Me M*taré Si No Me Quieres

30

Capítulo 30 - La elección correcta.

"Prometo hacer todo lo posible para minimizar cualquier daño a la familia Radner,"

Al final, decidí cooperar con Eldrigan.

Como ya conocía la identidad de Johann, no tenía otra opción.

La opción de eliminar en secreto a Johann ya estaba descartada, y de todos modos, a diferencia del Edward original, yo no tenía un manejo excepcional de la espada ni excelentes habilidades mágicas.

Sólo estaba aprovechando lo que quedaba en el cuerpo de Edward.
Utilizar a las fuerzas del orden para detener a Johann podría ser mejor para mí.

Después de todo, Johann atentaría repetidamente contra mi vida, y Ania también podría estar en peligro durante el proceso.

'En cuanto a la cuestión del honor de la familia...'

Todavía no lo sé. Pensemos en eso más tarde.

Si se sabe que cooperé en el arresto de Johann, el impacto podría ser menos severo de lo que pensaba.

Me arrodillé e incliné la cabeza.

"Gracias por su consideración."
"Debería ser yo quien te diera las gracias... Podría haberme decepcionado si me lo hubieras pedido por el bien de la familia, pero...".

Eldrigan rió alegremente.

"Me alivia saber que eres el hombre del que he oído hablar. Puedo confiarte a Ania sin preocupaciones".
"Eso es demasiado elogio".
"Ya veremos. Mi juicio sobre la gente rara vez se equivoca".

Eldrigan llevó en broma su mano a la altura de mis ojos y se rió.

"Ahora, vamos a levantarnos. ¿No tenías pensado visitar hoy el Arboreto Central con Ania?".
"Sí, así es".
"¿La has invitado?"
"Sí... pero..."

Cuando ladeé la cabeza, confundido, Eldrigan asintió como si lo entendiera.

"Eres un hombre verdaderamente bueno".
"¿Por qué dices eso?".
"Los hombres no suelen interesarse mucho por las flores y los árboles. ¿No es cierto para ti también?"
"Supongo que sí."
"Sin embargo, dedicar tiempo a tu mujer es algo que no puede hacer cualquiera".

Con eso, Eldrigan sacó algo de su bolsillo.

Estaba envuelto en un paño blanco, y al desplegar la fina tela, dentro había una sola foto.

Eldrigan me mostró la foto.
Era la foto de una mujer.

Representaba a una mujer de piel blanca translúcida y exuberantes rizos castaños que caían en cascada.

"Mi prometida".
"¿Oh...?"
"Falleció por enfermedad hace cinco años".
"... Le pido disculpas por no haberle dado el pésame antes."
"No se pudo evitar. No lo hice público".

Se quedó con la mirada perdida, como si recordara el pasado.

"Quería mucho a esta mujer. Aún no puedo olvidarla".

Los ojos de Eldrigan se humedecieron momentáneamente, pero enseguida recuperó una leve sonrisa.

"Me alegro de que Ania se case con un hombre tan bueno como tú. Cuídala bien".

Eldrigan asintió y los caballeros que esperaban me acompañaron al exterior.

"Si las cosas funcionan, te invitaré a una sesión de bebida la próxima vez".
"No dudes en llamarme cuando quieras".
"Claro. Que tengas un buen día."

***

"¿De qué habló?"
"Nada importante. Sólo sobre la situación del imperio... y asuntos familiares, ese tipo de cosas".