Shaman King: Half-Demon Princesses

Capítulo 8 - Agujas

La multitud de personas que caminaban por nuestro lado eran miles, cada uno hiendo por su camino en la gran ciudad de Tokyo , nosotras por lo menos íbamos a un café de allí cerca ¿Para qué? Tal vez para organizar nuestras ideas de lo que iba a suceder a partir de ahí.

El Shaman Fight, Moroha compitiendo a favor de Jyubei en el torneo a cambio de completar su deuda y yo trabajando como su testigo. Todo había caído demasiado rápido sobre nuestras cabezas.

Esta vez ella no caminaba delante de mi como siempre cuando íbamos a una misión de las que nos enviaban sino a mi lado , hombro con hombro , y ni hablemos de Kokku , mi espíritu acompante y supuesto maestro ,que desde el otro día que nos informaron del Shaman Fight no hablaba de otra cosa que no fuera de ello y de lo indignado que se sentía con Jyubei por su cobardía.

—Hey! Cuidado por donde vas!— me quejé al chocar con una de las transeúntes que me pareció de lo más extraña , estaba vestida de un traje de cuero bien raro con un sombrero del siglo pasado, sus cabellos eran de marrón oscuro y casi no se veía el rostro por la máscara que llavaba y las gafas de Sol.

— Lo siento , disculpeme— se disculpó inclinando su sombrero para después seguir de largo ¿¡Qué persona más rara!?

—Kana—me llamó Moroha al ver que me quedé atrás, como siempre me miraba indiferente y sin ninguna expresión en particular pero ya estaba acostumbrada — ¿Qué fue eso?

—No nada , solo alguien que me chocó— le aseguré con una sonrisa, Kokku corrió por delante de mi unos pasos hasta ponerse junto a Moroha.

—Debemos ser más rápidos , a este paso no llegaremos nunca— comentó Kokku en tono preocupado y tenía razón , habíamos reservado para las nueve y media y si seguíamos así nos íbamos a quedar sin tiempo.

—Sí —asentí corriendo hacia ellos.

A los treinta minutos ya habíamos llegado. Era un café normal y corriente pero si querías una mesa debías reservar un día anterior y razón no le faltaban, habían un montón de gente acumulada en la entrada , parecía tener buena reputación.

Ya cuando llegamos a nuestra mesa para dos , suerte que nos dejaron entrar a Kokku ,pedimos dos cafés que llegaron a los diez minutos. Nuestra mesa era al aire libre y se podía ver a la gente del otro lado de la calle caminando hacia sus destinos, era sobrecogedor tal vista.

—Apenas pase el cometa la competencia habrá comenzado y no habrá vuelta atrás— comentó Kokku sobre mi regazo mientras le daba una probada a mi café.

—Ya lo sé Kokkurin , soy consciente de ello y me lo tomo con calma— contestó seriamente Moroha sin fijar su mirada en él ni en mi.

—¿Cuándo pasará el cometa?— pregunté ignorante a los dos.

—Cuando menos te lo esperes, la fecha exacta solo lo saben ellos...—contestó Kokku.

—¿Los Paches?—respondí dudosa.

—Exacto

Un silencio sepulcral hubo entre nosotros, no sabía que decir , esta parecía una situación seria y yo no era alguien que tuviera nada útil que decir en esos momentos.

—Los paches saben lo que hacen , solo los más fuertes llegan a la semifinal , unas organizuchas y pequeñas empresas nunca llegarían ahí—dijo Kokkurin.

—O eso piensan, siempre hay excepciones en nuestro camino Kokku, de diez opiniones la última siempre debe ser contraria a las demás. Por más absurda que sea en una proposición siempre existe la posibilidad de su cumplimiento.

—¿Y pretendes ser tu esa excepción Moroha?— preguntó Kokku en tono desafiante.

—Tendré el gusto de proponermelo pero si no es el caso habré disfrutado mucho creyéndolo— fue lo último que dijo después de brindar con su tasa de café, se veía fuerte e impenetrable.