Capítulo φ 4

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(Maratón 2/2)

Tres semanas habían pasado desde que Evelyn había llegado a la ciudad.

Y a pesar de haber tenido la incertidumbre cuando sus padres le habían dicho que se mudarían, dejando a sus amigos, y su vida atrás, sus nuevos amigos hacían que olvidara sus nervios, integrándola en actividades y saliendo con ella tan solo para pasar las tardes.

André siempre le sacaba una sonrisa. Incluso, había aprendido a sobre llevar la pervertida actitud -como lo llamaba André- de Darrell, aprendiendo a no tomarsela a pecho.

Pero su amistad con Dani era algo increíble. Esa chica se había vuelto su mejor amiga. Siempre estaba de buenas, y su sonrisa siempre mantenía las malas vibras lejos. Siempre era ella la que la defendía del coqueteo de Darrell. Aunque eso significaba que Dani terminaría molestando a Darrell en una forma muy graciosa.

Evelyn tenía sus teorías. Por la forma en la que el rostro de Dani cada vez que Darrell estaba cerca, suponía que había algo ahí más que una amistad juguetona y bromista. Al menos por parte de Dani.

Con Darrell era difícil saberlo, porque como bien había explicado Dani, solía coquetear con cuanto personaje agraciado se cruzaba por su camino. Sobre todo, se notaba que Darrell disfrutaba de hacer enojar a André con coqueteos absurdos que lograban ponerlo incómodo un segundo, antes de que André lo desestimara y bromeara de regreso.

Si en algún momento hubo algo entre André y Darrell, Dani nunca se lo dijo. Y Evelyn moriría de vergüenza si osaba preguntarle a André directamente. Darrell estaba descartado, porque Evelyn creía que sería capaz de describir con lujo de detalle lo que sea que hubiera sucedido entre ellos.

Por lo pronto, Evelyn apreciaba la dinámica que se había formado entre los cuatro, aprovechando las tardes para pasar el tiempo con ellos.

Era un martes tranquilo. Los cuatro caminaban hacia el parque cuando Evelyn había salido de la escuela, antes de que André y Dani comenzaran con su turno en el restaurante donde habían ido la primera noche.

Encontraron un lugar tranquilo, justo cuando Evelyn se sentó en una banca a la sombra de un árbol.

—Estás de buen humor, Evelyn —le dijo André, estirando los brazos sobre su cabeza.

—Estoy bien —le contestó Evelyn, levantando la cabeza con una sonrisa y los ojos cerrados—. Disfruto mucho los días soleados. Es lo único que extraño de París.

—Lo sé —Dani se sentó a un lado de ella—. Deberíamos ir por un helado.

Dani miró de reojo a Darrell parado junto a ellos. El rubio enarcó una ceja cuando notó que su atención estaba en él. Dani se levantó y comenzó a acercarse casualmente con las manos tras la espalda, agitando las pestañas en su dirección. Darrell descruzó los brazos y adoptó una pose defensiva.

—¿Qué quieres?

—¡Anda, Darrell! ¡Vayamos por un helado! —Dani tomó a Darrell de la manga de la playera, sacudiéndolo con fuerza—. ¿Por favor? Te comparto el mío, ¿Sí?

—¿Por qué siempre te empeñas en sacarme de quicio? Podrías simplemente preguntarlo sin parecer una demente —Darrell logró zafarse—. Y no, no quiero ir por un helado.

—Está bien, Dani —dijo André resopló una risa, poniéndose de pie—. Yo iré contigo. Vi un puesto cerca de aquí, así que...

Pero Dani sonrió emocionada ante la invitación, tomando a André del brazo para ir en dirección en la que señalaba, haciéndolo tropezar cada tres pasos por la premura.

Guerra de Ángeles vs. Demonios: La Leyenda Del Ángel [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora