al lado. No sabía si mentirle y decirle que si me gustaban, o decirle la verdad, que no me interesaban una mierda.

- Bueno, no mucho, era solo curiosidad

- Ah, vale. - respondió, y al cabo de unos segundos habló - es una chica que tiene una pareja y le es infiel, y muestra sus sentimientos y el por qué lo hizo

- Y, ¿por qué lo hizo? - me miró, sorprendida

- Por qué no se entiende ni a ella misma y no sabe lo que siente. Con su pareja es todo felicidad, la pareja perfecta, pero con el otro es diferente. Le gusta lo peligroso, y sabiendo que estaba prohibido, le atraía más, y no podía evitarlo. - bajó la mirada - cuando lo veía, perdía el control sobre sí misma, y hacía lo que su cuerpo le pedía, que en ese caso era hacerle daño a su pareja, aunque no quisiese.

Me quedé mirándola unos segundos, hasta que hablé:

- ¿Por qué no deja a su pareja si le gusta más el otro?

- Porque es el camino seguro, y el otro tendría una relación tan imperfecta que tenía miedo de quedarse sin nadie.

- Lo perfecto siempre es aburrido

Entre El Juego y El CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora