¿Que hice para merecerte?

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Nico's pov
-Tenemos que distraerla... -comentó Percy.
-¡Por el Hades! -exclamó Piper -¡¿Donde está Quirón cuando lo nesecitas?!
-Está en una reunión en el Olimpo, se fue con el Señor D justo cuando Leo y Octavian desaparecieron.
-Entonces esto va enserio. Los dioses no han estado mucho en contacto con las personas... al parecer solo Afrodita a estado haciendo de las suyas...
-Recuerda que los dioses pueden estar en varios lugares al mismo tiempo -La interrumpió Jason, pero al sentir la mirada asesina de Annabeth se fue callando poco a poco, lo último lo dijo casi en un susurro. -, perdón, Annie. Continúa.
-Y, me parece extraño que hayan convocado a una asamblea con Quirón y el Señor D en momentos como este. -terminó Annabeth con la pequeña Amy durmiendo entre sus brazos.
-Alice es capaz de escapar del campamento si es necesario -comentó Piper.
-Si fuera así, no dudaría en acompañarla. -hablé por primera vez. Como siempre, todos se sobresaltaron, aunque fueramos amigos seguían teniendome miedo.
Pero ya no me sentía como el bicho raro de antes, ahora tenía amigos, una hermana y una maravillosa -loca, energética, precipitada, repulsiva, suicida, terca, pero inigualable- novia.
-Yo tampoco- se me unió Hazel. Me vió y me dedicó una linda sonrisa que le respondí con una, muy timida y pequeña sonrisa de lado.
-Se que ustedes la quieren mucho -Percy estaba serio, y eso no era algo muy común que digamos. -Annabeth y yo seguramente haríamos lo mismo, digo, ¡es nuestra hija di inmortalis! Y Leo, es nuestro amigo, nuestro hermano; y mellizo de Alice. Pero es muy arriesgado. No sabemos qué, o quién se llevó a Leo y a Octavian, pero puede ser peligroso.
-¡Yo no se lo explico a Alice! -exclamó Piper levantando las manos hasta los hombros. -, puedo ser su amiga, pero eso no quita la muerte lenta que me espera si le digo que esperaremos a Quirón para ir a buscar a su hermano.
-¡Piper! -exclamó Hazel, enojada. -, no seas hipócrita.
-No está siendo "hipócrita" esta ciendo racional y precavida. -le respondió Jason.
-¡Hace un rato estaba llorando por Alice y Leo y ahora intenta hacerce la loca y no tenerle paciencia a Alice! ¡Es su hermano! ¡¿Tu no harías lo mismo por uno de los tuyos?!
-Claro que...
-Pero ¡¿arriesgar tu vida y la de otros más solo para salvar dos personas que posiblemente esten en las manos de uno de los peores enemigos de Grecia?! ¿Te parece lógico, Levesque? Además -añadió, esta ves dirigiéndose a mí -, ¿por qué es la mejor amiga la que la defiende y no su novio? ¿No puedes ser celoso por tu novia? ¿No puedes defenderla? ¿Que acaso Alice no te importa, di Angelo? ¿Eh? Eres un cobarde.
-Escucha "superman" quería evitarte problemas, pero parece que el THDA te está afectando. Alice a pasado por mucho, mucho para que le hayan arrebatado a su propio mellizo, del cual había sido separada durante toda su maldita y miserable vida. Tuvo que soportar cosas que tu no puedes siquiera imaginar; y ella salvo tu maldito trasero y el todos en esta habitación, con su vida. Si Alice quiere salir del campamento para ir por su hermano, ella tiene mi apoyo incondicional. Estoy mas que dispuesto a arriesgar mi vida. Tú, siendo romano, deberías saber sobre el sacrificio y el trabajo en equipo. Alice ya cumplió su parte muriendo por tí. Ahora, ¿A mi me llamas cobarde? TU eres el que quieres quedarte en el campamento sentado en tu cabaña con tu novia, y los brazos cruzados, abandonando a todos tus amigos por miedo, pero ese es también TU problema, no el nuestro. Y para tu información, idiota, amo a Alice más que a mi propia vida, y puedo a llegar a ser la persona más celosa de este mundo si es lo que quiero. Y por cierto -agregué, estaba tan enfado, que no me fije que mi aura negra había comenzado a formarse a todo mi alrededor. -, vuelves a llamar a mi hermana "Levesque" y vas a descubrir lo que es realmente el "dolor".
Mi mandíbula apretada, igual que mi puño izquierdo, mi mano derecha estaba en la empuñadura de mi espada.
Todos en la habitación estaban boquiabiertos, y me miraban aterrorizados.
Estaba tan envuelto en la furia, que no reparé en que desde el otro lado de la habitación, Alice estaba en el umbral de la puerta, mirandome con lágrimas en la cara.
Atravesó toda la habitación en grandes zancadas, las cuales sonaban muy fuertes, pues llevaba sus botas de militar, y me envolvió en un fuerte abrazo.
Era el abrazo mas cálido, fuerte y con sentimiento que yo jamás había tenido, he iba a tener.
-¿Que hice para merecerte, mi ángel? -susurró a mi oido.

Los dos contra el inframundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora