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Kaetelia un reino donde la paz predominaba y la pobreza escaseaba pues sus reyes eran justos y se preocupan por su pueblo.
El príncipe heredero Katsuki y su hermana la princesa Kyoko también eran reconocidos por sus buenas atribuci...
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La noche era fría, el cielo parecía corresponder ante el dolor que sentía, truenos y relámpagos iluminando los pasillos del castillo signo de una próxima tormenta, todo estaba en silencio, dando un aspecto lúgubre.
— Majestad debe de comer
— No tengo hambre
— Pero...
— ¿Qué no entiendes? ¡¡DIJE QUE NO!!
— Yo me hago cargo Cora..
— Sí majestad, con permiso.
El castaño observó con tristeza a la rubia, solo usaba un camisón, estaba sentada en la ventana abrazando sus piernas, bajo sus ojos había marcas oscuras consecuencia del cansancio de no dormir, en su mejillas se podía apreciar los restos de sus lágrimas.
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— Cariño...
— Déjame sola – se acercó a ella, en ningún momento lo volteo a ver, tomo sus manos con delicadeza
— Se que duele, a mi igual me duele el que nuestro pequeño no haya sobrevivido – lo volteo a ver con dolor – Pero no te hagas esto, no te aísles y te encierres en tu dolor, no sola, habla conmigo sin quieres no hablaré yo y solo te escucha te, desquítate conmigo si eso te hace sentir mejor, sobrellevemos juntos este dolor – beso sus manos – Déjame ser tu refugio, hazlo por ti, por nuestro hijo y por mi – nuevas lágrimas escurren por las mejillas de la reina.
— Duele – susurro – Duele haber perdido otro ángel, duele no poder abrazarlo después de esperarlo por tanto, duele haber visto la mirada de Katsuki al saber que no tendría a su hermanito, duele y me enoja saber que esa niña vive mientras que mi hijo no – abrazo a Masaru quien no dudó en envolverla en sus brazos – lo único que me reconforta es saber que esa mujer ya no esta en este mundo y no podrá seguir haciendo ningún mal..
Masaru solo la abrazo aun mas fuerte, susurrando palabras reconfortantes y llenas de amor y consuelo.
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La tormenta envolvió al reino, sus llanos eran opacados por los truenos, intentaban que se calmara mientras la mecían pero eso parecía intensificar su llanto, incluso ella tenía ganas de llorar.
