¡𝗛𝘆𝘂𝗻𝗴, 𝗯𝗲𝘀𝗮𝗺𝗲! 𝑺𝒖𝒏𝒈𝒌𝒊/𝑯𝒐𝒐𝒏𝒌𝒊

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{¡Action!} ★

Sunoo's side.

-Te dije que no sería buena idea, ni siquiera entiendo como fue que lograste arrastrarme a todo esto -se quejó el de cabello plateado mientras veía a su amigo intentar escalar la pared de la casa de Yang-. Además, ¿tenías que traer a tu hermano también? Él da miedo -comentó con la mirada fija en el chico dentro del auto que parecía estar disfrutando la vista de su pobre hermano y su amigo intentando entrar a una casa de forma casi ilegal.

-Shut up, estoy perfectamente consciente de lo que hacemos y obviamente es la mejor idea de todas, ¿acaso esperabas que golpease su puerta como lo haría una persona normal? -preguntó el pelirosa bajándose de los cinco centímetro que había logrado escalar para poder encarar al mayor.

-Eso sería lo más normal, ¿no crees? -respondió con obviedad.

-Yo no soy normal, ¿you understand? Yo no voy por ahí tocando puertas, ¿por qué lo haría si puedo entrar por su ventana?

-Dios, Kim, de verdad eres increíble -suspiro resignado.

-¡Gracias, Jay! Me gustaría poder decir lo mismo de ti.

-Par de tontos -ambos voltearon al oír aquella voz, Kim Taehyung quien ya había acabado de burlarse de su hermanito, se encontraba caminando hacia ellos-. ¿No creen que sería más fácil subir por el árbo . . .

-¡Tengo una idea! -intervino el menor de los Kim-. ¡Usemos el árbol para subir!

-No somos monos, Sunoo -se quejo el peliplateado mientras se acercaba hasta el tallo del árbol para calcular la altura.

-Bueno, yo no lo soy, pero tú . . . -una expresión divertida apareció en su rostro.

-¿Van a subir hoy o mañana? -replicó Taehyung-. Tengo cosas más importantes que estar aquí parado en el patio de un crío deprimido.

-Bien, yo iré primero -habló Jay, ganándose una mala mirada de parte del de cabello rosado. Con sus manos se sostuvo de una rama, y logró subir al tronco del árbol, pasándose así de rama a rama hasta quedar enfrente de dichosa ventana. Más su expresión no fue una de alegría al ver a su amigo después de días, sino más bien una sorprendida y avergonzada, pues era completamente normal que un chico de la edad de Riki sintiera curiosidad por explorar su cuerpo, pero, lo que no era normal es que su mejor amigo lo viera haciéndolo desde la rama de un árbol junto su ventana. Con un leve rubor en las mejillas, volvió a bajar siguiendo el camino que había hecho para subir, cuando ya estaba en el suelo, noto ambas miradas confusas por parte de los hermanos Kim.