La mantícora

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Nico's pov
Alice cayó sobre mí, apenas aparecío con Percy.

-¡Alice! -gritó Annabeth.

-Tranquila Annie. Es el cansancio. -la cargué y me la llevé al carro.

El telefono de Percy comenzó a vibrar.

-¿Hola? Hazel, habla mas despacio... santisimo Poseidon...¿L-Leo? -volteó a ver a Alice, con cara de preocupación. -Ya vamos para allá, tranquilos. -colgó y aceleró el carro.

-¿Que le paso a Leo? -pregunte mientras me agarraba del cinturón.

-Desapareció. -dijo Percy con toda la atencion en la calle. Como era de noche, todo estaba oscuro, lo unico que sr miraba, era la calle alumbrada por los focos de carro.

Soy el rey de los fantasmas, pero la oscuridad me estaba dando escalofríos.

De repente chocamos contra algo.

Golpeó el parachoques muy fuerte. Hizo que Alice reaccionara, le dí un cubito de ambrosia y se recupero por completo.

-¿Que fue eso? -preguntó, refiriendose al golpe.

-Ni idea. -le respondí, mirando al frente.

-Annabeth, pasate atrás protege a Amy.

Annabeth obedecio.

Percy comenzó a abrir la puerta, y sacó un boligrafo de su pantalon.

-Voy contigo. -dije rapidamente

-Yo igual. -dijo Alice

-No Alice, tu no vas.

-Nico... no quiero ser grosera pero... no te estoy preguntando.

Abrió la puerta y bajo del carro.

"Por el Hades"-dije para mis adentros "es tan terca pero la amo"

Baje tras ella y saqué mi espada estigia.

Alice llevaba ya a Flare Mortak -su daga-anillo- y miraba hacia donde su padre.

Algo golpeo el hombro de Percy. Dió un gran chillido y miró a su hombro: era como una espina.

-Nico... recuerdas el día en que te salvé de esa...

-Mantícora. -completó Nico.

-Muy bien, pequeños semidioses -surgió una nueva voz. -¡Pero si es Percy Jackson! Y di Angelo, ¡como has crecido! ¿Cuantos años tenias la ultima vez? ¿6? ¿7?

Estaba tan enojado con esa cosa.

Primero porque casi me mata, a mí a Percy y a Bianca.

Segundo, porque me recuerda al día en que Bianca se volvió cazadora, y tuvo que irse a una mision con ellas, solo para sacrificarse y morir.

-Tenía 10, idiota -le espeté sin intencion de ocultar el enojo.

-¿Y tu hermanita?

Sentí como mis ojos se cristalizaban...

No Nico... aquí no. No muestres tu debilidad al enemigo.

-Murió. -respondí secamente.

Alice estaba junto a su padre, intentando sacarle la espina del hombro mientras escuchaban la discusión.

-Oh, que lastima niño.

-¿Que quieres? -preguntó Percy, ya recuperado del veneno de la Mantícora.

-Oigan, intentaba ser amable pero... parece que quieren ir directo al grano.

-Ya callate y di que quieres -habló Alice

-Pero miren -dijo la manticora fijandose en Alice

-¿Quien es esta hermosa jovencita, uh?

-No te interesa sab...

-Políticamente tu nombre actual es Alice Jackson Chase, pero antes eras Alice Scott. Tu nombre desde el nacimiento es Alicia Valdez. Eres hija de Hefesto, pero tienes la bendición de varios dioses. -olfateó el aire -Tu olor es muy fuerte. Eres más poderosa de lo que te imaginas.

Alice se quedo tiesa.

-¿C-Como lo sabe? -le pregunte a la criatura, mientras me acercaba lentamente a Alice.

-Oh niño -me contesto -Vengo por ella.

Y sin más, volteó violentamente.

Percy atacó primero, blandió a Contracorriente de un lado a otro. Logró acerle un corte profundo en el lomo.

Pero la criatura movio la cola como un látigo, y lo tiró a un lado.

Luego lo ataqué yo, giré mi espada y brinqué para caer detras de el -un movimiento que aprendí de Alice -Desde atras, corté parte de su cola, pero esta reacciono muy rápido y me abofeteó la cara.

Ahora era el turno de Alice.

Tiro a Flare Mortak con una puntería perfecta (bendicion de Apolo) y cayó sobre la pata izquierda del animal. Luego, con la niebla, hizo aparecer un lanza.

La voteó y lanzó un golpe, pero el mounstro lo esquivo, Alice volvió a intentarlo y lo dejó confundido.

Percy ya se había recuperado, mientras la mantícora movía la cabeza confundida. Percy saltó sobre ella y clavó a contracorriente en la espalda de la criatura.

Lanzó un horrible graznido y se las ingenió para tirar a Percy de nuevo.

Me transporte y comenzé a golpearlo lo más rápido que pude. Apenas mi espada daba contra la piel de la manticora, me transportaba a otro lado y la golpeaba de nuevo.

El mounstro tiró el ultimo recurso que le quedaba.
Lanzó miles de espinas con veneno a Percy, que apenas se estaba incorporando.

Alice se dió cuenta y transportó hacía su padre. Cuando apareció, hizo que una pared invisible se interpusiera entre ellos y la mantícora. Pero una espina había logrado pasar. Dando directamente en la pierna de Alice.

Ella gritó una maldición en griego, y el cielo comenzó a retumbar.

Sabía lo que venía.

-¡Nico! -gritó mas segura que nunca -¡Lleva a mi padre al carro, no salgan hasta que les diga!

Sabía que no tenía caso intentar convencerla de que no lo hiciera. Así que agarré a Percy del brazo y aparecimos en su carro.

Annabeth estaba con los ojos muy abiertos.

-¡Dioses del Olimpo! -exclamó. -Mi niña.

Alice gritó a todo pulmon, y del cielo cayo un rayo. Dos rayos. Tres.

Todos daban a la mantícora.

Dejo de retumbar y le echó una buena porcion de fuego.
La manticora ya se había hecho polvo. Alice se derrumbó a la mitad de la calle.

Había gastado mucha energía.

Bajé y corrí hasta ella.

Seguía conciente, examinando la herida de su pierna. La cargué y la metí atrás, junto a su padre, mientras Annabeth estaba en el copiloto con Amy dormida en su regazo.

Vaya que la bebe tenía el sueño pesado como su padre.

Por suerte, Annabeth tenía un botiquín de primeros auxilios, y una caja llena de ambrosía.

"Uno nunca sabe" había dicho.

Alice fue curandose -otra vez, gracias a la bendición de Apolo- mientras tambien examinaba a su padre.

Llegamos al campamento y recorde que no le habíamos dicho a Alice que su hermano mellizo había desaparecido

Los dos contra el inframundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora