𝐌𝐞𝐝𝐢𝐚 𝐋𝐮𝐧𝐚 ;; Park Sunghoon

08

Me llamo Kim Jiwoo y tengo veintiún años. Hace un año y medio pasé el examen de acceso y entré en la universidad para hacer periodismo.

Me gusta dormir muchísimo, pasar tiempo con la gente que quiero, sobre todo con Heeseung, mi mejor amigo. También me encanta probar comida nueva o comprar ropa nueva y combinarlo con un buen maquillaje.

Hace unos años pintaba pero lo dejé porque me di cuenta que no era lo mío, al igual que el patinaje artístico, casi me quedo sin rodilla por una caída tonta.

Cuando era pequeña mi mayor sueño era dar las noticias, me creaba mi propio programa de informativos y jugaba a ser periodista durante horas, incluso hacia entrevistas a los vecinos del vecindario, por eso, decidí estudiar esta carrera.

Soy hija única y siempre había querido tener un hermano menor pero no llegó a suceder. En casa no faltaba nunca amor, o eso es lo que me gustaba recordar, mis padres se separaron cuando apenas había cumplido los 6, pasé años viviendo con mi abuelos, mi padre se mudó del país y mi madre vivía viajando por trabajo, me prometía siempre que estaba reuniendo dinero para poder tener nuestra casa de ensueño y por eso, no podía venir a verme casi nunca.

Era pequeña y sin duda, la creía con los ojos cerrados, ella no mentía pero tampoco era del todo cierto lo que decía.

A los 14 nos mudamos, teníamos un piso propio en el centro de Seúl y era bastante caro. Estaba contenta, obviamente, pero yo no quería una casa lujosa, quería pasar tiempo con mi madre.

El trabajo la mantenía ocupada siempre y eso hizo que nuestra relación madre-hija se rompiese poco a poco, años después, cuando dije que iba a vivir en las habitaciones de la universidad, mi madre volvió a trabajar viajando, ahora solo la veía de vez en cuando.

A día de hoy estudio y no trabajo, solo en verano para poder ganar dinero y salir por esa época, a pesar de no ver a mi madre de seguido ella apoyaba todos mis estudios y me daba dinero cada mes para los gastos.

—¿Y ya? —dijo Sunghoon.

—No necesitas que te cuente hasta en que restaurantes cené ese año como tú has hecho conmigo —dije con tono sarcástico.

Sunghoon suspiró y se quedó de brazos cruzados.

—¿Y que hay de tu padre? —preguntó de repente.

—¿A que te refieres?

—¿No sabes de él?

—Ni necesito hacerlo —dije levantando mis hombros.

Era lo que pensaba de verdad, él no se molestó en dar señales de vida durante el resto de mi infancia y adolescencia y me di cuenta de que no le importaba en absoluto, en vez de sufrir, dejé ir el afecto que le tenía y olvidé su figura paterna.

—Vaya, yo no me imagino una vida sin mi padre —ahora parecía pensativo.

—Cada uno tiene una familia, quizás tu has tenido suerte con la que te ha tocado.

—Sí, cuando era pequeño mi padre solía llevarme a jugar baloncesto, decía que algún día sería un gran jugador, ¿Sabes lo mejor? —empezó a hablar de nuevo y me preparé para volver a escucharle hablar de si mismo por un buen rato.

...

Paré frente a mi puerta.

—Aquí es —me di la vuelta esperando que se fuera.

—¿Qué? —preguntó Sunghoon ante mi mirada.

—Ya te puedes ir, ya me has acompañado —le hice unos gestos con la mano insinuando que se fuera.