Capítulo 9 - Atracción explosiva

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NARRA LUCÍA

Fui directa a la habitación a darme una ducha fría para relajarme y dejar de pensar en lo que acababa de pasar. ¿Que coño acabo de hacer? Mientras el agua me recorría por el cuerpo me preguntaba qué se me pasó por la cabeza para hacer eso. No podía hacerle eso a Héctor, era un chico de 10 y me trataba genial, con él era todo perfecto, y no teníamos problema alguno.

Pero cuando veía a Gavi, el celebro se me bloqueaba y dejaba de pensar con claridad, y caía rendida a sus pies. Nunca había sentido esa sensación tan fuerte, y me asustaba. Tenía que alejarme de él como fuera, no podía hacerle eso a Héctor, no se lo merecía.

Cuando salí de la ducha, escuché que alguien tocaba la puerta de mi habitación.

- ¿Quién es? Estoy en la ducha - dije poniendome la ropa interior rápidamente

- Ay, perdón, Lucía, soy Héctor. ¿Te espero aquí o voy ya abajo?

- Ve abajo si quieres, tranquilo, en 5 minutos estoy allí

- Vale, te espero abajo

Acabé de prepararme para bajar y salí por la puerta de mi habitación. Cuando estaba bajando por las escaleras, vi que ya había empezado la película. Sira, abrazada con su novio, se giró hacia mí.

- Vamos, Luci, ven que ya hemos empezado la peli - me dijo con una sonrisa

Fermín estaba en la esquina del grande sofá, al lado de Ferran y Sira, que estaban abrazados y ella tenía la cabeza sobre el hombro de su novio, a su lado derecho había Pedri. En la otra esquina estaba Héctor mirándome con una sonrisa y apartándose un poco para hacerme hueco entre él y Pedri. La mirada se fue al sillón que estaba al lado del sofá, donde estaba sentado Gavi. Cuando escuchó a Sira hablar, se giró hacia mí, y cruzamos miradas. Sentí algo en el estómago que no supe identificar, y aparté la mirada rápido.

Me senté en el sofá en el huequito que me había hecho Héctor y tiré la cabeza hacia atrás, apoyándome en el cabecero y suspiré.

- ¿Te pasa algo? - me miró Héctor, preocupado

- No tranquilo, estoy bien, solo cansada - mentí, con una dulce sonrisa

Me pasó en brazo por mis hombros, yo me apoyé en ellos y me dio un tierno beso en la cabeza. Noté la mirada de Gavi encima de mí, mirándome serio. Le miré y giró la cabeza en un movimiento rápido.

Estaba ya durmiéndome cuando escuché un ruido y abrí los ojos. Vi a Gavi levantarse de su sillón y yéndose. Miré hacia mis lados y vi a Héctor con los ojos cerrados y con una respiración relajada, estaba durmiendo. Pedri y Fermín estaban igual que Héctor, y Sira y Ferran no estaban, así que supuse que se fueron ya arriba a su habitación.

Me levanté con cuidado de no despertar a nadie y me aparté del agarre de Héctor. Pensé en ir a la habitación, pero no estaba suficiente cansada para ir a dormir, así que me fui en busca de Gavi para entretenerme. Vi que se fue por la puerta de la piscina, así que sin hacer ruido me fui hacia esa dirección.

Cuando entré, vi la pedazo piscina interior que había en esa sala. Dentro de esa piscina, estaba Gavi, con el bañador sentado en el borde de la piscina. Llevaba el pelo mojado y que se le pegaba en la frente, estaba demasiado atractivo.

- ¿Qué haces aquí? - solté, y me miró unos segundos hasta hablar:

- Necesitaba relajarme - dijo, tirándose al agua

- Oye, tenemos que hablar - dije cuando salió del agua

- Pues metete - me dijo con una sonrisa traviesa

- Gavi, hablo enserio

- No hablaremos hasta que no te metas - me amenazó

- Joder - rodé los ojos - no tengo bañador, sal y hablamos

- Pues bañate en ropa interior

- Sí claro - ironicé

- Lo digo completamente enserio

Lo pensé unos segundos y me decidí en hacerlo. Necesitaba hablar con él de todo, y era tan cabezota que no me iba a dejar hablar hasta que me metiese con él, así que no tenía otra opción.

- Girate - le dije

- ¿Enserio?

- Que te gires Gavi - le ordené

Hizo lo que le pedí, así que me quité la ropa, quedando en bragas y sugetador, y entré al agua rápidamente. Se giró y miró mi cuerpo por encima del agua. Me incomodó, así que hablé:

- No debería haber pasado eso, y no puede volver a pasar, enserio te lo digo - le dije, mirándolo a los ojos

- No me frenaste - respondió, serio

- Lo sé, fue un error

- No te hagas la que no te gustó y que te arrepientes, porque los dos sabemos que es mentira.

- Claro que no me arrepiento por que no me gustase, me siento mal por Héctor.

- Joder, puto Héctor, si no sois nada, Lucía - dijo, apartando la mirada

- Pero no quiero ilusionarlo

- Pues deja lo que estáis haciendo

- No, Héctor me gusta - dije, defendiéndome, y Gavi rio irónicamente

- No te lo crees ni tú - me dijo, volviendo la mirada hacia mí

- ¿Por qué estás tan seguro?

Se acercó a mí y me cogió de la cintura por debajo del agua, acercándome más a él. Acercó su boca a mi oído y me susurró:

- Nadie te hará sentir lo que te hago sentir yo, lo sé por tus ojos cuando me miras

- No caeré en tus juegos de niño pequeño Gavi - respondí

- ¿Crees que esto es un juego? - sonrió

- Lo único que creo es que eres un idiota

Amplió más la sonrisa acercando sus labios a los míos.

- Un idiota que te encanta

No me dejó responder porqué impactó sus labios en los míos bruscamente, buscando mi lengua, y no pude evitar seguirle el beso. Estaba notando como el ambiente se calentaba más poco a poco, y el agua casi quemaba. Gavi bajó sus besos desde mi mejilla, pasando por mi mandíbula y llegando a mi cuello. Joder, como sabía mis puntos débiles.

Me empotró en el muro de la piscina y tiré la cabeza hacia atrás para que tuviera más espacio que lamer. Noté como sus brazos subían desde mi culo hacia mi espalda, y desabrochó el sujetador con tanta rápidez que ni lo noté. Me lo quitó y admiró mis pechos mientras le brillaban los ojos. Me lamió los pezones con delicadeza mientras yo gemía su nombre sin gritar demasiado para no llamar la atención de los otros.

Estaba perdiendo completamente el control sobre mi cuerpo y no podía hacer nada más que seguirle el ritmo al hombre que tenía delante mía, lamiendo cada parte de mi cuerpo. Bajó sus manos hasta los laterales del tanga mientras volvía a poner sus labios sobre los míos. Me bajó el tanga muy lentamente, mientras su lengua acariciaba la mía con ansias de más.

Me cogió del culo y me subió al borde de la piscina, haciendo que me sentase encima del muro. Se separó de mis labios, abrió mis piernas y puso su cabeza entre ellas. Lamió con la punta de su lengua mi clítoris ya mojado y no por el agua de la piscina, haciendo que soltase un gemido que retumbó por toda la sala. Le agarré del pelo y lo empujé hacia mi humedad para que subiera la intensidad.

Me estaba dando tanto placer, estaba tan excitada que me tapé la boca para no soltar un gemido mucho más fuerte que el otro.

- Grita para mí, nena - me dijo, mirandomé desde abajo

Solté un gemido gritando su nombre cuando pasó sus dedos por mi zona más sensible. Entró primero dos dedos, haciendo que me muriera de placer ante su tacto, y luego penetró los dos dedos.

- Díos, Gavi - gemí

Iba subiendo la intensidad y yo ya estaba apunto de llegar al orgasmo, me temblaban las piernas y tenía la respiración muy agitada. Cuando me llegó, me dejé caer en el agua, y él me cogió la cara con las manos y me besó en los labios, esta vez con menos brusquedad. Mientras me seguía besando, escuché una voz, y por desgracia no era la de Gavi.

- Ostia puta - dijo Pedri, con una cara de horror

Entre El Juego y El CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora