Capítulo 12 - Ser llamado un hombre bendito. ¿Qué opina, Mi Señor?
"¡Ania!"
grité, pero para cuando lo hice, Ania y los secuestradores habían desaparecido de la ventana.
Hubo una pausa momentánea, como si el mundo se hubiera detenido bruscamente.
No estaba segura de si se trataba de mis emociones o de la reacción automática del cuerpo de Edward.
Pero una cosa era segura: tenía que salvar a Ania.Me lancé por la ventana abierta y salté al andén.
La estación estaba abarrotada de gente.
Los secuestradores que se habían llevado a Ania ya se habían mezclado entre la multitud.Aun así, eso no significaba que fuera a dejarlos marchar fácilmente.
Al subir al tren, veo a Ania forcejeando contra sus captores.
"¡Alto ahí!"
Por primera vez, me sentí afortunada de haberme fundido con Edward.
Si hubiera sido un noble torpe que no podía controlar bien su cuerpo, no habría podido seguirlos.
Sólo habría podido observar impotente cómo secuestraban a Ania.Me abrí paso hábilmente entre la multitud, y Ania apareció a la vista.
La estaban entregando a otro grupo de personas fuera de la estación.
Llevaban las mismas máscaras negras y montaban a caballo."¡Date prisa y entrégala!"
"Maldita sea... ¡alguien nos está siguiendo!".
Rápidamente montaron en sus caballos después de coger a Ania y se marcharon.
"Maldita sea..."
Aunque Edward era un caballero hábil, seguir el ritmo de los caballos era imposible.
Fue entonces cuando vi un establo justo delante de la estación.
No tuve tiempo de pensar. Mi cuerpo se movió por sí solo.
"¡Eh!"
Corrí hacia el establo y le grité al mozo de cuadra.
"Sí, milord... ¿Qué pasa?".
"¡Me prestas un caballo! El pago será reclamado a la familia Radner!"
"¡Sí, milord!"
Sacando rápidamente un cuchillo de mi cintura, corté la cuerda que ataba al caballo, y luego lo monté.
Aunque nunca había montado a caballo, mi cuerpo sabía qué hacer.
Golpeé el flanco del caballo con el talón y éste galopó velozmente.
Sujetando las riendas con una mano y la espada en la otra, perseguí a Ania."¡Alto!"
Había dos secuestradores a caballo. Ania estaba en el de mi izquierda.
"¡No te acerques!"
El de la derecha sacó una flecha de su carcaj y me apuntó.
La flecha me alcanzó rápidamente, pero conseguí desviarla con un golpe de espada."¡Escapa! No dejes que te atrapen!"
"¡Cállate y dispara ya!"
Varias flechas volaron hacia el caballo, pero las desvié hábilmente con la espada.
Mientras la adrenalina corría por mi cuerpo, sentí una sensación de júbilo.Desvié las flechas con facilidad y espoleé al caballo.
"¡Suelta a la dama!"
"¿La soltarías si estuvieras en nuestra posición?"
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Me M*taré Si No Me Quieres
Fantastik"Voy a su*cidarme". La peor villana de la novela, 'Ania Bronte'. Ella me ama.