Cap.-8 Octavia (Informe).

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-¡veo la nave... a ochocientos metros!- gritaba uno de mis compañeros desde la sima de unas rocas.

-bien, que los vigías regresen y que el resto se prepare para partir- ordeno Duncan a su sargento, mientras el Taíto admiraba desde la sombra la gigantesca nave de la cofradía.

-Hace un par de horas que terminaron de desembarcar sus amigos... ¿Por qué esa nave sigue en el cielo?- pregunto uno de los Fennec que nos acompañaban.

-seguramente no éramos los únicos dentro de esa nave...- respondió uno de los Helir de mi equipo -puedes pagarle a la cofradía para que te lleven de un extremo a otro de la galaxia, pero jamás podrás comprar su exclusividad... y aunque tus enemigos estén en la bodega de alado, no existe un lugar más seguro que dentro de una nave de la cofradía- el comentario fue recibido por unas cuantas carcajadas de nuestros compañeros, pero los Fennec se mantuvieron en silencio, ajenos a los temas que causaban las risas en los Helir.

-¡Loona!- llamo el Taíto, rápidamente me puse de pie para quedar a un lado de Duncan -¿Cómo están nuestros invitados?- pregunto Duncan, casi como un susurro.

-desesperados... no acostumbran a permanecer quietos tanto tiempo, a menos que se trate de una emboscada, señor- rápidamente, una corriente de aire comenzó a azotar el lugar donde estábamos, proveniente de la nave que ya casi estaba sobre nosotros.

-¡Quédate con ellos...!- comenzó a gritar Duncan, a causa del escandaloso revoloteo de las alas de la nave, pero rápidamente un peculiar sonido capto mi atención -... ¿Qué pasa?- pregunto extrañado el Taíto, entonces pude reconocer el extraño sonido.

-¡al suelo!- grité tan fuerte como pude mientras me aventaba contra Duncan para derribarlo.

Entonces el misil impacto de lleno contra la nave, que termino chocando a unos metros de donde estábamos, inmediatamente comenzó a escucharse el revoloteo de otras dos naves que descendían cerca de nosotros.

Duncan me aparto de encima dejándome caer sobre la arena, y pude ver como de una nave comenzaban a bajar barios Harcórs empuñando unas enormes dagas, que eran mucho más grandes que mis dagas.

-¡Ataquen!- grito Duncan, sacando su pistola de luz, disparando certeramente a los respiradores de los Harcórs que cayeron al suelo tras recibir el tiro, rápidamente los Harcórs de atrás se abrieron paso entre los caídos, pero fueron interceptados por mis compañeros, salvo por uno que corría desenfrenadamente hacia mí.

Cap.-8 Octavia (Informe).

Entre a la sala donde ya estaban varios de los altos mandos sentados alrededor de una mesa ovalada, leyendo y discutiendo entre ellos, pero el ambiente cambio de golpe cuando el Taíto a mi derecha me anuncio en voz alta.

-¡Octavia Goesha damas y caballeros, quien atrapa cazadores buscadores con sus manos como un héroe antiguo!- algunos de los oficiales en la sala comenzaron a aplaudir y a carcajearse con el anuncio de mi nuevo guardián, y antes de seguir avanzando en la sala, me detuve para susurrarle al Taíto en el oído.

-gracias por la humillación Sir Harlock...- pero antes de poder continuar con mi avance, el Taíto me tomo delicadamente del hombro y me respondió entre pequeñas carcajadas.

-las acciones, dirán más que las palabras señorita, la voy a estar vigilando- finalizo el Taíto mientras me guiaba a un asiento vacío junto a la silla del duque, para posteriormente tomar asiento junto a mí, pero justamente cuando Harlock iba a sentarse otro Taíto anuncio en voz alta.

-¡atención!- inmediatamente todos dejaron de hacer su trabajo para ponerse de pie y por inercia yo también hice lo mismo, pues el duque había llegado a la sala, entrando con firmeza y decisión hasta llegar a su asiento en el centro de la mesa y sin cambiar su semblante autoritario, toco delicadamente mi hombro como si de un pequeño saludo se tratase.

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⏰ Última actualización: May 02 ⏰

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