Capítulo 13: ¡Adiós normalidad!

24 3 35
                                    

Lano se quedó atrás, observando estupefacto el lugar por donde había desaparecido; su mente turbulenta no conseguía asimilar lo que recién había ocurrido: ¿quién era?, ¿por qué había caído del cielo?, ¿por qué la luz del sol parecía envolverla así?, ¿eso pasaba con cada persona que caía del cielo? O simplemente, ¿era por la mera casualidad de la posición del sol en ese momento del día?

—¡Lano! —Ambelax y Luka volvieron a reunirse con él preocupadas, ellas ya se habían adelantado, pero tuvieron que retornar cuando vieron a Lano caer. Ahí estaban de vuelta, junto a él y buscaban una explicación a los eventos recién ocurridos.

—¿Qué fue lo que pasó, Lano? —preguntó Luka angustiada.

—¡¿Te lastimaste Lanito?! —Ambelax buscó sus ojos desesperadamente—. ¿Estás bien?

—¡No estoy bien! —exclamó Lano, volteándose hacia ellas con el rostro tenso y desfigurado por la impresión—. ¡Quisiera entender por qué de pronto llueve gente de los cielos!

Ambelax y Luka abrieron los ojos de par en par, igual de sorprendidas que él. Al ver que ni ellas tenían la respuesta, Lano se llevó las manos a la cabeza con desespero.

—¿Por qué estas cosas tan raras me pasan a mí? ¡He tenido suficiente de estar afuera, no quiero volver a salir en una buena temporada!

—No digas esas cosas, Lanito, seguro que todo esto tiene una explicación. —Trató de tranquilizarlo Ambelax.

Justo cuando Lano se proponía responder, alguien pasó corriendo junto a él y tomó a Luka bruscamente de los hombros.

—¡Oye tú! —Lo oyeron gritar mientras el recién llegado miraba a Luka con intensidad. 

Ella lo observó confundida. 

»¡¿No viste a una adorable chica pasar por aquí?! —El repentino recién llegado siguió en lo suyo sin importarle la expresión de confusión y espanto que tenía la kitsune—. ¡De este tamaño! —Soltó a Luka para hacerle una demostración de la estatura con sus manos—. ¡Muy parecida a mí, pero más bonita, los ojos más brillantes y un largo y hermoso cabello castaño!

Atónita, Luka le señaló el lugar por donde ella se había ido y el joven se dispuso a correr en esa dirección.

»¡Ana! —Se marchó gritando enardecido.

—¿Ana? —preguntó Ambelax sorprendida.

—¿La conoce? —inquirió Luka.

—No, sólo pensé que era un nombre demasiado bonito —explicó Ambelax sonriendo con ternura.

Lano se dio la vuelta, dispuesto a regresar a su casa, pero Luka lo detuvo.

—Todavía no compramos nada.

Lano resopló irritado.

Lano resopló irritado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mágicos Inesperados: Dorada (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora