Oh no

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—¡Mamá!

Jimin saltó en su lugar frente al fuerte alarido llevando sus manos a su vientre intentando brindar algo de protección a su cachorra ante el peligro aparente.

—¡Mamá! ¡Ven, por favor!

Era Jaehyun. Su cachorrito estaba desesperado y lo único que él podía hacer era subir las escaleras lo más rápido que su barriga de 7 meses le permitía.

Jungkook, Jongsoo y Jiyeon habían ido al supermercado, Jaehyun se estaba sintiendo mal desde la mañana con algo de náuseas y dolor de cabeza punzante, por lo que había preferido quedarse en su habitación. Jimin, por otro lado, se la pasaba recostado en el nido con las energías al límite pero le fue imposible abstenerse de bajar por algo de helado de limón con almendras.

Ahora, por ese motivo, debía sostenerse con fuerza del barandal de la escalera intentando adivinar con la visión limitada los diferentes escalones.

—¡Mamá! ¡Por favor! —chillaba Jaehyun cada vez más desgarrador.

Los ojitos de Jimin pronto se llenaron de lágrimas al sentir el aroma de su cachorro agriado por el miedo, incomodidad y dolor. No entendía que estaba sucediendo y eso lo estaba colocando nervioso. Se obligó a si mismo a calmarse para no alterar a Jungkook a través del lazo y para que Jaehyun no se exaltara aún más.

—Aquí estoy, cachorro —avisó mientras empujaba la puerta de la habitación y pronto todo comenzó a encajar. Jaehyun había entrado en celo.

Jimin se llevó las manos a los ojos sabiendo de sobra lo que pasaría ahora. El celo de Jongsoo se sincronizaría.

En primer lugar debía concentrarse en su hijo omega, ayudarlo en lo que estuviera a su alcance a la vez que esperaba que Jungkook trajera a Jongsoo del supermercado. Luego, acondicionaría las habitaciones del sótano y baños privados para que sus hijos pasaran los tres días que duraban sus celos con la privacidad necesaria y nadie llegara a interrumpir.

Desde que sus hijos presentaron sus primeros celos, Jimin y Jungkook decidieron que era necesario mantener algunas habitaciones alejadas de las demás en donde pudieran tener al alcance lo necesario, desde comida y agua hasta los juguetes que pudieran llegar a utilizar, incluso les habían ofrecido a cualquiera de los tres contratar a alguien que los ayudara o que trajeran a quienes sintieran acorde pero ninguno aceptó esto, se encerraban solos. Por esto, cada vez que un celo se presentaba los demás integrantes de la familia eran los encargados de acomodar el lugar y ayudarlos a llegar ahí.

Abrió sus ojos en grande cuando las fuertes feromonas de su hijo lo atacaron. El estar embarazado hacía que fuera más susceptible a este tipo de procesos, sus sentidos se nublaban y su lobo interior le rogaba para que abandonara el lugar pero nada de eso le impediría asistir a su bebé.

—Jaehyun, amor —se acercó hasta el omega afiebrado—. Ven conmigo, debemos darte una ducha.

—No quiero, mamá —jadeó mientras continuaba retorciéndose—. Trae a mi alfa. ¡Quiero a mi alfa!

Jimin frunció el ceño ante esto. En todas las rutina de sus hijos pasaba lo mismo, su lobo interior clamaba por el alfa u omega destinado que ellos todavía no habían encontrado.

—Si no quieres una ducha está bien pero déjame ayudarte a quitarte algo de ropa —Jimin insistió a la vez que apartaba los cabellos húmedos de la frente de Jaehyun.

Jaehyun asintió antes de reincorporarse en la cama con fuertes gimoteos escapando desde el fondo de su pecho por las puntadas en su bajo vientre. Podía sentir la humedad escurrirse desde su entrada hasta sus muslos, traspasando incluso su ropa interior, algo que sentiría de suma incomodidad si estuviera en sus cinco sentidos.

¿se agranda la familia? 𐙚 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora