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Riki's side.

Después de casi una semana de no asistir al instituto, no dormir correctamente y sobrevivir comiendo gomitas y bebiendo agua del grifo que se encontraba en el baño de su habitación. Riki comenzaba a debilitarse, su cuerpo le estaba mandando una señal que gritaba "¡RIKI, TÚ ERES UN SER HUMANO. TAMBIÉN LLORAS, COMES Y MUERES". Y él realmente odiaba ser tan débil, mentalmente, sentimentalmente y físicamente. No es que Riki quisiera ser un chico tan vulnerablemente débil como lo era ante la creencia de todos. En realidad, él ansiaba con toda su vida ya no ser ese Riki de seis años que lloraba cuando algo no iba bien, que lloraba cuando no lograba comprender algo y que lloraba cuando no lograba ser comprendido. Ese Riki que lloraba cuando en el salón, él era el único alumno sin compañero de banco, que lloraba cuando nadie lo elegía para los proyectos grupales o que lloraba cuando no lo invitaban a los cumpleaños y, aunque él los invitará a los suyos, nadie jamás asistía.

La voz de su primo, resonó desde el otro extremo de la puerta, agradeció tanto que su primo hubiera llegado en ese momento, de no ser así, probablemente no hubiera logrado salir de esa tormenta en sus pensamientos.

Adelante, pasa pronunció en un tono apenas audible. Su voz también se había debilitado en ese lazo de tiempo. Vio a su primo entrar lentamente, noto que su mirada no era tan alegre como solía ser, ahora parecía apagada, preocupada.

Riki-ssi . . . Y-yo, vine porque estaba preocupado, necesitaba verte respondió nervioso. Realmente Yang no esperaba que Riki lo dejara ingresar a su habitación, todas las otras veces que había intentado comunicarse con él durante esa semana, el rubio solo ignoraba sus llamados a la puerta o le respondía con un: "ahora no, hyung, no estoy de humor y tampoco tengo hambre así que no te molestes en traerme nada".

Estoy bien, hyung . . . solo estoy algo cansado pero no se preocupe, solo necesito dormir un poco aclaró rápidamente

Riki, no estas bien comentó mientras intentaba acercarse al menor pero se detuvo cuando este le dedico una mirada furiosa, la cual intento disimular.

¿Qué quieres decir? Claro que estoy bien.

Oh, claro que no lo estaba, las grietas en sus labios, el color grisáceo de su piel y las ojeras completamente notorias debajo de sus ojos no decían lo mismo y Jungwon no era del todo ingenuo para pasar esto por alto.

¡𝗛𝘆𝘂𝗻𝗴, 𝗯𝗲𝘀𝗮𝗺𝗲!  𝑺𝒖𝒏𝒈𝒌𝒊/𝑯𝒐𝒐𝒏𝒌𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora