Capítulo φ 10

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Eran casi las diez de la noche. Todo en las calles estaba tranquilo. En un departamento calle abajo, una vela iluminaba una pequeña 'sala'. Darrell estaba recostado de costado, con su cabeza recargada en su mano mientras daba un bostezo y su compañero de habitación lucía bastante molesto, cruzado de brazos, una mueca en la boca y moviendo los dedos... esperando algo.

Y como si ese algo hubiera sido invocado, llegó apenas había pensado su nombre.

—¿Sabes qué hora es? —André preguntó en el momento en el que Dani acababa de atravesar la puerta—. ¿Qué rayos te pasa, Danielle? Ya son cuatro veces las que faltas al trabajo y me tengo que quedar yo en tu lugar.

—Estoy cansada, André, hablaremos mañana —Dani lo desestimó con la mano, pasando de largo hacia su habitación.

Pero André no se quedó sentado, poniéndose de pie y tomándola por la muñeca, deteniendo su andar. Darrell se mantuvo al margen, aún recostado sobre la tela que simulaba el espacio del sofá.

—¿En dónde estabas? —preguntó André cuando Dani no se molestó en despegar los ojos del suelo.

Dani no respondió, aún cabizbaja y tirando de su mano en un burdo intento porque André la soltara.

A pesar de la poca luz que la vela a la mitad de la habitación proveía, André pudo notar la ropa de Dani. No era la primera vez que la veía llegar a casa sucia y sudada. No le gustaba nada lo que estaba viendo. La bilis en la boca de su estómago comenzaba a buscar la manera de salir, encendiendo todas las alarmas en la cabeza de André. Quería tomar a Dani por los brazos y exigirle a gritos que le dijera que era lo que estaba pasando.

Nunca había secretos entre ellos, y le preocupaba que Dani comenzara a tenerlos con un tema tan delicado. Estaba a punto de abrir la boca para pedir explicaciones, cuando Dani dejó de tirar de su brazo, poniéndose frente a él, pero sin levantar aún el rostro.

Con la mano que tenía libre, Dani sacó unos cuantos billetes de la bolsa de su pantalón, aumentando el pánico de André.

No tomó el dinero a pesar de que Dani lo estaba estirando hacia él, porque no eran solo unos cuantos billetes, sino al menos una semana de turno completo en el restaurante.

El corazón de André se rompió en ese momento, abrumado por lo que sentía y estaba viendo.

—Dani...

Darrell fue quien se levantó del suelo, acercándose hasta los dos amigos para tomar el dinero que Dani estaba facilitando, contándolo con tranquilidad. Pero André seguía con los ojos clavados en Dani, su rostro afligido mientras le suplicaba mentalmente a su mejor amiga que le diera la cara.

—¿Qué estás...?

—Lo que importa es lo que traigo —Dani se encogió de hombros, renuente a alzar la cabeza—. Ahora... me iré a mi cuarto.

Ya sin oponerse, André la dejó caminar hasta la habitación, cerrando la puerta tras de sí.

—Darrell.

—¿Qué?

André no respondió de inmediato, mordiéndose el labio inferior con los ojos clavados en la puerta de la habitación de Dani.

—¿Tú crees que...?

—¿Tú la crees capaz?

—No, pero...

—Ahí está.

André suspiró mirando hacia un costado, donde vio a Darrell doblar los billetes con clara intención de guardarlos en los bolsillos traseros de su pantalón. De un movimiento certero, André se los arrebató de la mano, haciendo que Darrell pusiera los ojos en blanco, con las manos hacia arriba en son de paz.

Guerra de Ángeles vs. Demonios: La Leyenda Del Ángel [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora