Capitulo Quince: Confesiones

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Narrando por Christopher

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Narrando por Christopher

me levante porque escuche que tocan la puerta de mi habitación, por lo cual voy a ver para que no se levante Carolina ya que esta dormida pacíficamente, camino hasta la puerta y la abro puede ver a mi madre parada al frente de este, yo le sonrío y ella a mi

-buenos días, que paso-, recargándome en la puerta, ella solo niega con la cabeza

-vamos a salir a buscar el desayuno, solo quería avisarte, porque puede ser que nos tardemos un poco-, dijo ella con una sonrisa en la cara, yo solo le doy una sonrisa

-tranquila, aquí nos quedamos-, ella me soba la mejilla y después camina por el pasillo hasta llegar a las escaleras y bajar por esta, yo cerré la puerta del cuarto y puede ver todavía dormida a Carolina

camino hasta la cama, y me acomodo en mi lado, y me le quedo viendo a Carolina, la cual esta con los ojos cerrados sus largas pestañas, su nariz un poco rojita por el motivo del frio, sus labios un poco entreabiertos, su respiración es lo que me demuestra que esta tan tranquila, sus mejillas un poco rosaditas por lo mismo del frio, y sus manos esta una en su pecho y la otra estirada, ya que me estaba abrazando.

estado, así con ella me demuestra que las cosas que pasan por mi cabeza son mentira, me da miedo, que ella un día llegue y me diga que todo lo que está pasando con nosotros era mentira, que todo esto era falso, nunca me había sentido de esta manera, nunca me había enamorado de esta manera, nunca me sentí tan inseguro y a la vez tan completo tan relajado, si es raro de explicar esto, pero los que se enamoraron, de esta manera me entenderán, yo sé que no puede ser el mejor hombre o simplemente sería un patetico novio, pero por ella quiero que esto funcione.

volteo a ver al techo, sé que sobre pensar las cosa nos puede llevar a cometer cosas que luego nos podamos arrepentir, por eso quiero que lo que pasa con Carolina pase de verdad, que no sea sobre pensar las cosas, volteo aver a carolina, puede ver como ella abre los ojos lentamente, cuando los termino de abrir puede ver sus ojos casi negros y grandes me están viendo

-hola-, dijo ella con su voz tan suabe, que hace que me estremezca, esta chica me tiene comiendo de sus manos, con un solo, hola, hace que me ponga tan feliz, yo le sonrío

-hola como dormiste-, hable poniendo una de mis manos en su cara para luego pasar mi dedo índice por todo el borde de su cara

-muy bien, tengo la mejor compañía, quien con esa compañía no podia dormir bien-, contesto a mi pregunta, ella sonrío, yo dejo mi mano en su mejilla

-así, y que compañía-, quería saber con qué cosas salía ya que es muy ingeniosa

-pues esta-, dijo ella mostrando un peluche con una sonrisa grande, yo solo suelto una risa

-y yo que, no soy buen acompañante-, dije pasando mi dedo pulgar por su labio inferior, ella sonríe por mi pregunta

-deja me pensar-, dijo ella con una cara de duda, para luego abrir un poco más sus ojos-, si eres una buena compañía, pero me gusta más esta de aquí- poniendo el oso entre nosotros, yo lo tomo y lo aviento

El rojizo peligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora