Introducción.

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Un caso inusual.


Es normal que los asesinos en serie cometan «errores» para ser vistos, pero está vez juraba el Oficial Beltrán que no fue causalidad.

Alguien lo hizo evidente y le costó cinco asesinatos para mostrar sus más perversos pensamientos.

—Te juro que ésto es obra de un asesino serial —explicó el oficial mientras se levantó de su asiento.

El inspector no podía entender lo que sucedía en la mente del oficial, a pesar de ser su amigo después de tres años de haber resuelto un caso juntos.

Años hablando y compartiendo pensamientos, para que él viniera y cambiara la perspectiva que formó en todo ese tiempo.

—No te entiendo Jean, deberías pensar más en lo que dices. No ves que la evidencia prueba que los ex-novios son los asesinos.

—No son ellos los asesinos. Cuando los interrogué junto con el Doctor Whole mostraron signos de que ellos no lo hicieron —dicho ésto, caminó por el lugar intentando hacer una franja con sus pasos—. ¡Hasta alguien confesó que se sentía triste porque él no había matado a su novio!

—Pero encontramos tejidos y ADN en las uñas de todos los cuerpos. La escena habla por sí misma —mencionó renuente, pensando que se perdía de algún dato.

—La escena habla y los cuerpos también. Pero sé que ellos son inocentes, fueron inculpados injustamente. ¿No es extraño que todos los asesinatos hayan sido hechos por un ex-novio? ¡Hay un común denominador en todo!

—Lo que es extraño es que tú creas que alguien los inculpó —. Puso ambas manos pegadas entre sí sobre la mesa para poder pensar mejor— ¿Cómo planeas encontrar a alguien que, supuestamente, inculpó de forma exitosa a los ex-novios? No puedes presentar una hipótesis en un tribunal y lo sabes.

Tenía razón. No podía presentar tales palabras delante de un juez. Debía buscar una forma de encontrar huellas, culpables e incluso un testigo, pero no había nada útil que lo hiciera conocer la verdad detrás de todo.

Largos segundos pasaron, aunque para el inspector solo fue un instante. La teoría de la relatividad del tiempo influía en ambos hombres, miembros del cuerpo de policía e investigaciones de la calle 13.

—No sé qué pensar o cómo encontrar al asesino. ¡Pero te juro que estoy diciendo la verdad!

—Además de que los ex-novios hicieron tal atrocidad. ¿Qué otras similitudes encuentras?

Quería darle el beneficio de la duda aún cuando no deseaba que su hipótesis sea cierta. Sí lo fuera, una vida en cualquier parte de la ciudad estaría en peligro.

—Las parejas estaban en una situación difícil, todas las víctimas son mujeres de un mismo rango de edad, complexión y viven cerca la una a la otra. Bueno... relativamente cerca —explicó como sí tuviera enfrente de su rostro todo el papeleo.

—Los familiares ya dieron testimonio. No tenían relación o amistad entre sí. Es pura coincidencia que cinco personas murieran en tales circunstancias.

El Oficial se llevó su mano al rostro y respiró profundo.

Algo lo tenía inquieto; las edades, las víctimas y también la situación. Los acusados eran inocentes y podrían ser condenados sí ellos no cuentan con un buen abogado.
Quería hacer algo para impedir que vidas jóvenes se arruinaran por un asesino que no era capaz de sostener el peso de las muertes que provocó.

No soy policía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora