Me M*taré Si No Me Quieres

32

Capítulo 32 - Y este tiempo feliz continuando para siempre.

La captura de Johann ocurrió un mes después de recibir la carta.

Era un día en el que el invierno había pasado, la nieve se había derretido y el clima, antes frío, se había vuelto gradualmente cálido, recordando la anhelada carta con su tinta fresca y verde.

Sin embargo, la noticia de la llegada de la primavera no era tan dulce como se esperaba. Era agridulce, como tragar una medicina amarga o ahogarse en un torrente de sueño, sabiendo que algún día llegaría la tragedia.

Los humanos son realmente astutos.
Con este pensamiento en mente, me tragué en silencio una sonrisa amarga.

Durante este tiempo, no pasé ni un momento lejos de Ania.

Cuando no teníamos trabajo, siempre estábamos juntos en casa, paseando por el jardín.

No nos preguntábamos nada.

Saber demasiado habría inclinado el frágil equilibrio que manteníamos.

Así que nos limitábamos a pasar tiempo juntos, entablando conversaciones sencillas y construyendo recuerdos.

Seguí adelante, sabiendo que el camino que tenía por delante era como un acantilado, pero seguí caminando, deseando asomarme al borde.

A partir de ahora, son innumerables las cosas que debo soportar.
Por eso quería estar aún más al lado de Ania.

Porque seguramente no tendremos mucho tiempo juntos.

Demostrar que las acciones de Johann no estaban relacionadas con la voluntad de la familia Radner llevará bastante tiempo.

Tendré que visitar tanto a la familia como la prisión para reunir pruebas, y tendremos que apelar a la inocencia de Radner mientras pasamos de un tribunal a otro.

Pero confiaba en poder hacer cualquier cosa.

Me había jurado a mí mismo que haría lo que fuera necesario para proteger a Ania, así que ahora, además de creer en mi propio juramento, no me quedaba otro remedio.

- Johann Radner. Por distribuir narcóticos en violación de la ley imperial, perturbando así al Imperio, castigaré la gravedad de este crimen ejecutándolo.

Johann encontró su fin mediante la ejecución. Se dice que su aspecto final era tan sombrío que no se podía soportar verlo.

Por supuesto, era un villano que se lo merecía.

Nacer como hijo ilegítimo no era culpa suya, pero distribuir drogas y arruinar la vida de innumerables personas sí lo era.

Sin embargo, no cargó del todo con el peso de su pecado en la muerte.

"¿Qué has dicho?"

Incluso frente a la muerte, Johann Radner me imponía una pesada carga.

Era una carga más allá de la imaginación.

"Según los informes, el dinero de Johann Radner se utilizó para financiar a los caballeros de la familia Radner".

Lorendel habló con voz temblorosa.

Su voz era como un nudillo.

Ya lo habría pasado mal antes, pero al escuchar sus palabras, sentí como si el mundo ante mis ojos se oscureciera.

"...¿Sabía Padre algo de esto?"
"Mi Señor no sabía nada al respecto, pero el Imperio no puede creer en su palabra. Dijeron que debía pagar el precio por usar dinero ilícito..."
"Maldita sea..."