Capitulo 10. Romper el contrato

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Esta mañana cuando me he levantado él no estaba en casa, la abuela me ha dicho que tenía que ir a la capital para arreglar unos temas de trabajo y volvería en la tarde.

Las dos noches que ha dormido aquí lo ha hecho en la habitación principal, en ningún momento me ha dicho que debo cambiar de lugar, aunque la abuela me lo ha insinuado varias veces.

Estoy algo triste por haber perdido los trabajos pero con suerte podré entrar en la fábrica de carnes después de la feria.

Esta noche comienza la feria y quería ir con la abuela pero me ha dicho que mañana tiene una reunión temprano y que probablemente no pase la noche en casa.

Paso toda la mañana haciendo cosas de la casa, ahora hay una persona más pero estaba demasiado aburrida como para quedarme parada.

Después de comer me siento en el porche de la casa, hoy no hace tanto calor y se está bien fuera.

Miro mi coche y pienso cuánto puede costarme el arreglo. Me acerco a él y levantó el capo, miro el motor y el me mira a mi. De verdad creía que iba a ser capaz de arreglarlo yo! cuándo no tengo ni idea de coches.

Escucho el ruido de un motor a mi espalda, bajo el capó de golpe y limpio el sudor de mi frente.

Jorge ya ha vuelto, me mira de arriba a bajo.

--- Límpiate la cara, estás manchada de grasa. Aunque resultas graciosa ---

Es la primera vez que lo escucho reír, me miró en el retrovisor del coche y veo como una raya negra cruza mi cara. Se queda parado en la puerta un momento y me vuelve a hablar:

--- Cuando estés limpia te espero en mi despacho---

Qué despacho? Desde cuándo hay un despacho aquí, debo de preguntarle a la abuela porque no tengo ni idea.

Voy directamente al baño y por el camino me encuentro a María y a las nuevas chicas que salen al coche de Jorge, me quedo un momento parada y veo como entran con un montón de bolsas. Si ayer ya compró comida y en abundancia que será que ha comprado hoy?

Después de limpiar mi cara buscó a la abuela y le preguntó sobre el despacho, ella me dice que hay una pequeña habitación al lado de nuestro cuarto.

De verdad que llevo aquí más de seis meses y no me he fijado que hay había una puerta. En fin no tengo excusas a veces soy un despiste andante.

Toco la puerta dos veces y espero hasta que me dé permiso para entrar. Escuchó como su voz me da paso.

Paso al interior de la pequeña habitación y me siento en una silla justo enfrente a él, nos separa una mesa de escritorio.

Me entrega un sobre grande, lo miro con curiosidad pero aún no lo abro. Saca del cajón lo que parece ser el contrato de matrimonio.

--- Qué quieres hacer con él?---

--- No se a que te refieres ---

--- Quieres romperlo? ---

--- No...---

Si rompo el contrato todo se habrá acabado, me veré de nuevo en la calle y sin nada y lo peor de todo es que perderé la compañía de la abuela.

--- Pues yo sí voy a romperlo---

--- No por favor no lo hagas, puedo cambiar si hay algo que te desagrada, puedes tener mil amantes si lo deseas yo nunca me quejaré pero por favor no me quites lo poco que tengo y no me prives de la compañía de tu abuela ---

Él está sorprendido o parece sorprendido coge el contrato y lo mete en una máquina que lo hace mil pedazos, dejándome a mí estupefacta.

--- Sabes por qué me casé contigo?---

Asiento con la cabeza, claro que lo sé la abuela me lo contó todo.

--- Entenderás que aquí no hay amor y tu yo somos muy diferentes ---

--- Si lo entiendo perfectamente, está bien cuando quieras firmaré los papeles del divorcio ---

--- Puedes dejarme solo ---

Salgo de la habitación y nada más cerrar la puerta comienzo a llorar, voy corriendo y me encierro en mi habitación.

La abuela llega unos minutos después, me intenta consolar pero estoy inconsolable. Romper el matrimonio no solo significa que me quedaré en la calle de nuevo sino que ya no podré estar con la abuela más.

Le explicó todo lo que me ha dicho y ella no parece triste. Me da un beso en la frente y coge mis manos.

--- No creo que las cosas sean así, la única que ha nombrado el divorcio has sido tu, aunque si las cosas se ponen feas te diré que está casa es mía y mientras yo viva tu no te moveras de aquí. Por cierto que tienes en ese sobre ---

Miró el sobre que tengo a mi lado y me doy cuenta de que ni siquiera he mirado en su interior. Limpio las lágrimas de mi rostro con mi antebrazo y vuelco el contenido del sobre en la cama.

Hay unas llaves de un coche, una tarjeta bancaria y varios papeles. Los comienzo a leer y veo que es una carta redactada a mano.

En primer lugar debo pedirte perdón por haberte hecho pasar por un infierno, esa nunca fue mi intención. Me vi en una situación que yo no busqué y busqué la salida más fácil que era casarme con una desconocida, una que no tuviese familia y que estuviese lo bastante sola para aceptar sin condiciones.

En estos pocos días que llevo aquí me he dado cuenta de que eres una buena persona y lo más importante es que has hecho feliz a la persona más importante de mi vida.

Así que a partir de hoy rompo ese estúpido contrato y si tú me lo permites le gustaría poder cortejarte como es debido, no sé si querrás darme una oportunidad o por el contrario...

Para mí es muy difícil decir estas palabras de frente, cuando se trata de negocios soy el mejor, el más decidido y no tengo piedad. Pero cuando se trata de sentimientos no soy muy bueno con las palabras.

Así que te propongo algo. He dejado en la sala unas cuantas bolsas, me he dado cuenta de que necesitas muchas cosas y por suerte yo te las puedo proporcionar.

Me gustaría tener una cita contigo, si aceptas te espero a las ocho en la puerta de la casa.

Si no estás allí entenderé que has pasado página y no te molestaré más.

Atte. Jorge Sandoval

Matrimonio bajo contrato ( Pausada )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora