Cuando Evelyn abrió lentamente los ojos, la luz de la mañana apenas comenzaba a asomarse por los agujeros de unas cortinas en la ventana de la habitación de Dani.
Por primera vez desde que tenía pesadillas, podía recordar algo de aquel extraño sueño que había tenido. Solo una cosa... el rostro de André.
Recordaba haberlo visto en algún momento de su sueño. La secuencia seguía siendo confusa, y los hechos no tenían ningún sentido. Pero estaba segura que en algún momento, André apareció en medio del caos.
Se talló los ojos, aún con sueño pegado a sus pestañas. Después de estirarse y con un bostezo, se sentó en la cama en la que estaba acostada. A un lado de ella, encontró el colchón donde dormía su mejor amiga cuando Evelyn pasaba la noche con ellos.
Había pasado una semana desde el incidente en el que André le había arrojado el plato de su desayuno a Darrell en la cara por haberle dicho que Aideé ya no lo amaba.
Fue imposible conseguir más información sobre ella. Darrell ya no quiso cooperar en su investigación, y Dani siempre le sacaba la vuelta diciendo que tenía que ir a trabajar o tenía que poner la casa en orden.
El hecho de que Dani luciera hasta cierto grado culpable y triste, alimentaba más la curiosidad de Evelyn, porque le hacía creer que Aideé también tenía algo con Dani, no solo con André, quien también se comportaba extraño cada vez que Aideé era remotamente mencionada.
Evelyn miró el colchón a su izquierda, notando lo pulcras que estaban las sábanas, como si Dani se hubiera levantado y comenzado con el aseo desde antes de salir de la habitación.
Sonrió recordando lo que había pasado cuando André se había calmado. Él mismo había ido a su escuela para buscarla a la salida. Cuando vio a Evelyn salir por las puertas de la entrada, el bonito rostro de André se iluminó con una sonrisa, ignorando los suspiros soñadores de cada chica a la redonda.
Acompañó a Evelyn hasta su casa, pidiéndole una disculpa por su comportamiento y la recompensó invitándola el fin de semana siguiente a dormir y pasar todo el día con ella.
Solo ella y André.
La sonrisa de Evelyn se expandió aún más. Pasarían todo el fin de semana con el chico de sus sueños; y lo mejor de todo, era que tenía la oportunidad de intentar hacerlo olvidar a aquella desconocida que parecía atormentar a todos en ese departamento.
Dani ya estaba levantada preparando el desayuno, pero por la luz que se alcanzaba a ver entre las cortinas, aún parecía ser temprano. Evelyn volvió a acurrucarse en la cama y cerró los ojos, tratando de volver a conciliar el sueño.
Pero un grito ensordecedor afuera de la habitación la hizo abrir los ojos y sentarse de golpe en el colchón. Esa había sido Dani.
Un nuevo grito se escuchó dentro de la casa. Esta vez, Evelyn reaccionó. Tras un breve momento para entender qué era lo que estaba pasando y pensar que había un ladrón en el departamento, saltó de su cama y salió corriendo de la habitación apresurada. André y Darrell debieron de haber pensado lo mismo, ya que Darrell tenía un tubo metálico en las manos.
Pero antes de que pudieran ver más allá de la sala, Dani ya estaba parada frente a la habitación de los chicos.
—¿Dani? —André preguntó con los ojos entrecerrados, aún con sueño pegado a sus pestañas y acostumbrándose a la cantidad de luz que había en el departamento
—¿Por qué gritas a estas horas? —Darrell le reclamó bajando el tubo cuando se dio cuenta de que no existía ningún peligro inminente—. Los vecinos te van a demandar por escandalosa.
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Guerra de Ángeles vs. Demonios: La Leyenda Del Ángel [BORRADOR]
Novela JuvenilEvelyn siempre había sido una niña con una imaginación alocada. Pero nada se comparaba con los extraños y misteriosos sueños que tenía desde hacía un tiempo. Lo curioso es que esos sueños comenzaron a ser más recurrentes y extraños desde que se mudó...