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Katsuki descubrió muchas cosas en ese almuerzo con los amigos del peliverde, una de ellas era que la casa de la pequeña bruja -como le había apodado luego de saber que había estado aprendiendo magia y que sus padres también hacían hechizos por encargo- estaba relativamente cerca de la de los Midoriya, lo que explicaba que llevarán años de conocerse.

Otra cosa importante que había concluido es que había sido un tonto al sentirse receloso precisamente hacía ella, pues la chica lejos de parecer interesada en el peliverde, parecía estar tonteando con el otro amigo de Deku cada que creían que nadie les prestaba atención.

Por otro lado, la comida que le habían ofrecido había sido muy distinta a lo que él estaba acostumbrado a comer, lo que había llamado su atención al principio, pero ciertamente no se quejaba en absoluto.

Y en general se había sentido bastante cómodo y bien recibido hasta que Ochako decidió tocar el tema.

—Uh, así que pronto se llevará a cabo la ceremonia, eh— dijo, dirigiéndose a él sutilmente. A pesar de los minutos y que se había mostrado realmente muy despreocupado -e incluso un poco maleducado y carente de modales de la realeza-, la muchacha parecía seguir limitándose a la hora de expresarse.

Él, por supuesto, se tensó de inmediato, e Izuku, a su lado, le miró expectante, seguramente recordando lo sucedido cuando tocaron el tema la noche anterior con su madre.

—Una pérdida de tiempo y dinero— señaló, mirando sobre el plato las migajas del pan que había comido.

—¿Puedo preguntar por qué dice eso, príncipe? Los reyes llevan mucho tiempo invirtiendo en esas ceremonias, según me ha dicho Ochako.— Está vez habló Tenya, acomodándose discretamente los gruesos anteojos.

—Está claro que jamás encontraré a una esposa en esas tonterías.— Chasqueó la lengua y se cruzó de brazos.

Frente a él, tanto Ochako como Tenya se mostraron sorprendidos por su declaración.

—Probablemente sea muy irreverente e irrespetuoso que pregunte esto pero... ¿por qué no ha escogido a nadie hasta ahora?— Uraraka habló con notoria inseguridad, apretando con fuerza la tela del regazo de su vestido rosado. Parecía incómoda, pero ni así se guardaba su curiosidad.

El rubio lo meditó un instante, mirando a Deku que parecía también estar esperando su respuesta con interés.

Por un instante evaluó la posibilidad de decirles la verdad a los tres, pero si algo útil había aprendido de crecer en la familia real era el no contar a los extraños cosas que le comprometieran, así que, por muy buenos amigos que fueran de Deku -en quien extrañamente confiaba pese al poco tiempo de conocerse- decidió que lo mejor era no mencionar el detalle de que le gustaba precisamente ese chico.

En su lugar dijo:

—Uh... creo que simplemente no me gustan las mujeres.

Al instante los rostros de los dos amigos plasmaron la sorpresa poco grata que la confesión les había provocado, y en el caso de Deku, un pequeño, y casi imperceptible sonrojo cubrió sus faz sorprendida.

La reacción de ellos era tan distinta a la de él, que Katsuki no necesito más para saber que, ante la declaración, el peliverde era el único que no lo juzgaba silenciosamente.

Aún así, decidió que lo mejor era torcer sus palabras para ahorrarse rumores.

—Quiero decir, esas mujeres... las que van a la ceremonia.

—¿Ah?

—¡Oh! Quizá solo hay que esperar a que llegue la adecuada—. Agregó la chica, incómoda por completo.

I Wanna Be Yours || DKBK - BKDKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora